Desde Maserati 250F de Juan Manuel Fangio hasta el RedBull de Sebastian Vettel.
La Fórmula 1 es un libro de historia. A lo largo de estos 60 años hemos presenciado innumerables duelos entre pilotos privilegiados. De la misma forma, hemos podido presenciar, observar y admirar numerosos monoplazas de primer nivel. Algunos de ellos han pasado desapercibidos por su escasa trascendencia; otros, en cambio, han quedado guardados en los libros de historia para siempre.
Hoy, en Hipertextual, buscamos rememorar los más especiales. Aquellos Fórmula 1 que marcaron una época o que están ligados a sucesos importantes de la historia de este deporte. Aquellos Fórmula 1 que han guiado a esta competición hasta el presente.
Maserati 250 F
La Fórmula 1 comenzó allá por el año 1950. En aquella época sonaban nombres como Stirling Moss, Alberto Ascari (de ahí proviene la famosa curva del Autodromo di Monza) y Giuseppe Farina. Pero de todos ellos, fue uno el que logró destacar por encima del resto: Juan Manuel Fangio. Consiguió hacerse con los títulos de 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957. Dos de ellos, junto a este Maserati 250 F con motor V12 y 326 CV, uno de los monoplazas más históricos de la época —además de ser precioso.
Mercedes-Benz W196
Coetáneo al Maserati 250 F. Este monoplaza permitió a Juan Manuel Fangio lograr dos de sus títulos mundiales. También fue pilotado por el mítico Stirling Moss (quien es como “el conductor más grande que nunca ganó un título mundial”). A nivel mecánico, supuso una revolución gracias a la importación de diversas ideas procedentes de los aviones militares, lo que le permitió dominar el campeonato casi por completo. Contó con dos variantes: una más aerodinámica (con los neumáticos cubiertos) y otra más convencional (con los neumáticos al descubierto). La versión Type Monza (con neumáticos descubiertos) es uno de los automóviles más atractivos de la historia de la F1.
Alfa Romeo 158 y 159 Aletea
En estas maravillas competitivas no pueden faltar los Alfa Romeo 158 y Alfa Romeo 159. Dominaron durante diversos años la competición automovilística de más alto nivel. Y tienen el título de ser los dos primeros automóviles en ganar un campeonato de Fórmula 1, a las manos de Nino Farina y Juan Manuel Fangio. Contaba con unos 430 cv y una transmisión de cuatro velocidades.
Lotus 25
Otro de los monoplazas más importantes de la competición es el Lotus 25. Pilotos como Jim Clark lo condujeron hasta lo más alto, obteniendo los títulos mundiales de 1963 y 1965. Se trataba del primer monoplaza de Fórmula 1 con un chasis monocasco (realizado en una sola pieza), algo que se estandarizaría años más tarde. Montaba motores V8.
Lotus 49
Con su motor Ford Cosworth V8 de 2.998 cc, este automóvil logró hacerse con dos campeonatos mundiales. Fue pilotado por grandes leyendas del automovilismo como Mario Andretti, Jim Clark, Graham Hill y el mítico Emerson Fitipaldi. Se diseñó alrededor del motor, el cual estaba fuertemente integrado en el chasis (algo que permitió aligerar el peso del vehículo, entre otras cosas).
Ferrari 312T
Sin duda, uno de los coches más míticos de la historia de la Fórmula 1. Fue conducido por eminencias como Niki Lauda o Gilles Villeneuve. Participó en la mítica batalla entre Niki Lauda y James Hunt —si quieren saber más, vean la película Rush–. Su variante, el Ferrari 312T2 estuvo involucrado en el famoso accidente de Niki Lauda (donde se quemó parte de su cara). Este monoplaza ganó varios títulos mundiales (cuatro de constructores y tres de pilotos).
Tyrrell P34
Probablemente, el monoplaza más peculiar de los más de 60 años de Fórmula 1. ¿Por qué? Por contar con seis ruedas —en lugar de las clásicas cuatro–. Contaba con cuatro en el eje delantero y con dos de mayor diámetro en el eje trasero. El objetivo era meramente aerodinámico: conseguir un área frontal menor e incrementar el flujo de aire. Este concepto no logró tener éxito (de 30 carreras, tan solo ganó una), pero siempre quedará en la historia de esta competición como el “seis ruedas”.
