Noticia Ninja Gaiden Ragebound, un juego de ninjas Made in Spain a la vanguardia de la acción pixelada

Ninja Gaiden Ragebound, un juego de ninjas Made in Spain a la vanguardia de la acción pixelada


Rápido y sin sutilezas como un ninja: completar dos veces Ninja Gaiden Ragebound ha sido un gustazo. Un auténtico placer. La primera, en modo normal, para desatar su brutal acción plataformera y quedarme embobado con su intachable pixel art. Pero ha sido la segunda, la partida con el modo difícil ya desbloqueado, la que me ha enamorado por completo. ¿He sufrido en el intento? Más bien me ha atrapado. Me ha obsesionado. Pero que eso no te intimide: si te quedas atascado en este nuevo clásico es porque quieres.


The Game Kitchen interioriza las genuinas sensaciones de arrasar de manera frenética con tu katana mientras lo arriesgas todo con cada salto, y pese a que lo logra con naturalidad se ponen a la altura de los máximos exponentes de los juegos de ninjas. De los clásicos de toda la vida y de los que lideran la nueva corriente. Empapandose desde Sevilla de esos clichés asentados en Japón y llevándolos a su terreno con un factor que marca la diferencia: ese mimo especial puesto en cada apartado artístico. Ese que ya vimos en Blasphemous y que aquí brilla hasta deslumbrar.

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Porque Ninja Gaiden Ragebound no tarda en desplegar sus aciertos y, mientras más eleva sus desafíos, logra salir triunfante de cada una de sus pretensiones, que no son pocas. Coronando, en el proceso, tanto la iniciativa de una Dotemu decidida a revivir sagas de culto preservando su esencia clásica como por darle una legítima continuidad a los Ninja Gaiden originales. Siendo cruel con quien busca desafíos y asestar tajos salvajes, aunque también ofreciendo todas las opciones posibles para los que prefieran una experiencia sin riesgos y con menos ketchup pixelado en pantalla. Funcionando de escándalo para ambos perfiles de jugador.


Y es que el mayor hito de Ninja Gaiden Ragebound es cómo pone a sus creadores, The Game Kitchen, a la vanguardia de los juegos de ninjas y la acción pixelada. Apoyándose en la saga a la que da continuidad y tomando ideas prestadas de otros referentes más actuales, incluyendo Cuphead, pero entendiendo de maravilla todo aquello que debe ser un videojuegos de ninjas. Ofreciéndoselo al jugador y, desde ahí, barriendo para casa para un juego Made in Spain que obsesionará a cualquiera que haya disfrutado de la edad dorada de los videojuegos de ninjas. Y ojo, que también a quienes no lograron terminar ninguno en su día.

Un Ninja Gaiden brutal que rebosa el arte (y el mimo) de lo hecho en Andalucía​


El primer gran acierto de Ninja Gaiden Ragebound es cómo te deja claro desde los compases iniciales que no estarás ante el tópico del spin-off a rebufo de la saga principal o se ha desarrollado como un juego menor para apoyar la nueva venida de una entrega numerada principal. Incluso si, en cierto modo, se cumplen ambos aspectos. Dicho esto, lo que nos sirve The Game Kitchen no es un aperitivo, ni tampoco un entremés con vistas a Ninja Gaiden 4, sino un menú completo con la opción de pedirlo con extra de picante o sin sal.


El modo en el que se logra evitar la sensación de que estamos ante una entrega sin peso dentro de la franquicia es también una genialidad: esta no es una historia del legendario Ryu Hayabusa, el héroe de la franquicia, sino su protegido Kenji Mozu. Un personaje que, como los ninjas de los buenos videojuegos, es frío y letal durante las fases de acción, pero con su propio código de honor en las escenas entre fases. Y ya te adelanto que, a diferencia de otros píxeles que se apegan por inercia a la estética retro, Kenji sí tiene madera de protagonista.


