Probamos Project Morpheus, el dispositivo de realidad virtual de Sony que llegará a PS4 el próximo año con la promesa de cambiar el futuro de los videojuegos.
Durante la IFA hemos tenido la oportunidad de probar la apuesta de Sony para la realidad virtual con Project Morpheus para PlayStation 4. Nos hemos tomado un tiempo con las demos que ya estaban disponibles en el pasado E3 y nos ha dejado un buen sabor de boca, aunque con algunos matices que serán determinantes para el desarrollo y la expansión comercial de la realidad virtual de Sony en PlayStation 4.
Quizás el punto más importante y determinante sea a resolución de pantalla, pues es el factor más importante para disfrutar de una experiencia lo más inmersiva posible. En este caso, pese a que Morpheus tiene mayor resolución que otros dispositivos como Oculus DK1 o la primera versión del Gear VR presentada el año pasado, todavía tiene mucho camino por recorrer, aunque le reconocemos el mérito de ser una primera versión que llega directamente a PS4 con la potencia limitada que tienen las consolas respecto a un PC.
No me malinterpreten, pero para un producto que lleva en desarrollo tanto tiempo y que tiene su vista puesta en 2016, y teniendo Sony pantallas del nivel del recién presentado
Cuestión aparte es el sistema de control y la disponibilidad de títulos. Lógicamente, en este último punto, las demos disponibles hasta ahora, incluyendo la nueva de Guerrilla, son interesante hasta el punto de que se trata de entornos controlados en los que el dispositivo muestra todo su esplendor, por lo que si en el lanzamiento comercial los juegos compatibles no está al nivel que muestras estas demos técnicas, todo apunta a que el éxito del dispositivo será bastante comedido.
Respecto al sistema de control, las demos que hemos probado y que requerían interacción del usuarios más allá del uso del casco utilizaban, como ya fue avanzando la propia compañía la versión de Move para PS3, y lo cierto es que se maneja bastante bien, pero no está del todo pulido, en muchas ocasiones es errático y confuso, aunque si se mejora este punto de cara al lanzamiento lo cierto es que es un sistema mucho más inversivo que el uso del mando.
Por tanto, con las demos que hemos probado, Project Morpheus es una apuesta tan interesante como arriesgada. Por un lado las posibilidades de la realidad virtual en términos de inmersión están de sobra demostrada, y Sony tiene un producto a primera vista bonito, funcional, cómodo y ligero, en el que el precio y la disponibilidad de títulos serán determinantes para su expansión comercial, pero por otro lado, las carencias respecto a la resolución de pantalla, al menos en esta versión (que todavía no es comercial) le quitan un poco de encanto al dispositivo.
Eso sí, si una cosa me ha quedado clara es que el futuro de los videojuegos tiene que pasar obligatoriamente por la realidad virtual, y el dispositivo de Sony, con sus carencias, es un buen punto de partida para el desarrollo de esta tecnología y para el futuro de la plataforma.
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