Hace algo más de un mes que tengo en mis manos el iPad Pro. Lo he usado a diario, me he sorprendido con él, he conocido sus virtudes y defectos y lo he terminando en mi día a día, en mi flujo de trabajo, y también en mi ocio. Si estás pensando si en hacerte con uno o no, ya tienes la decisión tomada, o ya lo compraste pero no tienes claro qué deberías hacer ahora para sacarle todo el partido, esta es mi experiencia con él.
La vital importancia de Split View
Poder tener dos aplicaciones simultáneamente en pantalla marca la diferencia. Por supuesto que también está en el iPad Air 2, pero en el Pro, por tamaño, gana enteros. Poder usar una estrecha columna de Tweetbot a un lado y Safari a otro, o un editor de textos y Safari, o inserte prácticamente el ejemplo que se le ocurra, no tiene vuelta atrás. Hay funciones testimoniales, opcionales, efímeras, y otras definitivas. Split View es una de ellas: la vida del iPad con ella es distinta y mejor.
En este punto recomiendo mucho Sidefari, una aplicación que nos permite ver dos ventanas de Safari simultáneas en el iPad de forma sencilla y eficaz.
Y la de Picture in Picture
Esta función, estrenada en los Galaxy S III y Note 2 de hace unos años, ha llegado al iPad... también para quedarse. Vídeos, Plex, Facetime... son aplicaciones que utilizan Picture in Picture (PiP) para poder seguir viendo un vídeo en una ventana flotante más pequeña, con tamaño y posición personalizables. Una función que acerca el iPad a la esencia del Mac manteniendo la simplicidad y la "protección" que da iOS.
Un briconsejo aquí: olvida la aplicación de YouTube y utiliza ProTube, que sí que utiliza PiP y Split View. Al menos hasta que YouTube se actualice para ellas.
Los teclados
Comprarse un iPad Pro para trabajar, al menos ocasionalmente, y no acompañarlo de un teclado físico es como tomarse una magdalena sin vaso de leche. Falta algo. En mi caso, he probado tres teclados junto al iPad Pro, y tengo muy claro con cuál me quedo a día de hoy.
Esos tres teclados son el Apple Keyboard "tradicional" (el inalámbrico que viene con los iMac), el Smart Keyboard (el propio de Apple para el iPad Pro) y el Logitech Create, también específico para el iPad Pro. Rápidamente ahí van mis impresiones:
El mejor: Smart Keyboard. Ahora mismo no tiene rival gracias a su integración perfecta con el iPad Pro, su tacto, su tamaño tanto abierto como cerrado haciendo de funda, y su diseño. Lo malo es que todavía está sólo en inglés. Me he acostumbrado antes de lo que creía a usarlo, yo que siempre utilizo teclado español, pero aún así sería mucho mejor si ya estuviese en español. En cualquier caso, llegará, lo cual puede ser incluso aún más contraproducente: ¿compro o espero al español, que aún no tiene fecha de llegada?
El mediocre: Logitech Create. Está muy bien que también se integre y haga uso de los conectores magnéticos del borde, y que tenga las teclas retroiluminadas. Fin de la historia. El diseño con la funda cerrada es terrible, es demasiado grueso, y la sensación general es de que estamos usando un producto de plástico barato. Si no te importan los últimos puntos y te convencen los primeros, es tu elección.
El peor: Apple Keyboard. Y donde dice "Apple Keyboard" cabe cualquier teclado inalámbrico y físicamente separado del iPad Pro. Salvo para casos puntuales o gustos muy específicos, es mucho mejor tener un teclado pegado por completo al iPad Pro. Y ahí voy más allá de una mera unión. Siguiente punto.
Fotografía: Ariana Escobar.
Fotografía: Ariana Escobar.
Fotografía: Ariana Escobar.
Si dependemos de una pantalla táctil, las teclas tienen que estar prácticamente pegadas a la pantalla. Ahí cumplen genial tanto Smart Keyboard como Logitech Create: no tienen teclas de función sobre la fila de los números, y es muy bueno. Así, cuando estamos tecleando o reposando la mano sobre el teclado, con mover los dedos alcanzamos la pantalla, tanto para navegar por la interfaz como usar el trackpad virtual. No hace falta estar subiendo y bajando el brazo constantemente. Parece una tontería, pero es un detalle que transforma la experiencia. Por eso no es buena idea utilizar un teclado externo, separado del iPad Pro. Una cosa es que no se tenga más remedio y otra es que se escoja.
