Si tienes un móvil Android y te gusta trastear con él, tarde o temprano acabarás haciéndole alguna prueba de rendimiento. Los benchmarks para Android se han convertido en la forma más rápida de saber cuánta potencia real tiene tu smartphone o tablet, de comprobar si se calienta más de la cuenta o de ver si esa actualización que acabas de instalar le ha sentado bien o le ha dejado peor que antes.
Ahora bien, tampoco todo es oro lo que reluce: las apps de benchmarking están muy bien para comparar dispositivos o detectar problemas, pero no son una “verdad absoluta” a la hora de comprar móvil. Aun así, si quieres medir CPU, GPU, memoria, almacenamiento, autonomía, e incluso la potencia de la IA del procesador, hay un buen puñado de aplicaciones muy completas que merece la pena conocer, incluidas apps que limpian tu Android.
Qué es exactamente un benchmark y para qué sirve en Android
Cuando hablamos de benchmarks nos referimos a tests estandarizados que ponen a prueba el hardware del móvil con cargas de trabajo concretas. Estas pruebas pueden centrarse en uno o varios componentes (CPU, GPU, RAM, almacenamiento, batería, módem, sensores…) y al final arrojan una puntuación o informe.
La gracia es que, al ser pruebas repetibles para todos los dispositivos, puedes comparar tu móvil con otros modelos y ver si rinde por encima o por debajo de lo esperado. También permiten comprobar si una actualización del sistema operativo, una nueva ROM o incluso un cambio de batería ha mejorado o empeorado el rendimiento.
En Android tenemos benchmarks “clásicos” que miden potencia bruta (Antutu, Geekbench, 3DMark…), aplicaciones orientadas a escenarios reales (PCMark), herramientas centradas en el almacenamiento (Disk Speed, Androbench) y utilidades de diagnóstico e información de hardware (CPU-Z, AIDA64, CPU X, Droid Hardware Info…). Incluso hay apps que miden el rendimiento de la inteligencia artificial, como AI Benchmark.
Aunque los resultados son útiles, no deberías basar la compra de un móvil solo en una puntuación de benchmark. Hay factores como la optimización del fabricante, la gestión térmica, la pantalla, las cámaras o el software que influyen muchísimo en la experiencia diaria y que un simple número no termina de reflejar, por eso hay guías para mejorar el rendimiento.
Antutu: el referente en benchmarks “todo en uno”
Si hablamos de Android y de pruebas de rendimiento generales, Antutu es probablemente el nombre más conocido entre los usuarios. Este benchmark somete al teléfono a una batería de tests que cubre prácticamente todo el hardware importante.
Desde la app puedes lanzar una prueba completa o elegir un test personalizado. Antutu analiza la experiencia de usuario (UX), la CPU, la GPU, la memoria RAM y el sistema de almacenamiento (IO), ofreciendo una puntuación para cada apartado y una nota global. El apartado de CPU, por ejemplo, diferencia entre rendimiento de un solo núcleo y rendimiento multinúcleo, algo muy útil para ver cómo se comporta el procesador en tareas ligeras y pesadas.
Aunque muchos se fijan solo en el número final, la puntuación global de Antutu tiene sentido sobre todo cuando la comparas con otros móviles. Un dispositivo con 20.000 puntos rinde, a grandes rasgos, el doble que otro con 10.000 en la misma versión del test, siempre que las condiciones de la prueba sean similares (temperatura, aplicaciones en segundo plano, etc.).
La app incluye un ranking en el que puedes ver en qué posición queda tu smartphone frente a otros modelos, e incluso consultar resultados de dispositivos con otras plataformas; Antutu ofrece herramientas para Android, pero también tiene presencia en iOS, Windows o incluso Ubuntu, facilitando las comparaciones cruzadas.
Ten en cuenta que las puntuaciones pueden variar según la ROM, el modo de energía que tengas activo o el nivel de batería. Para obtener datos más fiables, conviene cerrar todas las apps en segundo plano, dejar el móvil con suficiente carga y evitar hacer nada mientras se ejecuta el test.
PassMark: pruebas de rendimiento ligeras y muy completas
PassMark es otra solución veterana en el mundo del rendimiento, conocida sobre todo en PC, pero que también tiene su app para Android. Su enfoque es similar al de la versión de escritorio: múltiples pruebas técnicas agrupadas en una sola aplicación.
