Si quieres ser la persona menos popular de tu grupo de amigos, no olvides ver la película o serie de moda y contarles las partes más importantes de la historia. El odio a los spoilers es algo visceral, motivo de peleas, discusiones y hasta rupturas de parejas y amistades. Pero ¿por qué los odiamos tanto? ¿qué motiva a quienes dan spoilers?
No hay una forma más sencilla de ganarse enemigos que revelando la trama de una película, libro o serie de televisión popular. En esta sociedad hiperconectada evitar los spoilers se convierte en una labor titánica, en la medida en que la información está allí afuera y se esparce con celeridad. Además, hay unos cuantos individuos que parecen sentir un placer insano en revelar el punto álgido de algún show o película. Esto es particularmente cierto con Juego de Tronos, pues los libros tienen unos cuantos años y apenas sale un capítulo, algunos miembros de la tribu de los lectores no duda en exponer las partes más relevantes de la trama. Y comienza la pelea. ¿Son tan malos los spoilers? ¿Por qué los odiamos tanto?
Lo que revelan los estudios
Existe un estudio psicológico sobre los spoilers y sus resultados son más que sorprendentes. Nicholas Christenfeld y Jonathan Leavitt, miembros del departamento de psicología de la UC de San Diego corrieron tres experimentos, en los que 30 sujetos leyeron tres historias cortas, algunas modificadas con un parrafo al inicio que revelaba el plot de la historia. Los sujetos prefirieron en su mayoría las historias que contenían el párrafo de spoiler. El estudio revela que los plot están sobrevalorados, y que no son más que una excusa para contar una buena historia.
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Asimismo, el estudio afirma que leer una historia que ha sido spoileada es mucho más sencillo, pues los individuos dejan de concentrarse en resolver el misterio y pasan a disfrutar la experiencia estética de la historia. Así como cuando una persona es capaz de leer su libro preferido varias veces, o ver su película preferida en repetidas ocasiones, conocer de qué va una historia no tiene por qué arruinarla. Este precisamente suele ser el argumento de quienes sueltan spoilers a diestra y siniestra.
¿Por qué la gente da spoilers?
Cuando digo que hay personas que experimentan placer dando spoilers, lo digo en serio. Conozco a varios que apenas terminan de ver un capítulo de Juego de Tronos se conectan en Facebook sólo para escribir en mayúsculas sostenidas “NO PUEDE SER QUE MATARON A (inserte nombre del personaje)”, e incluso llegan a enviar mensajes y llamar a sus conocidos. Una parte de esto puede tener que ver con el deseo de sentirse los protagonistas de algo. Ellos conocen un secreto, se sienten especiales y quieren demostrar que saben.
Los que dan spoilers en línea pueden tener otras motivaciones. Hay quienes disfrutan ejercer el poder sobre otras personas, se sienten mucho más grandes e importantes, así que se divierten arruinando la diversión de otros. Es una forma suave de cyberbullying, si se quiere. Pero también están los que quieren ser fieles a las versiones escritas de las series o películas, así que no dudan en exponer su vasto conocimiento sobre la obra y lo mucho o poco que se parece la versión grabada.
¿Por qué odiamos los spoilers?
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Al parecer, si nos guiamos por las conclusiones alcanzadas por el estudio de Nicholas Christenfeld y Jonathan Leavitt, los spoilers son una maravilla que nos permite disfrutar mejor una película, serie o libro. Sin embargo, la realidad pareciera ser otra: la mayoría de las personas se enojan cuando alguien les arruina su serie preferida o esa película que tanto esperaban. El problema no radica en la validez del estudio, por el contrario, los métodos empleados son sólidos y los resultados convincentes pero carece de algo: validación externa. No tiene en cuenta que las personas hacen una inversión emocional en aquello que desean ver. Hay películas y libros que se anuncian con varios años de anticipación, pero las personas que participaron en el estudio no tenían ninguna inversión emocional en las historias que leyeron, nadie estuvo esperándolas durante meses o años. Eso me lleva a la primera razón por la cual los spoilers nos molestan tanto: la inversión emocional. Hemos anticipado una nueva temporada, un libro nuevo de la serie, esa película de la trilogía.
Por otra parte, un verdadero spoiler ocurre casi por casualidad, cuando estás en la fila para entrar a la sala del cine y alguien que va pasando revela el descenlace de la película; cuando un conocido suelta a bocajarro a quién mataron en el capítulo de anoche de Juego de Tronos. Los spoilers te hacen sentir que has perdido el control de tu experiencia, en situaciones que no pudiste anticipar. No es lo que buscas, ocurre en contra de tu voluntad, obligado, por eso lo odias. Es normal sentir odio los spoilers
Un spoiler te roba la sorpresa genuina, el shock emocional que deseas experimentar. Por ejemplo, cuando vi Star Wars por segunda vez (la vi muy pequeña y no recordaba de qué iba en absoluto) no tenía idea de la relación entre Dark Vader y Luke, así que mi sorpresa fue real y completa. No hubiese sido igual de haber sabido de antemano lo que sucedía. Un spoiler te niega la posibilidad sorprenderte y sentir, que es al fin y al cabo, el objetivo al ver una película o serie. Así que antes de compartir lo mucho que sabes sobre una serie, película o libro piénsalo dos veces: no vale la pena arruinar la experiencia del otro sólo por experimentar un momentáneo sentido de poder.
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