
El fulgor que atraviesa los visillos revela el rostro amable y elegante de Noelia Adánez, que nos acoge con una sonrisa, gafas puestas y volúmen en mano, haciendo lo que más disfruta, leer. Entre libros se pierde en la memoria de las escritoras del medio siglo, cuya voz fue secuestrada por los anales de la historia, para tender la suavidad de … Seguir leyendo...
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