El iPad Pro sin el Pro
Hace unos años, el MacBook Air estaba muy limitado, el MacBook (el blanquito) parecía demasiado básico a un precio alto, y el MacBook Pro se llevó muchas de las potenciales ventas de ambos. Por un poco más de lo que costaba el MacBook se accedía al MacBook Pro básico de 13 pulgadas. Muchos que sólo querían un uso doméstico, de ocio o académico acabaron comprando el Pro por ese motivo.
Ahora, la historia se repite, más o menos. Por encima de todo, el iPad Pro es un iPad, y puede tener el mismo uso que los iPad anteriores en versión gran pantalla. La diferencia de precio ahora sí que es sustancial, y un precio que parte de los ~900 euros, para darle un uso doméstico a cambio de una pantalla mayor, sí que será excesivo para demasiados. Aún así... siguiente punto.
El iPad del largo plazo
La evolución de la memoria RAM en los dispositivos iOS es en buena parte lo que ha determinado la viabilidad de mantener actualizados dispositivos antiguos. De ahí se explica en parte que los iPhone de 2014 llegaran con 1 GB de RAM, cifra pírrica en comparación a lo que ofrecía toda la competencia en la gama alta. Incluso ahora, con los 6s, 2 GB de RAM es lo que ya ofrecía el Galaxy S III de 2012.
La tradicional cautela de Apple a la hora de determinar las especificaciones de las nuevas generaciones se ha roto con el iPad Pro, con 4 GB de RAM y un procesador que supera a muchos ordenadores portátiles y no portátiles recientes. ¿Qué supone esto? Que posiblemente este iPad Pro sea el dispositivo de Apple que mejor resista el paso del tiempo, que mejor siga funcionando dentro de varios años y que más versiones de iOS sea actualizado. Así que parte de la cara inversión se amortiza pensando en él a largo plazo. Un smartphone se renueva en promedio cada dos años, este iPad Pro posiblemente dure más que un portátil.
Cómo NO usar el Pencil
Fotografía: Ariana Escobar.
Si has comprado también el Apple Pencil (algo no muy recomendado si no te dedicas al diseño y la ilustración, o a usarlo con aplicaciones que sepas que vas a usar de verdad), quizás te dé por utilizarlo como alternativa al dedo. En alguna situación, hasta tiene su punto. Para juegos de precisión, como Lumino City, incluso me ha ayudado y me ha gustado usarlo. Pero no es nada recomendable usar el Pencil si no lo necesitas realmente, y sobre todo si aprecias la batería.
Y es que cuando el iPad Pro detecta que comienzas a usar el Pencil, prepara su pantalla para ello. Y lo hace aumentando la tasa de refresco hasta los 120 fps. Es decir: se actualiza con mucha más frecuencia para detectar más rápidamente y precisa los trazos y toques. Resultado: la duración de la batería del iPad Pro decae. Como con el alcohol , úsalo responsablemente.
Lo que le falta
El iPad Pro es un gran producto, dentro de lo que puede ofrecer, y me ha ido sorprendiendo positivamente con el paso del tiempo. Pero no es perfecto. ¿Quién lo es? Ya que estamos cerca de Navidad, por pedir que no quede. Estas son las dos mejoras principales que me gustaría haber visto, o al menos ver en un futuro próximo:
Cuentas de usuarios. En un iPhone no tiene sentido, quizás sí un modo niños, pero nada más. En un iPad, dispositivo doméstico, familiar, compartido, tiene todo el sentido del mundo añadir la opción de crear varios usuarios con sus respectivas aplicaciones, configuraciones, etc. En el Pro, más todavía.
La vista de aplicaciones en Split View. Cuando queremos seleccionar una aplicación que se muestra en un lado de la pantalla, podemos ver la friolera de tres aplicaciones a la vez. Si tenemos decenas y decenas, o centenares de aplicaciones, llegar a la que queremos puede ser un suplicio. Sería más efectivo un modo "parrilla", como la pantalla de inicio, que muestre muchas más aplicaciones a la vez. Seguro que llegará.
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