El Free-to-Play y los 0,99€ nos han mal acostumbrado
Esta semana ha pasado por Tweetbot 4, en su día pasó también con Fantastical 2 para Mac o con el ya desaparecido Instacast. Quién sabe cuál será la app con la que pase la semana o el mes que viene. El caso es que cada vez que una app popular que lanza una actualización de pago se genera la misma discusión y las mismas preguntas. Los “¿otra vez a pagar? ¿Y encima tan cara?” se juntan con los “¿10€ por una app de Twitter?” y los “¿Cómo puede valer un calendario 50€?”. La gente se siente ofendida y en muchos casos se enfada más que con muchas cosas que vemos en las noticias.
Los que entendemos la necesidad tras estas actualizaciones de pago solemos pensar que es culpa de la gente, que es una “agarrada” o, peor aún, una “pirata”, pero ellos no tienen. La culpa es del App Store, de Apple y de muchos desarrolladores que han creado faltas expectativas respecto a lo que cuesta el software. Los precios han bajado cuesta abajo y sin frenos y con ellos el valor que tienen para la gente hasta convertirse en algo de usar y tirar. Puede resultar confuso, pero este mercado de apps a 0,99€ o Free-To-Play ha hecho que al mismo tiempo algunas empresas hayan hecho millones en caja y otras sean un negocio poco sostenible y en ocasiones ruinoso. La única diferencia es el tamaño del mercado al que van dirigidas.
Aplicaciones “premium” vs “de masas”
Si nuestro negocio tiene el potencial de atraer a muchos clientes y consumidores podemos optar por generar muy pocos ingresos de cada uno y al mismo tiempo ganar dinero y ser rentables. Es algo que lleva años funcionando en los medios de comunicación, juegos como Candy Crush o redes sociales como Twitter o Facebook.
Sin embargo, si nuestro producto es de nicho y no vamos a vender más que unos cuantos miles de copias no podemos permitirnos ganar entre 0 y 1 € por cliente. Tenemos que maximizar todo lo que podamos los beneficios que nos genera cada uno. Pero no solo eso, también es necesario diferenciarse como una alternativa de calidad y de valor añadido para justificar el precio al mismo tiempo que atraemos a los clientes más exigentes. Más exigencia = más costes de producción pero también permite tener un precio más alto que los cubra.
Las listas de los más vendidos han forzado una bajada de precios que no ha acabado como muchos esperabanEl problema está, en que con la locura de las listas de los más vendidos, muchos desarrolladores cuyos productos pertenecen a este segundo grupo se han visto tentados a bajar los precios. Este es un claro ejemplo de la elasticidad, a precios más bajos más gente dispuesta a comprar. Sin embargo, han acabado estirando tanto que a parte de dejar de ganar nuevos clientes han acabado ganando menos dinero. Y es que por mucho que intentemos estirar, un producto de nicho seguirá siendo de nicho por mucho que bajemos el precio.
En el caso de Tweetbot es innegable que a menor precio más gente daría el salto de la app oficial y pagaría por ella. Aún así, aquí no hablamos de elasticidad, si no de oferta y demanda, puesto que por mucho que quieran sus desarrolladores el número de usuarios que pueden tener está limitado por los tokens que Twitter otorga a los desarrolladores. Y si la oferta es limitada y la demanda sube, es normal que el precio le acompañe.
Lo que vale un peine
This took them 5 min of work and will last me 10 min. Today’s app update took 8 months of work and will last years. pic.twitter.com/msQVpYwJwL
— Mark Jardine (@markjardine) octubre 1, 2015
Uno de los argumentos que más se suele escuchar cuando sale una nueva versión de pago es la comparación de precios con productos cotidianos. Las comparaciones van de todo tipo, desde el café que hasta la entrada de cine pasando por copas e incluso el pan. Personalmente no creo que sean del todo justas, puesto que para un amante del séptimo arte pagar 7€ por vivir una película en el cine con todo lo que ello supone puede ser lo más barato del mundo mientras que para otra persona, que no lo aprecia igual, puede ser un atraco.
No podemos esperar que el cine nos invite por haber pagado una entrada la semana pasadaPero lo que si que es cierto es, que al igual que no podemos esperar que el cine nos invite a una película por que ya pagamos la entrada la semana pasada, tampoco podemos esperar que no tengamos que pagar por una nueva versión de una app por haber comprado la anterior. Puede que el software, y demás contenido digital, no tengan apenas costes de distribución pero los de producción siguen existiendo y son más caros de los que pensamos: desarrollo, diseño, marketing, equipos (servidores, ordenadores, dispositivos de prueba…), comunicación… Todos ellos tienen gastos y sueldos que hay que pagar mes a mes.
