Noticia Más curiosidades sobre el poderoso efecto placebo

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Ya sabemos un poco más sobre el efecto placebo. Pero todavía quedan muchos mitos, hechos y curiosidades que descubrir de este fascinante y complejo fenómeno. ¿Qué más se esconde tras él? Vamos a ponernos manos a la obra.


Hace un tiempo hablamos del efecto placebo: el porqué, su modo de acción y lo poco que conocemos al respecto. Pero claro, no lo contamos todo. Y es que aunque lo que sabemos sobre el efecto placebo es limitado, hay que admitir que tenemos información de sobra para escribir incontables palabras. Al fin y al cabo el efecto placebo intriga a la ciencia hasta puntos insospechados. Por eso, hoy os vamos a contar algunas curiosidades más sobre este peculiar fenómeno. Allá vamos.

También existe el efecto nocebo


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Ryan Weisberger(Flickr)


Se considera al efecto nocebo como lo contrario al efecto placebo. Efectivamente, el efecto nocebo ocurre ante la expectativa, que puede ser consciente o inconsciente de que algo nos haga daño pero sin que exista una razón real para que lo haga. Normalmente se manifiesta con un empeoramiento que puede ir desde un malestar hasta hasta una situación grave de enfermedad. El efecto nocebo, aunque algo menos conocido que su hermano placebo, también es estudiado a fondo por la medicina. Es lógico puesto que, al igual que el efecto placebo puede "curar", el nocebo puede desencadenar un problema severo o crónico. Por desgracia no se conocen los mecanismos que actúan aunque se estiman muy parecidos a los del efecto placebo.

El efecto placebo emborracha


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Shutterstock


Pues sí. Administrar un placebo simulando que es alcohol puede tener como consecuencia que una persona se sienta ligeramente borracha: mareada, con la lengua poco suelta y con un ligero malestar. Hay, incluso, quién aqueja de sufrir una ligera resaca tras los efectos. Pero no ha habido alcohol de por medio. En cierta medida, y a la luz de lo que sabemos sobre las resacas, esto tendría sentido, ya que es nuestro propio sistema inmune uno de los protagonistas de las resacas. Esta investigación no es ninguna tontería ya que el placebo se utiliza ampliamente en el tratamiento de la adicción. De todas formas, este efecto placebo del alcohol tiene, como no, sus limitaciones, tal y como muestran algunos de los estudios realizados al respecto.

Funciona aún cuando sabemos que es un placebo


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Lisa S. | Shutterstock


Este es uno de los hechos que más llaman la atención. Porque saber que nos encontramos ante un placebo no tiene por qué disminuir sus efectos. Así lo han demostrado en diversas ocasiones, cuando tras revelar a los pacientes que se encontraban ante el placebo los resultados siguieron siendo mejores que los de los que no recibían nada. Probablemente el mecanismo tras esto sea muy parecido al del placebo "de incógnito". Al fin y al cabo, todavía no entendemos del todo como se dispara la cascada de procesos que nos hacen mejorar.

Sí, también existe la cirugía placebo


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¿No es suficiente con una pastillita de azúcar? No se preocupe usted, ahora mismo lo metemos a quirófano. En algunos casos se ha probado el efecto que puede tener una intervención quirúrgica falsa. Esta puede resultar positiva ante el tratamiento de ciertas enfermedades de origen neurológico. En realidad se han mostrado más efectivas de lo que parece. Eso sí, nos plantea una cuestión importante al respecto: ¿es éticamente correcto someter a una persona a una intervención quirúrgica, con todos sus peligros, simplemente para provocar un efecto placebo? Sin duda es un punto interesante sobre el que meditar.

Los animales también sienten el efecto placebo


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Fuente: Shutterstock


Sí, también. Uno de los principales argumentos que sostienen los defensores de las pseudociencias (y desconocedores del efecto placebo) es que los animales se curan antes al administrarles curas totalmente absurdas pero que ellos creen afectivas. Esto se debe en primer lugar a la percepción de la persona quien normalmente aprecia señales como síntomas de una curación precoz. Lo que la gente no sabe es que los animales tienen ciclos metabólicos distintos y no todo funciona en los mismos tiempos. Pero también existe un efecto placebo en el animal. Sí, varios estudios han demostrado que a los animales se les puede condicionar con un placebo, mejorando notablemente su estado de salud.

El efecto placebo en los niños


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Mike Leitz (Flickr)


Ah, amigo mío. Este es otro de los argumentos estrella. ¿Cómo va a saber un niño que lo que le estás dando en realidad no lleva nada? Ah, pero el sabe que lo que estás haciendo es para que se le alivie el dolor. El truco no está en la pastilla mágica, sino en la acción. Varios estudios han demostrado que el efecto placebo en niños es incluso más fuerte que en adultos. ¿Las razones de esto? Podemos sacar muchas hipótesis al respecto. Yo, humildemente, opino que es debido a un sistema más joven y activo. Pero quién sabe. Sin conocer bien los mecanismos que desencadenan el efecto placebo, es muy difícil de saber.

El color de la píldora placebo tiene importancia


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Otro curioso estudio (que muestra toda la atención que se le da al efecto placebo) trabaja sobre el efecto del placebo según el color de la píldora. Los seres humanos somos animales eminentemente visuales. Si el color afecta profundamente a nuestra percepción de la comida, ¿cómo no iba a hacerlo en el efecto placebo? Aunque no sabemos tan bien el modo que tiene la pastilla de provocar su efecto según el color, es un tema que se viene estudiando desde mucho tiempo atrás.

La cultura también afecta al placebo


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/www.shutterstock.com/gallery-2598907p1.html">aliaksei Putau | Shutterstock


Algunas de las investigaciones más curiosas hablan del placebo desde el punto de vista cultural. Y es que parece ser que el efecto placebo varía entre sociedades. Sí, no se perciben con los mismos buenos ojos ni tienen el mismo efecto los formatos de administrar los placebos en todos los lugares. Según sea inyectado, en pastilla o en solución, el color o la dosis varía su efectividad según la población donde se administre. El efecto placebo varía, incluso, sobre la enfermedad que trata con el lugar. Con todo esto podemos apreciar los fascinantes efectos que tiene el placebo sobre nuestra salud. Por eso se destina tanto dinero y esfuerzo en comprender un efecto que parece mágico (y algunos se aprovechan de él por eso). Pero, en realidad, es un efecto natural y común. Mucho más común de lo que nos atrevemos a imaginar. Y una vez que sepamos todos sus secretos, los mayores beneficiados seremos nosotros.

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