Lotus 78
La Fórmula 1 actual se basa, en gran parte, en la aerodinámica. Dentro de ella, una de las técnicas más utilizadas es el aprovechamiento del efecto suelo, el cual permite aprovechar el flujo de aire bajo el coche para aumentar o disminuir el agarre del coche. El Lotus 78 fue el primer coche en aplicar esto, por lo que su trascendencia es indudable. Esto le permitió apoderarse de un mundial de constructores y otro de pilotos (conducido por Mario Andretti en 1978).
Toleman TG184-Hart
Este automóvil probablemente sea desconocido para un gran número de seguidores de la Fórmula 1. Y es que, el monoplaza como tal, no aportaba nada especial. No ganó ningún campeonato del mundo ni ninguna carrera. Entonces, ¿qué le hace tan especial? El Toleman TG184-Hart fue uno de los primeros Fórmula 1 conducido por Ayrton Senna. De hecho, fue el automóvil que condujo en aquel famoso Gran Premio de Mónaco en el que Senna ascendió —bajo una incesante lluvia— desde el puesto número 13 hasta el número 2. Cualquier fan de la Fórmula 1 conocerá esa mítica carrera.
McLaren Honda MP4/4
Este automóvil es, probablemente, uno de los más especiales —si no el que más— de toda la historia de la Fórmula 1. El monoplaza en sí era realmente competitivo en todos los ámbitos, pero lo realmente especial se situaba más allá del monoplaza. Lo verdaderamente especial fueron las increíbles batallas que proporcionó a manos de Ayrton Senna y Alain Prost, uno de los duelos más famosos de esta competición automovilística.
Williams FW16
Este monoplaza diseñado por Adrian Newey compitió en el mundial de Fórmula 1 durante la década de los 90. Fue conducido por pilotos como Damon Hill, Nigel Mansell y David Coulthard. A sus manos, el equipo Williams logró apropiarse del mundial de constructores de 1994.
No obstante, lo que caracteriza a este automóvil no son los títulos ni las victorias. Está relacionado con un suceso muy triste que marcó la competición automovilística para siempre: la muerte de Ayrton Senna. En la vuelta 7 del Gran Premio de Imola de 1994, Ayrton Senna tuvo un accidente a manos de este automóvil, el cual acabó costándole la vida.
Ferrari F2004
Para muchos, el mejor monoplaza que ha rodado por los circuitos de Fórmula 1. Conducido por la dupla Michael Schumacher y Rubens Barrichello, este automóvil con motor V10 dominó de principio a fin la temporada 2004, ganando 15 de las 18 carreras totales. De hecho, diez años más tarde sigue apareciendo su nombre en los récords de cada circuito del campeonato. Sus creadores fueron Jean Todt, Ross Brawn, Aldo Costa y Rory Byrne. Este monoplaza formó parte de una de las épocas doradas de Il Cavallino Rampante, en la cual se adjudicaron 6 campeonatos de constructores.
Renault R25/R26
Con Flavio Briatore al frente y con Fernando Alonso como piloto, Renault vivió una época de ensueño con sus Renault R25 y R26. Ambos monoplazas destacaron por su fiabilidad y por innovaciones como el mass-damper. Protagonizaron duelos míticos como el de Schumacher-Alonso en Imola (2005 y 2006). Cosecharon dos títulos mundiales de pilotos y dos títulos mundiales de constructores.
Brawn GP 2009
En 2009, Ross Brawn (hasta entonces director técnico de Honda Racing F1) anunciaba la compra de Honda Racing F1 (la cual estaba en venta a causa de la crisis económica). Un equipo en venta, problemas financieros… la apuesta de Ross Brawn era cuanto menos arriesgada. Pero, para sorpresa de todos, salió bien. El equipo tenía una base sólida e innovaciones clave como el difusor en la zona trasera (que aumentaba el downforce del monoplaza), lo que, junto al cambio de normativa de aquella temporada, permitió a este novel equipo conseguir el mundial de pilotos (a manos de Jenson Button) y el de constructores.
Red Bull RB7 y RB9
Ambos fueron creaciones de Adrian Newey y conducidos por Sebastian Vettel. Tanto en los años 2011 como en 2013, estos monoplazas con motores V8 dominaron los campeonatos mundiales de Fórmula 1. Tanto el RB7 como el RB9 se encuentran entre los mejores coches de la historia de la Fórmula 1 gracias sobre todo al magnífico diseño aerodinámico conseguido por Adrian Newey. Mención especial merece el difusor soplado y los complejos mapas de motor, lo que permitía generar más downforce que el resto de monoplazas.
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