Noticia Los mandos que no uso estaban olvidados en un cajón. Los colgué de un mueble y ahora son un brillante recuerdo de mis partidas

Los mandos que no uso estaban olvidados en un cajón. Los colgué de un mueble y ahora son un brillante recuerdo de mis partidas


¿Qué haces con los mandos de esas consolas que ya no están conectadas a tu tele? Hay quien tiene suficiente sitio para tener toda una colección con sistemas y accesorios actuales y retro bien expuesta, incluso sin apego o nostalgia, pero te confieso que a mi me pasa todo lo contrario. Eso no solo no es bueno, sino que además es un problema que no va a ir a menos. Porque no te voy a mentir, mi mando de Stadia no es un pisapapeles pero me da que no lo voy a enchufar mucho más, y tampoco me voy a deshacer de él. Mi solución: colgarlo. Literalmente.


Te voy a poner en contexto: no he vendido ninguna consola que he tenido ni pienso hacerlo. Y pese a que más o menos he podido guardar las sobremesas de manera organizada, o encasquetárselas a mis padres, he tenido los mandos enormes adicionales de Dreamcast o los no tan aparatosos de Wii puestos de cualquier manera en varios cajones. Con cada generación, estos estaban cada vez más apretados. ¿Qué jugador de FIFA o Street Fighter no ha tenido tres mandos o más de PlayStation porque uno se le ha estropeado? Spoiler: seguirá pasando en PS6.


Si nos lees a menudo sabes que tiendo a tener a mano solo aquello que uso y tener guardado, aunque fácilmente localizables todo lo que he ido acumulando. La cantidad que uso. No es una manía ni tampoco preservación, sino un sistema que tuve que implementar con el paso de los años, pero el tema de los mandos adicionales tiene su cosa: sus formas son ergonómicas a las manos, pero complicadas de colocar cuando tienes muchos. Insisto, venderlos no era una opción. Y entonces a mi padre se le encendió la bombilla.

Una solución práctica y una sorpresa resultona​


Mi padre, que ahora está jubilado, tenía una tienda de muebles de cocina, pero siempre le daba un trato especial a sus clientes y también montaba y arreglaba los muebles o atendía sus necesidades. Por eso se le ocurrió que, aprovechando el costado de una de las estanterías de libros que él mismo me hizo, colocase una docena de mandos. En vertical.


No como si fueran cuadros, sino de manera funcional como los utensilios de cocina. Intercalando los de las consolas de anteriores generaciones con los que suelo emplear cuando juego con amigos y visitas, como los mandos Pro de Switch 2, los de Xbox One, los de PS4 o el de Luna. Ya te adelanto que el resultado, lejos de ser una chapuza me sorprendió de modo que no solo los tengo a mano, sino que he despejado varios cajones en el proceso. La cuestión, por otro lado, era encontrar un sistema de cuelgue acertado.


Le dije a mi padre que se encargase de todo, así él también haría la instalación, conmigo de ayudante. Encontró unos cuelgues por internet sin rebuscar demasiado y fijándose en un mando de Xbox como referenci, topándose con un lote de seis por algo más de 14 euros que nos llegaban al día siguiente.




Mandos Papa


Compró dos lotes de seis y, claro, había que atornillarlos con lo que teníamos que hacer las medidas para que el resultado quedase parejo. Hay muchas otras opciones tanto de diseño como de sujección, pero si algo hemos aprendido es que el calor de Málaga en verano a veces no le sienta bien a los pegamentos y los adhesivos.


El modelo que escogió también es compatible con los Joy Con de Switch, por cierto, siempre que estén con el adaptador de mando tradicional. En cualquier caso, tengo un par de bases de carga para cuatro mini-mandos nintenderos y me limité a ponerlas en la misma estantería.

Cuando organizar los mandos es también un tributo a tus horas de juego​


Lo mejor: además de atajar los dos problemas, y pese a que algún que otro botón y gatillo está defectuoso (básicamente por el propio uso), lo que comenzó siendo una solución para ganar espacio sin desprenderme de mis mandos acabó teniendo un fantástico efecto colateral. Uno


Ahora, cuando echo un vistazo al costado de la estantería veo ese DualShock 4 del 25 aniversario de de PlayStation y rememoro las cientos de horas de Street Fighter V. Jugando con desconocidos online y compartiendo partidas con mi hermano como lo hice con la primera consola de Sony. Y lo mismo me pasa con el mismo mando de Xbox One que compré en 2013 y por el que pasaron todos los FIFAs de su generación. ¡La de sobres del Ultimate Team que habré abierto con ese botón "A"! Ahora esas piezas de plástico son un brillante recuerdo de mis partidas.


No están todos los que son, que conste. Los de Dreamcast siguen teniendo un sitio específico en una caja como casi todos los que usan cable e incluso te confieso que tengo enchufado en mi PC mi mando de Xbox 360. He cambiado tres veces de torre y solo una de mando al jugar en escritorios. Y pese a que podría usar el mando de Stadia para jugar en PC, creo que ha encontrado su sitio definitivo. Como recuerdo y a la vez tributo de un sistema de juego en la nube que duró lo que duró, pero por el que aposté desde su lanzamiento y hasta el cierre de los servidores.


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La noticia Los mandos que no uso estaban olvidados en un cajón. Los colgué de un mueble y ahora son un brillante recuerdo de mis partidas fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .

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