Antes del Galaxy Gear, antes del último Sony Smartwatch o antes incluso de que 2014 empezase a perfilarse como el año en el que la tecnología asalte de manera definitiva nuestra ropa y nuestros complementos hubo una pequeña chispa, salida de la nada. Esa chispa saltó en Kickstarter, se llamaba Pebble y a día de hoy es uno de los proyectos más exitosos que han nacido en la plataforma. Analizamos lo mejor y lo peor de Pebble, el reloj inteligente.
Es complicado explicar todo lo que el Pebble hace bien (que es mucho) y todo lo que hace mal (que también) sin contextualizar un poco el dispositivo frente a la competencia. La esencia de Pebble, y probablemente al mismo tiempo la esencia de su éxito, es que no pretende ser un dispositivo válido por si mismo, un dispositivo independiente, o no lo hace de una manera tan exacerbada. Mientras otras opciones como el Galaxy Gear o el Smartwatch de Sony, sin dejar de apoyarse en sus respectivos terminales, intentan conseguir valor como dispositivo único, en Pebble prácticamente toda funcionalidad sólo tiene sentido si va acompañada de un smartphone. Los últimos movimientos de la compañía, como el SDK 2.0, apuntan precisamente a esta dirección, a una integración donde cada aplicación en el terminal establece una funcionalidad extendida en el Pebble.
Uno de los mejores ejemplos es Runkeeper. Runkeeper actualizó su aplicación de tal modo que si detecta que el iPhone está emparejado a un Pebble vuelca parte de sus funcionalidades más básicas, como iniciar/pausar un ejercicio o ver en la pantalla la distancia recorrida y el tiempo, en el dispositivo. Así, consigue darle un valor extra que no compite ni interfiere con el valor que de por sí tiene la aplicación, mejor aun, lo amplifica.
Pebble tiene un valor indudable como dispositivo y como ecosistema, y está claro que gran parte de su futuro pasa por seguir creciendo por esa vía, pero lo que lo hace grande y mejor que ningún otro es que se apoya en los hombros de dos gigantes, iOS y Android, para desplegar todo su potencial.## Diseño, pantalla, duración de la batería
De Pebble me gusta su diseño discreto, está disponible en cinco colores: negro, rojo, un amarillo anaranjado, blanco y gris. Su pantalla no es mucho más grande que la de un reloj normal (precisamente uno de los principales errores en la competencia, el Sony Smartwatch por ejemplo) y además cuenta con un sistema de correas convencional de modo que podemos cambiarle la que viene de serie y combinar el Pebble con cualquier otra. Es resistente al agua, la calidad y dureza del plástico es muy buena (en poco menos de un mes de uso continúa impecable) y el resto de elementos del dispositivo a nivel estético, como los botones, o el puerto para la batería, se integran bien a nivel visual.
La pantalla en cuestiones de calidad es al mismo tiempo una de las mejores y de las peores cosas que tiene el Pebble. Por un lado la resolución es bastante pobre, cualquier intento de mostrar una imagen en la misma se siente como el fondo de pantalla de un Nokia 3310 pero por otro lado a plena luz del día com pantalla se ve mejor que cualquier otra que yo haya visto. Para mejorar más las cosas, en el modelo negro, que es el que yo he estado probando, los bordes de la pantalla "se funden" con el negro de la carcasa, dando una sensación de uniformidad muy agradable. Por cuestiones obvias y de ahorro de batería la retroiluminación de la pantalla está apagada por defecto pero encenderla es tan sencilla como girar la muñeca con un pequeño golpe seco. Es efectivo y sobre todo es natural, tras familiarizarte con el mecanismo un par de veces el resto las realizas de manera intuitiva y sin darte cuenta.