Con PassMark puedes ejecutar tests de CPU, almacenamiento (disco), memoria, gráficos 2D y gráficos 3D. La separación entre gráficos 2D y 3D es muy útil, ya que permite analizar por un lado la fluidez en interfaz y tareas de escritorio (scroll, ventanas, elementos planos) y por otro el rendimiento en juegos y aplicaciones 3D.
Las pruebas de memoria y almacenamiento ayudan a saber cómo de rápido abre apps el dispositivo, cuánto tarda en cargar datos o si el sistema se nota ágil. PassMark también ofrece varias pruebas de CPU que miden el rendimiento en uno y varios núcleos, lo que da una visión más completa del SoC.
Uno de sus puntos fuertes es la base de datos online: puedes comparar las puntuaciones de tu móvil con las de otros dispositivos en lectura/escritura, gráficos, CPU, etc.. Además, la app muestra una ficha bastante detallada del hardware, hasta el punto de que muchas veces evita tener que instalar otras apps como CPU-Z solo para ver las especificaciones.
A nivel de uso es una app ligera y bastante directa, ideal si quieres un benchmark más “técnico” pero sin perder facilidad de uso. Eso sí, no tiene tanto tirón mediático como Antutu, así que verás menos tablas de comparación basadas en sus resultados.
3DMark: la referencia para medir potencia gráfica y gaming
Cuando el objetivo es saber cómo se va a comportar tu móvil con juegos exigentes, 3DMark es de lo mejor que puedes instalar para optimizar el rendimiento de juegos. Es un benchmark centrado en GPU y CPU para cargas gráficas muy intensivas, con escenas en 3D llenas de efectos modernos.
3DMark funciona con distintos tests diseñados para gamas y tecnologías diferentes. Uno de los más populares es 3DMark Wild Life, una prueba que ejecuta una carga gráfica equilibrada para móviles y tablets actuales, y después compara tu puntuación con la de otros dispositivos que hayan pasado el mismo escenario.
Si tienes un terminal potente de última generación, 3DMark Wild Life Extreme sube todavía más el nivel. Es un test extremadamente pesado en el que muchos móviles apenas rozan los 15 FPS. Lo normal es que el teléfono se caliente bastante durante la prueba, ya que exprime a fondo la GPU y el sistema de refrigeración.
Para comparar móviles antiguos o gamas medias con dispositivos más veteranos (incluidos iPhone y iPad de hace unos años), puedes usar los modos Sling Shot y Sling Shot Extreme. Estas pruebas ofrecen un análisis detallado del rendimiento gráfico en hardware menos reciente, ideal si quieres ver cómo ha envejecido tu móvil o tablet frente a otros de su generación.
Las versiones más nuevas de 3DMark incluyen también 3DMark Solar Bay, un benchmark específico para dispositivos Android con soporte de Vulkan Ray Tracing. Este test está pensado para móviles muy recientes que puedan manejar trazado de rayos en tiempo real y se compone de tres secciones con cargas crecientes, perfectas para entender hasta qué punto puedes activar ray tracing en juegos compatibles sin destrozar los FPS.
Una de las claves de 3DMark es que no solo da una puntuación, sino que la acompaña de gráficas, listados y rankings muy completos. La propia app te recomienda qué prueba instalar según las capacidades de tu dispositivo para ahorrar espacio y tiempo de descarga, y te permite comparar resultados con miles de modelos, ver cómo cambia el rendimiento tras cada actualización de sistema y detectar teléfonos que mantienen la potencia de forma estable sin thermal throttling.
Además, Solar Bay, Wild Life y Wild Life Extreme incluyen tanto un benchmark rápido como un test de estrés más largo. El primero mide el rendimiento pico, mientras que el segundo muestra cómo se comporta el móvil cuando lleva un buen rato “apretado”, algo clave si sueles jugar sesiones largas. Todo esto sin anuncios y sin compras in‑app, ya que 3DMark para Android es completamente gratuito para uso personal.
Geekbench 5: midiendo la fuerza bruta de la CPU (y algo más)
Geekbench 5 se ha ganado la fama de ser uno de los estándares de referencia para medir el rendimiento de la CPU en móviles, tablets y ordenadores. Su gran baza es que es multiplataforma: hay versión para Windows, macOS, Linux, iOS, Android e incluso otras plataformas más minoritarias.
