Noticia Lugares singulares del planeta que aún son un misterio para la ciencia

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Los rincones más misteriosos del planeta Tierra son aún lugares singulares para la ciencia, que encierran formas extrañas de vida y condiciones extremas. ¿Te animas a descubrirlos?


Una de las aficiones favoritas de algunos de los editores de ALT1040 consiste en viajar por sitios recónditos del planeta. Aunque sea a veces desde el propio ordenador. Así nos lo demostró hace un tiempo Juan J. Velasco, cuando pudimos explorar algunos lugares singulares del planeta usando Google Street View. Hoy, no queremos quedarnos atrás, por eso os presentamos algunos lugares singulares de ciencia, es decir, los rincones de la Tierra que aún son un misterio para los investigadores.

Y es que nuestro planeta conserva aún secretos fascinantes aún por descubrir. Así lo demostraron científicos de la Smithsonian Institution, cuando dieron a conocer el descubrimiento del olinguito, una nueva especie de mamífero de los bosques de neblinas de Ecuador y Colombia. ¿Te atreves a dar una vuelta por el mundo y descubrir los lugares singulares para la ciencia?

Primera parada, la Antártida


Comenzamos nuestro viaje por el planeta Tierra redescubriendo un rincón por todos conocido: la Antártida. Pero que sea famoso, no quiere decir que la ciencia sepa todos sus secretos. El continente sobre el cual se sitúa el Polo Sur alberga alrededor del 80% del agua dulce de todo el planeta.

Después de Asia, América y África, la Antártida es el continente con mayor superficie de toda la Tierra. Y forma parte de la lista de lugares singulares por muchos motivos. Por un lado, conocer cómo se creó aún sigue siendo una máxima de muchos investigadores. Recientemente, científicos explicaron en la revista Nature que hace 22.000 años del inicio de la formación de este continente.

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Wikipedia


La Antártida también es un buen rincón para explorar el cambio climático del planeta. Los trabajos de la NASA sobre los efectos del calentamiento global mostraban hace un par de meses que el deshielo de su base suponía un 55% de la pérdida de estas plataformas de hielo flotante. Un rincón que encabeza nuestro repaso de lugares singulares para la ciencia, pero que sirve a la vez de voz de alarma para concienciarnos sobre el efecto del cambio climático.

Viaje a las profundidades: la fosa de las Marianas


Para llegar a nuestra próxima parada, debemos continuar con dirección al Pacífico noroccidental. Allí encontraremos, justo al sureste de las Islas Marianas, la fosa oceánica de mayor profundidad. Aunque la ciencia conoce su existencia desde antes de 1870, lo cierto es que rincón del planeta es aún un verdadero misterio para los investigadores.La presión en la fosa es 2.000 veces superior a la de la superficie

En 1960, comenzamos a saber más cosas sobre sus características, gracias al trabajo del batiscafo Trieste, cuya inmersión permitió calcular la profundidad de la fosa, estimada actualmente en 11.034 metros. Su punto más profundo, conocido como abismo de Challenger, presenta una presión dos mil veces superior a la que existe en la superficie. ¿Qué podríamos descubrir aquí?

Además de la existencia de un calamar gigante, un lenguado desconocido hasta entonces y otros seres, en las fosa de las Marianas, podríamos descubrir organismos aún más increíbles: bacterias hiperbáricas. Y es que en estos lugares singulares, la microbiología encuentra bacterias, como en este caso, fascinantes, que son capaces de resistir las altísimas presiones de la fosa.

Rumbo a Estados Unidos: camino de Yellowstone


Si la presencia de microorganismos extremófilos buscara un lugar ideal para vivir, no habría duda. El parque nacional de Yellowstone, perteneciente a los estados de Wyoming, Idaho y Montana, es famoso por su fauna y sus espectaculares fenómenos geotérmicos.

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Wolfgang Staudt (Flickr)


En este parque nacional, podemos encontrar microorganismos que son capaces de vivir en condiciones totalmente extremas. Algunos de ellos viven en fuentes con temperaturas muy elevadas, de forma que se conocen como organismos termófilos. Thermus aquaticus es un claro ejemplo. Descubierta por el microbiólogo Thomas Brock en 1969, esta bacteria produce una proteína utilizada en millones de laboratorios de todo el mundo hoy en día.

Pero lo mejor de Yellowstone no es lo que ya sabemos, sino lo que queda aún por descubrir. Y es que algunos estudios confirman que solo conocemos el 1% de la diversidad de microorganismos que habitan en el parque. Fascinante rincón para incluirlo en nuestra lista de lugares singulares.

Mar Muerto, cuando la sal es un problema


Las aguas del mar Muerto son un misterio para la ciencia. A pesar de su nombre, ¿oculta vida este rincón? Lo cierto es que a priori, si analizamos la alta salinidad que presenta este lago situado entre Israel, Cisjordania y Jordania, pensaríamos que es imposible que aquí haya algo vivo.Existen bacterias capaces de vivir en el mar Muerto

Pero ya en 2010, un equipo de microbiólogos del Max Planck anunció que el lago rebosaba vida. Allí donde las condiciones son extremas, es más que probable que peces u otros seres no puedan vivir. Sin embargo, los hábitats extremos no son terreno prohibido para las bacterias.

Los científicos encontraron bacterias del género Halobacterium, un microorganismo capaz de vivir bajo concentraciones de sal muy elevadas. Y es que a pesar de lo que podríamos pensar, el mar Muerto está más vivo que nunca.

Finalizamos el viaje en Río Tinto


La última parada de nuestra ruta por los lugares singulares para la ciencia está en el sur de España, en la provincia de Huelva. Allí se encuentra Río Tinto, famoso por su extraño color rojizo. La tonalidad de sus aguas se debe a la meteorización de minerales que contienen sulfuros pesados, lo que hace que el río presente unas condiciones ácidas extremas.

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Big Max Power (Flickr)


Como no podía ser de otra manera, la microbiología también ha buceado entre las aguas de este río. Desde hace años, el investigador Ricardo Amils explora los conocidos microorganismos quimiolitotrofos acidófilos, en otras palabras, las bacterias que son capaces de vivir con un pH menor a 2. Esta peculiaridad les hace ser buenos candidatos para entender el origen de la vida, ya que son microorganismos que presentan un fascinante sistema para obtener energía, independiente de la radiación.

Debido su particular biología, el ecosistema de Río Tinto es un buen análogo terrestre de lo que pudo haber sucedido en Marte, algo que actualmente investiga el robot Curiosity. Cinco lugares singulares para la ciencia, que hacen que sigamos diviertiéndonos con cada nueva investigación. ¿Qué será lo próximo que descubramos?

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