Samsung ha hecho oficial su nuevo Galaxy Note 5. Más potente que el anterior y con un diseño que sigue las líneas del Galaxy S6, con curva en su trasera.
Qué pronto, ¿verdad? Por primera vez en años, Samsung ha modificado su agenda para adelantar la llegada del Note, que además viene acompañado este año. En lugar de esperar a la IFA como es tradición, el 13 de agosto ha sido la fecha escogida para hacer oficiales sus dos nuevos lanzamientos.
Uno es el Galaxy S6 Edge+, una versión ligeramente mejorada y agrandada del S6 Edge. El otro es el verdadero protagonista, uno de los terminales más esperados del año: el Galaxy Note 5. Estas son sus especificaciones:
- Pantalla: Super AMOLED 5.7”
- Resolución: 2560 × 1440 (518 ppp)
- Procesador: Exynos 7 Octa 14 nm
- Conectividad: WiFi 802.11b/g/n/ac, LTE cat 6 y 9, Bluetooth 4.2
- Cámara: 16 MP con OIS y VDIS / frontal de 5 MP
- Memoria RAM: 4 GB
- Almacenamiento: 32 / 64 GB
- Batería: 3.000 mAh con carga inalámbrica
- Dimensiones: 153.2 x 76.1 x 7.6 mm
- Peso: 171 gramos
Muy continuista en el buen sentido. Las mejoras respecto al 4 están en una reducción de casi 1 mm en su grosor, el aumento a 4 GB de RAM, el nuevo procesador de 14 nm, la cámara frontal que pasa de 3.7 a 5 megapíxeles y la incorporación de carga inalámbrica.
Sobre el papel, la batería reduce en 220 mAh su autonomía, pero habrá que ver el trabajo de Samsung en materia de optimización para comprobar si es un paso atrás o en cambio se mantiene la autonomía con un grosor inferior. Además, los 14 nm del Exynos 7 que monta dan lugar a la esperanza.
La clave, el diseño
Si por algo se ha caracterizado el diseño de Samsung en los últimos años es por dar bandazos. De todos los Galaxy S y Note apenas había un patrón, únicamente existía en el diseño frontal pero no en materiales, traseras ni marcos.
Tras la buena acogida de S6 y S6 Edge, parece que Samsung se ha empadronado donde viven sus buenos diseñadores y por fin hay un lenguaje homogéneo y coherente entre teléfonos de la misma casa, que además da señales de perpetuarse. Cualquiera que tenga menos de 14 dioptrías se dará cuenta rápidamente de que por fin hay un buen diseño que se mantiene.
El Note 5 no tiene pantalla curva. Ni por un borde ni por los dos. No hay como el año pasado un [música de terror] Note Edge, sino que simplemente tiene curvada su parte trasera, en los bordes, lo que según Samsung le da un mejor agarre.
Básicamente estamos ante un Note 4 puesto al día en cuanto a especificaciones, un gusto bastante más alto por el diseño y los detalles — sin llegar a niveles sobresalientes, dicho sea de paso; y con funciones útiles para el usuario.
La época de los trucos de magia y efectos intrascendentes quedó atrás. Ahora hablamos de carga rápida, un códec de audio propio que mejora y escala el sonido o LTE cat. 9 (subidas de hasta 450 Mbps y bajadas de hasta 50 Mbps). Mejoras de verdad.
En el otro bando, el mismo guión que con el S6, que fue el primero en cruzar el Rubicón: la apuesta por un diseño y material premium implica renunciar a otros factores. Por ejemplo, a la ranura microSD o a la batería extraíble. Pérdidas irreparables como la muerte de un primogénito para algunos jacobinos, sacrificios necesarios y justificados para otros. Yo personalmente me alineo con los segundos, con los abrahamistas. Larga vida a esta nueva forma de hacer las cosas. Hail Hydra.
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