La app de Android realiza pruebas de rendimiento de un solo núcleo y de varios núcleos. Esto refleja muy bien cómo se comporta el teléfono tanto en tareas sencillas (un hilo ligero) como en multitarea o procesos pesados que usan todos los núcleos a la vez. Durante el test, la CPU se ve sometida a cargas variadas, desde tareas relativamente ligeras hasta procesos muy intensivos.
Geekbench 5 no se queda solo en la CPU: incluye un apartado llamado Compute Benchmark, pensado para medir las capacidades gráficas y de cómputo del dispositivo mediante APIs como OpenCL, CUDA o Metal (según la plataforma). En Android, este tipo de pruebas ayudan a ver el potencial del móvil en tareas de cálculo aceleradas por GPU.
Como curiosidad, Geekbench también mide rendimiento en áreas modernas como el aprendizaje automático o la realidad aumentada, que cada vez dependen más del hardware de IA integrado en los SoC actuales. Además, permite subir los resultados a la web Geekbench Browser para que cualquiera pueda consultarlos y compararlos.
La aplicación muestra una ficha bastante completa de tu terminal: nombre y modelo de CPU, número de núcleos, frecuencia, modelo de dispositivo, versión de Android, placa base, gobernador de CPU y otros datos avanzados; si buscas exprimir la CPU, consulta una guía para hacer overclock en Android.
PCMark: pruebas con tareas del día a día
PCMark adopta un enfoque distinto al de otros benchmarks más “sintéticos”. En lugar de tirar de algoritmos poco representativos, intenta recrear tareas reales que haces todos los días con el móvil: navegar por Internet, escribir documentos, editar fotos y vídeos, trabajar con hojas de cálculo, etc.
Su prueba estrella en Android es Work 3.0, evolución de las antiguas Work 1.0 y Work 2.0. Este test simula un uso de oficina y multimedia bastante realista, combinando diferentes cargas para ver cómo se comporta el sistema en conjunto, no solo piezas aisladas como CPU o GPU. El objetivo es medir la fluidez general en un escenario similar al que tendrás en tu día a día.
A diferencia de otros benchmarks, PCMark trata el móvil como un sistema completo donde CPU, GPU, memoria y almacenamiento trabajan juntos. Sus pruebas no se centran tanto en medir cada componente por separado, sino en cómo se coordinan para resolver tareas comunes del usuario medio.
La aplicación integra también herramientas de monitorización de hardware en tiempo real. Mientras se ejecutan las pruebas, puedes ver cómo se comportan la CPU, la GPU, la batería y otros elementos. Esto resulta especialmente útil para entender si el fabricante ha optimizado bien el dispositivo o si aparecen caídas de rendimiento por temperatura o por gestión de energía demasiado agresiva.
Por si fuera poco, PCMark incluye benchmarks específicos para duración de batería y almacenamiento. En el test de batería, el móvil se somete a cargas reales durante horas para medir cuánto aguanta, mientras que las pruebas de almacenamiento analizan las velocidades de lectura y escritura tanto internas como externas, además de operaciones típicas de base de datos.
Todo ello acompañado de una función de comparación que te permite enfrentar tus resultados con los de otros modelos, filtrar por marca o por tipo de prueba y ver cómo afectan las actualizaciones de sistema a la clasificación. Es una herramienta muy completa para quien busca más que un simple numerito de potencia bruta.
GFXBench: benchmark gráfico avanzado con pruebas muy variadas
GFXBench, anteriormente conocido como GLBenchmark, es un viejo conocido en el terreno gráfico. Su especialidad es medir rendimiento, estabilidad a largo plazo, calidad de renderizado y consumo energético de la GPU, con especial foco en efectos 3D avanzados.
La app ofrece una gran variedad de pruebas, cada una con una carga de trabajo distinta. Entre ellas están Ruinas Aztecas, Car Chase, Manhattan 3.1, Manhattan, T-Rex, tessellation, ALU, texturing, driver overhead, battery and stability, alpha blending, fill rate y muchas más. Cada test presiona un aspecto concreto de la GPU, lo que permite un análisis muy fino.
Una de sus ventajas es que permite benchmarks de API cruzada y multiplataforma usando OpenGL ES y Vulkan. Esto significa que puedes ver cómo rinde tu móvil con distintas APIs gráficas y compararlo con otros dispositivos, incluidos algunos de escritorio. Las pruebas pueden ejecutarse en modo on‑screen (a resolución de pantalla) u off‑screen (a resolución fija), ideal para comparaciones justas sin que la resolución influya.