Hablando de la batería, no es nada del otro mundo, pero cumple. Curiosamente, esa duración está supeditada en cierto sentido a la duración de la batería en nuestro iPhone. Cuanta más actividad, más notificaciones y más llamadas lleguen al teléfono, más veces van a rebotarse esas acciones en el Pebble y consecuentemente más se reducirá la duración de la batería en el mismo. Con mi experiencia personal y con un iPhone que no para de sonar y de vibrar en una jornada laboral normal, la duración media se mueve entre los 5 y los 6 días, llegando a los 7 y los 8 sin ningún problema en un uso más moderado. En cuanto al cargador, es interesante porque consta de un pequeño adaptador propietario que se une mediante imanes al Pebble, de manera similar a un magsafe, así que si tiramos del mismo se desengancha solo sin dañar el reloj. Hay que reconocerle a Pebble el detalle, pero sinceramente en un dispositivo así hubiese preferido un puerto microUSB habitual y poder llenar la batería con cualquier cargador compatible.
Pebble + iPhone: utilidad en el día a día
La magia detrás de Pebble es que ha redefinido muchísimos de mis hábitos de productividad diarios. Muchísimos más de los que yo esperaba y muchísimos más de los que parece que se esconden detrás del hecho de "en lugar de ver mis notificaciones en la pantalla del iPhone las veo en la pantalla de un reloj".
Dicho esto, para mí la única función que echo de menos en el iPhone para terminar de redondear la experiencia es tener la posibilidad de filtrar qué notificaciones quiero que reboten al Pebble y cuáles no sin afectar a los ajustes de todo el teléfono, algo que sí es posible en Android.
En mi caso concreto, hay varias tareas que Pebble ha simplificado enormemente:
Email y chats: Mi trabajo en Hipertextual implica un flujo semiconstante de email y avisos de Hipchat, el sistema de chat interno que utilizamos. Algunas de esas notificaciones requieren una acción más o menos inmediata, o alertan de cosas importantes, y otras pueden esperar un poco más en la bandeja de entrada. Pebble facilita la decisión de "saco o no el móvil del bolsillo" hasta unos límites que no aprecias del todo si no usas el dispositivo durante un tiempo. Y no sólo del bolsillo, si el iPhone se queda en una mesa o en el bolso/mochila tienes la seguridad de que toda actividad que llegue al mismo vas a verla en tu muñeca mientras estés en dentro de un radio razonable en torno al mismo.
IFTTT: La unión con IFTTT da como resultados usos muy interesantes. Por ejemplo cada mañana envía un SMS (que a su vez se refleja en el Pebble) con la previsión meteorológica para ese día. Con Pushover también se pueden crear combos muy interesantes. ¿Para qué sirve Pushover? Teniendo en cuenta que cada receta de IFTTT consta de un trigger o gatillo que desencadena una action o acción, Pushover básicamente hace de intermediario entre las acciones y el Pebble. Principalmente lo aprovecho para estar al tanto de breakings que se publican en ciertas cuentas de Twitter o para que me avise si hay algún firmware de iOS para descargar, por ejemplo. IFTTT para iOS ha incorporado recientemente la posibilidad de aprovechar la geolocalización en segundo plano, así que cada mañana, cuando voy concentrado en el metro leyendo pendientes de Pocket, me recuerda que he llegado a mi parada y me toca bajarme (Sé que suena lamentable, pero más lamentable es darte cuenta cuatro paradas más tarde). Puede usarse también para que encender el Belkin WeMo Switch cuando volvamos a casa después del trabajo y lo notifique en el Pebble, o para que el WeMo Motion nos mande a Pebble cualquier alerta de movimiento que detecte (útil con bebés, por ejemplo, o para alarmas). Las posibilidades son infinitas y muy dependientes de cada caso concreto y de cada usuario pero igualmente atractivas.
Música: En mi caso concreto, la música en casa se reproduce desde el iPhone conectado por Bluetooth a una Raspberry Pi que está a su vez enganchada a un sistema de altavoces. Antes, controlar cualquier canción que suena desde el teléfono era lo razonablemente cómodo pero con el Pebble esa usabilidad se multiplica. La posibilidad de reproducir/pausar o pasar una canción desde la muñeca mientras estás cocinando, por ejemplo, o desde cualquier lugar de la casa es un extra que me he encontrado utilizando muchas veces más de las que pensaba.
Direcciones turn-by-turn: PebbGPS es una pequeña aplicación, bastante experimental, que aprovechando los Apple Maps manda notificaciones para recorridos turn-by-turn desde el iPhone al Pebble. Va bastante justa en usabilidad y en diseño de interfaz, que es prácticamente nulo, pero funciona sorprendemente bien cuando me ha tocado callejear por Madrid, avisando puntualmente en qué esquinas tienes que torcer o cuánto te queda hasta tu destino.
