
Tras andar algún tiempo pululando como una novedad lejana e inaccesible, el formato 4K ya ha comenzado a ser más realidad que futuro. Su presencia en los cines se va haciendo cada vez mayor y es en el mundo de los ordenadores dónde quizás más escollos está encontrando.
El problema que encuentra el formato en el mundo de la informática tiene dos vertientes. Por un lado tenemos la necesidad de contar con un hardware preparado para aguantar el flujo de datos, pero a su vez también es difícil encontrar equipos que puedan manejarlo y no terminen por estrujar la batería. Una situación difícil a la que Intel ha intentado dar solución con sus nuevos procesadores...
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