A partir de ahí los sevillanos abrazan todo el abanico de tópicos de cualquier juego de ninjas: niveles de ascensores que cambian el desarrollo de avance horizontal por el vertical, laboratorios en los que somos atacados por experimentos fuera de control y hasta fases en las que la lucha tiene lugar a través de vehículos por tierra, aire y mar. De hecho, mucho ojito con el pixel art de la fase en la que conducimos la moto de agua, que enamora. Sin embargo, donde más se han lucido en The Game Kitchen es en la jugabilidad.

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En lo que respecta a las acciones, Ninja Gaiden Ragebound no reinventa la rueda, pero sí la hace girar de un modo propio. Avanzas dando espadazos o puedes trepar por cualquier pared e incluso dispones de un ataque guillotina que, a todos los efectos, es el clásico rebote popularizado en Cuphead. La clave está en cómo todo lo que ocurre en pantalla es desafiante y fluido. En cómo se promueve en cada tramo conquistado, a base de acierto y error, que el jugador domine las técnicas que se no dan nada más concluir el tutorial.


Ahora bien, en The Game Kitchen han sido perfectamente conscientes de que lanzar un Ninja Gaiden en pleno 2025 implica dos cosas: ofrecer un reto a la altura de la franquicia y que, pese a que puedes apegarte a los clásicos todo lo que quieras, tienes que darle un extra a la jugabilidad. Para lograr lo segundo se han introducido talismanes que añaden técnicas y ventajas pasivas y se obtienen a base de recopilar coleccionables, pero también se nos presenta a una segunda protagonista también completamente original: las artes del combate a distancia de la kunoichi Kumori.


Sin entrar en más detalles de los necesarios, las técnicas con proyectiles de Kimori se integran en el repertorio de Kenji como si ella fuese un stand en JoJo's Bizarre Adventure y hasta tiene dos botones dedicados. ¿Puede controlarse por separado? Lo cierto es que deberemos hacerlo en tramos sueltos, y pese a que su ritmo es muy diferente, la dificultad a la que nos enfrentamos al usarla es la misma. Aunque, claro, a efectos prácticos en la mayor parte de Ninja Gaiden Ragebound tendremos a nuestra disposición y de manera simultánea a ambos personajes.


Repartiendo de manera soberbia, al usar ambos estilos de combate, tramos plataformeros diseñados para gustar en lo visual y para obligarnos a calcular los saltos con enemigos colocados con mucha picardía y extra de maldad. ¿Suficientes para desesperarnos? Bueno, te diría que depende de tu destreza y paciencia, pero como comenté antes no te vas a quedar con Ninja Gaiden Ragebound a medio terminar.

La legendaria dificultad de los clásicos con las facilidades que tú necesites​

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¿Los juegos de ninjas tienen que ser difíciles? Si están protagonizados por Ryu Hayabusa deberían tener un desafío implícito. Y no es una opinión: no es que haya una fórmula que diga que son mejores mientras más le compliquen las cosas al jugador, que conste, sino que el propio riesgo, las iniciativas de unos enemigos que nos tuercen las iniciativas o nos asaltan de manera traicionera, forma parte de la manera de ofrecer esa acción brutal de la saga Ninja Gaiden y, por extensión, de la satisfacción de superar un nivel o vencer a uno de sus jefazos. Sin embargo, los protagonistas de Ninja Gaiden Ragebound son otros.


Si empiezas una partida desde cero tienes que saber que cada uno de los cuatro capítulos de los que consta el juego de The Game Kitchen tienen un grado de dificultad exquisito, pero justo. Si te derriban es porque no has planteado bien el salto o has caído en la trampa que estaba puesta con intención, pero también debes saber que tienes vidas infinitas y la certeza de que cuando has pasado un tramo verdaderamente exigente te encontrarás un punto de control.