Runkeeper: En su momento, Runkeeper supuso una revolución porque permitía salir a correr mientras el teléfono llevaba el control de la ruta seguida y además nos daba indicaciones. Con Pebble esa experiencia va un poco más allá, mientras el iPhone va colocado en el brazalete con el Pebble pueden configurarse acciones como pausar o iniciar la actividad, ver la distancia recorrida, el tiempo y además controlar la música.
Si bien digo que lo arriba expuesto es cómo Pebble ha redefinido muchos de mis flujos de trabajo y de mi productividad, lo curioso es que al ser tan versátil todos los demás usuarios de Pebble a los que he ido preguntando antes de escribir la reseña han encontrado distintas maneras de aprovecharlo atendiendo a sus propios intereses. No hay una única manera correcta de utilizarlo como tampoco hay una única manera de utilizar un iPhone, o cualquier otro smartphone para el caso.
Pebble SDK 2.0
Antes de Octubre, el Pebble era poco más que inútil si se usaba con iPhone. Permitía contestar/rechazar las llamadas, ver los emails que llegasen a la aplicación nativa (no servía con la de Gmail, por ejemplo) y los SMS. Con iOS 7 todo eso cambió y al permitir rebotar al mismo todas las notificaciones la funcionalidad del dispositivo se catapultó. Ese mismo proceso es el que va a ocurrir cuando se lance en las próximas semanas el SDK 2.0 de Pebble.
Haciendo uso de 4 nuevas APIs: Javascript, Acelerómetro, registro de datos y almacenamiento. Parte del poder de procesamiento se va a poder descargar en la propia app de Pebble mediante Javascript y permitirá cosas como controlar Plex, por ejemplo, desde el propio reloj. Se acompañará de una tienda de aplicaciones e implica, a grandes rasgos, que deja la pelota en el lado de los desarrolladores de manera definitiva para que sean ellos los que encuentren maneras creativas de explotar todo el poder de Pebble utilizando las nuevas APIs con sus propias aplicaciones.
Precisamente para facilitar esto junto al SDK 2.0 se prevé la llegada de una tienda de aplicaciones y watchfaces oficial que complemente todo ese esfuerzo. Lo más interesante sin embargo, y como comentaba al principio de la reseña, no veo que vaya a venir de aplicaciones que le den al Pebble un valor por si mismo, ya que está demasiado limitado como para ello, sino apps que se complementen con las ya existentes tanto en iOS como en Android para ampliar y mejorar la experiencia y la usabilidad de las mismas (precisamente el caso de Runkeeper). 9Santi Araújo en ALT1040 detalla muy bien la experiencia Pebble utilizando un dispositivo Android, que es superior en muchos aspectos con respecto a iOS por cuestiones de apertura del sistema operativo pero la realidad es que como complemento, especialmente si confiamos en el iPhone para tareas de trabajo y productividad, el Pebble es un añadido fantástico.
Se deja algunas cosas en el tintero que nos gustaría ver mejoradas como la duración de la batería y una pantalla algo mejorada pero en el resto, y como producto pionero que es, el Pebble cumple sorprendentemente bien, mucho mejor que cualquier otro smartwatch que exista ahora mismo en el mercado, tanto para iOS como para Android.
Lo más interesante de todo, quizá, es que lo mejor del dispositivo está aún por llegar. Con el próximo SDK 2.0 y con la progresiva aceptación del mismo, el Pebble conseguirá su mayor tarea pendiente: la integración nativa con servicios de terceros. Tanto que es probable que dentro de un año, si volvemos a escribir esta reseña, la mayoría de funcionalidades de las que hablamos hoy hayan quedado sepultadas y mimetizadas entre el resto de posibilidades. Un futuro tan interesante que no podemos dejar de preguntarnos qué ocurriría si finalmente Apple decide ser partícipe en él.- Es increíblemente útil - Versatilidad y variedad de uso. - Personalización.- Duracíon de la batería: 5 a 7 días. - La pantalla: no es mala pero mejorable.
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