La prueba Ruinas Aztecas, por ejemplo, simula un entorno muy similar a un videojuego moderno con iluminación global dinámica, HDR, efectos de luz en tiempo real y oclusión ambiental SSAO. Además de la tasa de FPS, GFXBench ofrece datos sobre consumo de batería y estabilidad, lo que da una idea de si el móvil mantiene el tipo en sesiones largas o si pierde rendimiento rápidamente.
Desde la sección Comparar de la app puedes enfrentar los resultados de tu dispositivo con los de otros smartphones y tablets, mientras que el apartado Información del dispositivo muestra todos los detalles relevantes de la GPU y el resto de hardware gráfico. Es una herramienta muy potente para quien quiere ir más allá del típico test rápido.
Disk Speed y otros benchmarks de almacenamiento
El almacenamiento es uno de los grandes olvidados en muchos benchmarks, pero influye muchísimo en la sensación de fluidez del móvil y es clave para optimizar Android. Disk Speed es una app muy ligera (apenas 1,5 MB) centrada precisamente en medir la velocidad de lectura y escritura.
Con ella puedes hacer tests sobre almacenamiento interno, almacenamiento externo (tarjeta microSD), unidades USB conectadas mediante OTG o rutas personalizadas. La idea es saber si la memoria del dispositivo está a la altura o si una tarjeta microSD, por ejemplo, se está convirtiendo en un cuello de botella.
La aplicación detecta automáticamente las unidades interna y externa, lo que hace que el proceso sea muy sencillo. Incluye un control deslizante para elegir cuánta capacidad se va a utilizar en la prueba; conviene seleccionar un tamaño razonable, porque si se usa muy poco espacio los resultados pueden no ser representativos.
Antes de lanzar el test es importante asegurarte de que el volumen donde vas a probar tiene al menos un 20 % de espacio libre. De lo contrario, corres el riesgo de que el móvil se quede sin margen durante la escritura y la prueba pueda bloquear el sistema. También es recomendable cerrar otras apps para evitar interferencias.
Aunque existen otras alternativas como Androbench para medir IOPS y latencias, Disk Speed destaca por su sencillez, bajo consumo de espacio y la posibilidad de probar fácilmente tanto la memoria interna como cualquier tipo de almacenamiento conectado.
Apps de información de hardware y diagnóstico: CPU-Z, AIDA64, CPU X y más
Más allá de los benchmarks puros, hay aplicaciones que sirven para conocer al detalle qué hay dentro de tu móvil y comprobar que todo funciona como debe. CPU-Z es una de las más populares, una adaptación de la famosa herramienta de Windows para Android.
Con CPU-Z puedes ver el tipo de SoC, la frecuencia de la CPU, la cantidad de memoria RAM, la resolución de la pantalla, el modelo exacto del dispositivo, la marca, los sensores y el estado de la batería (nivel, temperatura, voltaje). Toda esta información se presenta de manera ordenada en pestañas, lo que resulta muy cómodo para diagnósticos rápidos.
AIDA64 va un paso más allá y ofrece una visión muy profunda tanto del hardware como del software. Además de la CPU y la GPU, muestra versiones del sistema operativo, kernel, bootloader, librerías como zlib, directorios del sistema, estado de la batería, redes WiFi y móviles, lista de apps instaladas, frecuencia en tiempo real de CPU y GPU y mucho más.
Otro clásico es CPU X, que combina funciones de información de hardware con utilidades extra. Aporta datos de procesador, núcleos, velocidad, memoria RAM, cámara, sensores y otros aspectos del dispositivo, y además incluye herramientas como medidor de velocidad de Internet, monitor de temperatura y amperaje de la batería, e incluso extras como regla, burbuja de nivel, brújula o señal de emergencia.
Si quieres algo muy orientado a la ficha técnica, Droid Hardware Info organiza toda la información en secciones como dispositivo, sistema, memoria, cámara, batería y sensores. Permite ver rápidamente la configuración interna de tu Android, aunque en funciones avanzadas puede quedarse algo por detrás de otras soluciones más completas.
También existen suites de diagnóstico como Phone Doctor Plus, que revisa sensores, GPS, CPU, chip 3G, giroscopio, acelerómetro, etc., o apps como Test Your Android, que permiten probar manualmente un buen número de componentes del sistema (pantalla, micrófono, altavoces, Bluetooth, cámara…) y añaden utilidades como linterna o lector de códigos de barras, aunque a cambio suelen mostrar bastante publicidad.