Necesitamos apps más caras si queremos apps más avanzadas
Con tantos gastos es difícil que muchas empresas se arriesguen a crear un producto si no tienen la certeza de que les va a generar beneficios, y en el App Store estas dudas son el pan nuestro de cada día para cualquier aplicación de nicho y sobre todo en aquellas apps profesionales con costes de producción elevados.
Esto hace que muchos duden que el iPad Pro vaya a contar con un amplio abanico de aplicaciones profesionales. Y aquí entramos en terreno pantanoso, puesto que hay una división grande de opiniones. Por un lado tenemos a empresas como la encargada de desarrollar Sketch ya han dicho que no van a portar su app al nuevo iPad alegando que las aplicaciones en iOS se venden a precios muy bajos.
Pero el mayor problema es la plataforma. Las aplicaciones en iOS se venden a precios insosteniblemente bajos debido a la falta de versiones de prueba. No podemos podemos llevar Sketch al iPad si no tenemos ninguna expectativa razonable de tener un retorno efectivo de la inversión.
Y por el otro tenemos ejemplos como Things, Omnifocus o Drafts que han demostrado con creces que es posible ganar dinero haciendo aplicaciones de productividad o nicho si el precio es el adecuado. En el caso de Omnifocus la aplicación de iOS (iPhone, iPad y Apple Watch) se vende por el mismo precio que la de OS X: 39,99€. Things no llega a igualar el precio de su app de OS X (49,99€), pero las versiones de iPhone y Apple Watch (9,99€) e iPad (19,99€) quedan lejos de los 0,99€. Y si hablamos de utilidades que buscan cubrir una necesidad de nicho el mejor ejemplo es Blink que no solo tiene un precio sostenible si no que hace la vida más fácil a aquellos que lo necesitan. Puede que muchos se hayan asustado al ver un gestor de tareas que cuesta 40€ o una app de notas que se vende por 10€, pero no tengáis la menor duda de que aquellos que las usan en su trabajo están encantados de pagarlas si les hace la vida más fácil.
Las apps de diseño no son el único software profesional que tiene que llegar al iPad ProSin ir más lejos la semana pasada Apple dejó unos cuantos iPad Pro a algunos dibujantes de Pixar para que lo probasen y muchos no solo quedaron encantados con el stylus, si no que se mostraron dispuestos a usarlo en su trabajo si llega el software adecuado sin importar si cuesta 50€ o 100€. El iPad Pro con el Apple Pencil va a abrir la veda a las aplicaciones de diseño y dibujo, pero esas no son las únicas apps que están esperando los profesionales: edición de audio, podcasting, edición de vídeo… Y el mayor error que podrían cometer muchos desarrolladores (a parte de perder la oportunidad como Sketch) es caer en los errores del pasado y poner un precio “bajo” para intentar vender más.
Una experiencia gourmet no puede tener precio de McDonalds
Ramon L. Farinos | Shutterstock
No podemos esperar un producto de calidad a precio de “fastfood”Sea como fuere, la verdad es que cada app es un caso distinto, por lo que no hay una regla general con la que se pueda regir. Lo que si que es cierto es que no podemos esperar un producto de calidad a precio de “fastfood”. Algunos pensarán que es imposible tener éxito vendiendo aplicaciones de más de 2€ (o que no sean Free-To-Play directamente) en el App Store, pero la realidad es que con trabajo, una buena comunicación y las características adecuadas es posible.
Por desgracia el precio, a diferencia de lo que dicen los desarrolladores de Sketch, no es el principal problema del App Store (y en caso de serlo la solución está en su mano): la manipulación de listas, los problemas de exposición, la ausencia de versiones de prueba o actualizaciones de pago son limitaciones más grandes que Apple debería eliminar.
En cuanto a Tweetbot, un público limitado y alta calidad no puede ir acompañado de un 0,99€. Queremos una app increíble, lista desde el día uno para los nuevos terminales, que incluya al instante todas las novedades de iOS (y Twitter) y que además solo tengamos que pagarla una vez (si es poco mejor) y sirva para todos nuestros dispositivos. Y eso es de todo menos posible. Además, si tanto te gusta la app como para andar quejándote quizás prefieras pagar 10€ y que siga existiendo a lo largo del tiempo a pagar 0,99€ y que dentro de un año desaparezca. Y no olvides que aunque haya una nueva versión eso no quiere decir que la app antigua no vaya a seguir funcionando igual que siempre.
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