En anteriores oportunidades Nintendo ha estado detallando la historia entre Mar y Tina, explicando cómo se fue desmoronando su amistad a lo largo de los años.
En primer lugar descubrimos cómo las Calamarciñas se mudaron a Inkopolis para convertirse en compañeras de habitación, pasando a través de todas sus preocupaciones y también los buenos momentos que pasaron juntas como amigas. Sin embargo, en el más reciente capítulo de esta historia publicado hace unos minutos atrás, las cosas comienzan a complicarse un poco.
Podéis encontrar el tercer capítulo de la serie a continuación:
Un día Mar fue despertada por una llamada a su teléfono celular: era su manager. La sesión de grabación que había programado para el día había sido retrasada para dar cabida a un artista diferente. Mar se sintió un poco intrigada por este inesperado descanso, pero estaba decidida a aprovecharlo al máximo.
Mirando por todo el apartamento, no vio ningún rastro de Tina, lo cual era extraño, estaba segura de que Tina también tenía el día libre. Eran poco más de las ocho de la mañana, demasiado temprano para que Tina hubiese ido de compras. Mar decidió vestirse y salir a buscar a su compañera de cuarto. Ahora que pensaba en ello, Tina había actuado un poco rara últimamente, como si hubiera algo en su mente en lo que no pudiera dejar de pensar.
Tal vez estaba cansada de trabajar demasiado. O tal vez algo la había molestado.
“Pero preocuparse por ella todo el día no arreglará nada”, pensó Mar.
El trabajo apenas le había dado tiempo para respirar últimamente: ella misma se había sentido un poco perdida en el mar. Decidió encontrar a Tina e invitarla a pasar un día de relajación.
Mar encontró a Tina en el café con Crusty Sean. Estaban sentados en una mesa, charlando. Tal vez fue porque sus ciudades eran tan cercanas que Mar y Tina descubrieron que era muy fácil hablar con Sean. Tina había sido un poco tímida cuando llegaron a la ciudad, después de todo. Mar no recordaba la última vez que había visto a Tina hablando tan alegremente con alguien además de ella, y no quería estropear su diversión. Decidió regresar sola al apartamento.
Mar estaba haciendo el desayuno cuando Tina regresó a casa. Tina parecía un poco sorprendida al ver a Callie de pie, saludando a su amiga.
“Buenos días.”
“Buenos días.”
La misma vieja Tina, pensó Mar. Mientras comían, Mar invitó a Tina a ir de compras, y ella aceptó gustosa.
Fuente
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En primer lugar descubrimos cómo las Calamarciñas se mudaron a Inkopolis para convertirse en compañeras de habitación, pasando a través de todas sus preocupaciones y también los buenos momentos que pasaron juntas como amigas. Sin embargo, en el más reciente capítulo de esta historia publicado hace unos minutos atrás, las cosas comienzan a complicarse un poco.
Podéis encontrar el tercer capítulo de la serie a continuación:
Un día Mar fue despertada por una llamada a su teléfono celular: era su manager. La sesión de grabación que había programado para el día había sido retrasada para dar cabida a un artista diferente. Mar se sintió un poco intrigada por este inesperado descanso, pero estaba decidida a aprovecharlo al máximo.
Mirando por todo el apartamento, no vio ningún rastro de Tina, lo cual era extraño, estaba segura de que Tina también tenía el día libre. Eran poco más de las ocho de la mañana, demasiado temprano para que Tina hubiese ido de compras. Mar decidió vestirse y salir a buscar a su compañera de cuarto. Ahora que pensaba en ello, Tina había actuado un poco rara últimamente, como si hubiera algo en su mente en lo que no pudiera dejar de pensar.
Tal vez estaba cansada de trabajar demasiado. O tal vez algo la había molestado.
“Pero preocuparse por ella todo el día no arreglará nada”, pensó Mar.
El trabajo apenas le había dado tiempo para respirar últimamente: ella misma se había sentido un poco perdida en el mar. Decidió encontrar a Tina e invitarla a pasar un día de relajación.
Mar encontró a Tina en el café con Crusty Sean. Estaban sentados en una mesa, charlando. Tal vez fue porque sus ciudades eran tan cercanas que Mar y Tina descubrieron que era muy fácil hablar con Sean. Tina había sido un poco tímida cuando llegaron a la ciudad, después de todo. Mar no recordaba la última vez que había visto a Tina hablando tan alegremente con alguien además de ella, y no quería estropear su diversión. Decidió regresar sola al apartamento.
Mar estaba haciendo el desayuno cuando Tina regresó a casa. Tina parecía un poco sorprendida al ver a Callie de pie, saludando a su amiga.
“Buenos días.”
“Buenos días.”
La misma vieja Tina, pensó Mar. Mientras comían, Mar invitó a Tina a ir de compras, y ella aceptó gustosa.
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