AI Benchmark: probando la inteligencia artificial del móvil
Con la llegada de los chips con NPU y aceleradores específicos, la potencia de IA se ha vuelto tan importante como la CPU o la GPU para ciertas tareas. AI Benchmark es una herramienta pensada justo para eso: medir el rendimiento de los algoritmos de inteligencia artificial en tu Android.
La app ejecuta 46 pruebas repartidas en 14 secciones, que cubren cosas como reconocimiento facial, clasificación de imágenes, predicción de texto, corrección y mejora de fotografías, efecto bokeh mediante redes neuronales y otros algoritmos modernos. Así puedes ver hasta qué punto el móvil es capaz de procesar este tipo de cargas de forma rápida y precisa.
AI Benchmark es compatible con SoC con NPU y aceleradores de IA como los Dimensity, Exynos, Snapdragon, Kirin, MediaTek Helio y otros chips modernos. También permite activar aceleración basada en GPU en dispositivos que no cuentan con NPU dedicada, ajustando la configuración interna.
Para usuarios avanzados, la aplicación ofrece un modo PRO en el que puedes cargar tu propio modelo de aprendizaje profundo basado en TensorFlow Lite y probarlo directamente en el móvil. De esta forma, desarrolladores y entusiastas pueden medir el comportamiento real de sus redes en hardware concreto.
En general, se trata de una de las herramientas más completas y rápidas para evaluar la “cabeza pensante” del dispositivo, algo especialmente atractivo si te interesan las funciones de cámara con IA, el reconocimiento de voz o las aplicaciones que hacen uso intensivo de redes neuronales.
Otros benchmarks clásicos y herramientas relacionadas
A lo largo de los años han existido muchos benchmarks para Android, algunos de los cuales hoy están algo desactualizados pero siguen siendo interesantes para dispositivos antiguos. Quadrant, por ejemplo, fue durante mucho tiempo una referencia en pruebas de CPU, GPU, memoria y almacenamiento, con versión gratuita y ediciones avanzadas de pago.
Otro nombre histórico es Vellamo, desarrollado por Qualcomm. Esta herramienta se centraba en medir el rendimiento del navegador y la fluidez del sistema en operaciones HTML5, zoom y scroll de páginas, gráficos 3D, reproducción de vídeo, lecturas y escrituras en memoria o conexión a redes de datos. Con el paso del tiempo ha ido quedando en segundo plano, pero fue clave en su momento.
También hubo Antutu 3DRating Benchmark, orientado solo al rendimiento gráfico sobre OpenGL ES 2.0, con escenas de sistemas de partículas avanzados, animaciones de fluidos y sombras complejas. Y por la parte de GPU, los primeros GFXBench (bajo el nombre GLBenchmark) abrieron el camino en pruebas gráficas multiplataforma para Android e iOS.
En el terreno de PC, herramientas como MemTest86 se han usado durante años para diagnosticar fallos de memoria RAM, y aunque no funcionan en Android, siguen siendo referencia para testear equipos de escritorio o portátiles. Del mismo modo, utilidades como HWiNFO están orientadas a Windows y DOS, ofreciendo análisis y monitorización de hardware de PC, pero no tienen app funcional para Android.
Por último, programas como RAM Booster en ordenador permiten ver la RAM total (física y virtual), el porcentaje de memoria libre y liberar recursos automáticamente cuando se alcanza cierto umbral. Aunque en Android hay muchas apps que prometen “limpiar RAM”, conviene tener cuidado con ellas porque, mal usadas, pueden empeorar el rendimiento cerrando procesos que el sistema reabre continuamente.
Con todo este abanico de aplicaciones, hoy es posible medir prácticamente cualquier aspecto del rendimiento de tu móvil Android: potencia de CPU y GPU, estabilidad térmica, rapidez del almacenamiento, autonomía real, calidad del hardware, e incluso el músculo de la inteligencia artificial integrada. Lo ideal es combinar varias de estas herramientas según lo que te interese (juegos, uso diario, diagnóstico, IA…) y tomarte siempre las puntuaciones como una guía, no como una sentencia inamovible, porque al final lo que realmente importa es cómo se comporta tu teléfono en las tareas que tú haces cada día.
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