Aunque jugar a los bolos pueda parecer algo relativamente actual, lo cierto es que se trata de un deporte cuyos orígenes se remontan incluso a la época antes de cristo. Obviamente, aquellas partidas difieren mucho del bowling que existe en nuestros días, el cual adquirió un especial éxito en los Estados Unidos.
No obstante, aunque parezca algo evidente, el principal problema de jugar a los bolos era que éstos debían ser repuestos después de cada tirada, algo que no se haría de forma automática hasta que Gottfried Schmidt inventase la tecnología necesaria para ello en 1930. Hasta entonces, la labor recaía sobre los conocidos como “pinboys”, un puesto de trabajo infantil cuya misión era la de colocar los bolos en el lugar exacto cada vez que éstos eran derribados.
Créditos: Lewis Wickes Hine
Créditos: Lewis Wickes Hine
Como era de esperar, las situaciones laborales no eran las mejores: largas jornadas de trabajo, escasos salarios, condiciones inadecuadas… etc. Del mismo modo que ocurría con la figura del “Newspaper Boy”, a menudo era habitual recurrir a niños para trabajos aparentemente sencillos pero que en realidad requerían una constancia y esfuerzo que pocos estaban dispuestos a asumir.
Créditos: Lewis Wickes Hine
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