Si no tocas ningún ajuste lo que tendrás por delante no un paseo, que conste y tardarás en pillarle el truco a cada jefazo. Pero, claro, hasta ahora eso tenía un efecto colateral: en los tiempos de NES o el Spectrum uno se fortalecían ante estos retos. Que repetía diez, veinte o las veces que fueran necesarias un mismo tramo de una fase. Pero ahora, en pleno siglo XXI, hay un perfil de jugador que simplemente quiere ir de una punta de la pantalla y ver qué es lo que pasa después. O, sencillamente, no puede seguirle el ritmo al juego por cualquier otra circunstancia o impedimento. Y los sevillanos lo tienen muy en cuenta.


Pese a que está colocado de manera muy discreta en los ajustes, Ninja Gaiden Ragebound tiene un apartado dedicado a la accesibilidad en la que puedes ajustar desde el área de daño que haces con el salto con guillotina a cambiar la cantidad de daño que recibes de los enemigo, incluyendo reducirlo a cero. Es decir, no perderás salud al recibir golpes, aunque te puedes caer desde las alturas. Incluso puedes cambiar la velocidad del juego y acomodarlo a tus necesidades o gustos. Esto, lógicamente, también sirve para aumentar el grado de dificultad. Sin embargo en este último caso, y como comenté al principio, quizás te interese más llegar al final y ver qué pasa después.


No es ninguna sorpresa decir que un juego de ninjas ofrece diferentes finales y Ninja Gaiden Ragebound no es la excepción. Lo interesante es que al vencer por primera vez al Jefe Final de la historia, y además de desbloquear aspectos para los protagonistas, tienes acceso al modo difícil, el cual es una partida completamente nueva sin los coleccionables y amuletos que has conseguido, pero mucho más agresivo en todos los aspectos: los enemigos hacen más daño, hay nuevas variaciones y, en términos generales, hace que el juego de The Game Kitchen sea ese café para los muy, muy cafeteros que los fans de la saga vinimos a buscar.


Y es que como comenté justo antes, una parte muy significativa del encanto de estos juegos es la satisfacción de haber vencido. De haber resistido, atacado con como un ninja y haber triunfado ante la adversidad. Porque en la saga Ninja Gaiden somos el ninja más poderoso y letal de los videojuegos y, por extensión, eso se debe demostrar a los controles. Y pese a que Kenji no es Ryu Hayabusa, los sevillanos de The game Kitchen pueden estar orgullosos de darle a sus fans un más que digno sucesor a la altura de lo esperado, pero con el arte (y el mimo) de lo que está hecho en Andalucía.

Precio, ediciones y disponibilidad de Ninja Gaiden RageBound​

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Ninja Gaiden Ragebound ya está disponible en Nintendo Switch, PS5, PS4, Xbox Series X/S, Xbox One y PC por 24,99 euros en digital. De hecho, en Steam está la opción de comprarlo con la banda sonora o en diferentes packs con los anteriores juegos de The Game Kitchen (los dos Blasphemous) o, si lo que quieres es jugar con ryu Hayabusa, el recientemente lanzado y sensacional Ninja Gaiden 2 Black.


En lo que respecta a la versión de PC, la cual hemos analizado, es perfectamente jugable desde Steam Deck, lo cual hará que si te quedas atascado en un jefazo o un tramo puedas seguir la partida al día siguiente y con la cabeza más despejada. Y lo mismo pasa con el Quick Resume de Xbox.


Si prefieres la versión física de Ninja Gaiden Ragebound, que será lanzada tanto en Switch como en PS5, te interesará saber que saldrá el 12 de Septiembre de 2025 por 39,99 euros e incluso tendremos una edición especial valorada en 79,99 euros que incluye un libreto, un mapa de tela, 4 pins de metal, un medallón a doble cara, un escenario standee un póster a doble cara y la tradicional BSO en formato digital.


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La noticia Ninja Gaiden Ragebound, un juego de ninjas Made in Spain a la vanguardia de la acción pixelada fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .

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