ivimos una época tumultuosa en lo que se refiere al mundo digital que nos rodea. Si bien hace ya años que sabemos que los grandes pueden caer ante el empuje de los que antes eran pequeños, que todo valle puede ser elevado y bajado todo monte o collado (Isaías 40:4), la velocidad con que estas cosas ocurren en los últimos tiempos es escalofriante. Cuando todavía muchos no sabíamos la revolución que estaba suponiendo SnapChat, ya estaba Facebook copiando sus características para incorporarlas a Instagram y antes de darnos cuenta, “el revolucionario” se ha pegado tan castañazo en la bolsa que seguramente hará falta mandar pulir de nuevo el parquet de Wall Street.

Continúar leyendo...
Continúar leyendo...