Noticia ¿Qué pasaría si Just Eat comprase la Nevera Roja?

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  • Analizamos las causas y consecuencias de que las dos startups delivery más grandes de España pasen a formar parte de un solo conglomerado.
  • Problemas financieros, posible monopolio y pocas repercusiones, a corto plazo, para los clientes están entre las principales claves.

Normalmente, de la prensa dominical empresarial se espera una continuidad y tranquilidad rutinaria: reportajes de fondo, algún análisis de la semana o de que veremos en los próximos días. Pero el pasado domingo fue de todo menos tranquilo. A primera hora de la mañana leíamos en Novobrief que Just Eat compraba La Nevera Roja: todo un bombazo en el sector startup español.

Manos a la obra con lo que sería la compra-venta del año, y eso que seguimos en enero. Las partes no tardaron en desmentir la noticia, aunque tampoco cerraban la puerta a un acontecimiento próximo.

A la espera de que ambas partes cierren la operación o de que todo quede en un gran rumor, lo que sí podemos es analizar cuáles serían las causas y consecuencias de la unificación de las dos startups delivery más grandes de España.

Un problema de fondos


¿Por qué se vende una empresa que acaba de ser comprada hace escasos meses? Primera opción: La Nevera Roja no va bien. Segunda: La Nevera Roja va bien pero los ingresos del fondo inversor no. Todos los indicios apunta a la segunda.

Para Just Eat, esta compra sería la culminación de todo un proceso de unificación en el sector delivery españolUnos 80 millones de euros, según las estimaciones del momento, supuso la compra de La Nevera Roja por parte de la alemana Rocket Internet. Una compra apodada como "la del año" o la "inversión en una startup española por excelencia". Una operación que implicó que La Nevera Roja se uniese al Global Online Takeaway Group, una asociación creada por el fondo alemán a partir de todas las inversiones, siete en total, en empresas de reparto de comida en toda Europa en ese mismo año.

Junto a estas en todo 2015, Rocket Internet cerró treinta y una operaciones por un valor de casi 1.400 millones de dólares. Un año explosivo en la vida del fondo, ya que desde 2010, año en que nació, hasta 2014, solo entró en diecinueve startups de diferentes segmentos de mercado.

En el caso de La Nevera Roja, que aunque no publica cifras financieras, siempre han trascendido buenos resultados, pese a que los rumores afirman que desde que se unió al fondo alemán sus resultados se han visto lastrados por decisiones externas a ellos. Esto, unido a los dos únicos exits del fondo durante el pasado año y a una caída de más del 50% del valor de sus acciones en bolsa, por la caja de Rocket crecen poco más que plantas rodadoras y números rojos.

¿Y por qué Just Eat? La danesa siempre se había mostrado interesada en absorber compañías de la competencia en España, y de hecho ya lo intentó con La Nevera Roja, por lo que este sería un buen momento para lograr fondos líquidos para Rocket con una venta millonaria. Y para la startup danesa una adquisición por mucho menos precio del que hubiese pagado de forma inicial. Toda una ganga.

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60+30= 90


Con todo este caos empresarial, lo segundo que se nos viene a la cabeza, después de asumir el cambio de papeles, es la cuestión de los problemas monopolísticos y de la competencia que se le vendrían encima a Just Eat si el rumor de la compra se materializase.

En números brutos, si las estimaciones de mercado que se han publicado estos días son ciertas, Just Eat controlaría casi el 60% de la cuota de mercado de España, con presencia casi única en núcleos pequeños y producto de la compra de SinDelantal y
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Food2U. La Nevera Roja estaría manejando el 30%, a partes iguales entre Madrid y Barcelona. La suma es sencilla. Una fusión de las dos compañías daría como resultado el 90% del mercado delivery en España. Para Sergio Carrasco, abogado especializado en empresas del entorno digital, es en esta cuestión "donde surgirán las obligaciones principales, y en particular respecto a evitar el denominado abuso de posición dominante".

Nos hemos puesto en contacto con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia para averigua si, de facto, esta operación se rechazaría con esas cifras iniciales. Ellos no cuentan con ninguna petición de estudio, de momento,por lo que sus declaraciones se basan en el código establecido. El resultado es que, el número de cuota de mercado, en este caso 90%, se tiene muy en cuenta pero no es una decisión final. Según Cristina Ramón, miembro de la Organización, "según el tipo de empresas se establecen unos baremos en función de los resultados financieros que se presentan a la hora de recibir las notificaciones para la La compra supondría controlar el 90% del mercado deliveryaprobación de la operación", la cual podría extenderse por más de tres meses según sus estatutos.

Si bien es cierto que 90% es mucho, y eso pesa, ya que con una cuota de mercado mayor al 30% del mercado relevante la Comisión, es la comparativa respecto a los ingresos lo que define el resultado. Ante esto, es probable que no se rechace la operación, pero sí que se impongan compromisos a Just Eat como medidas de control para garantizar el libre mercado y las operaciones de pequeños jugadores. De nuevo, Sergio Carrasco, afirma que "en estos sectores, las empresas deben ir con cuidado de realizar reducciones artificiales de las comisiones que cobran o con imponer condiciones comerciales a sus clientes. Para ellos crear obstáculos a nuevas empresas sería muy simple. Como, de hecho, ya ha pasado con el caso las adquisiciones de milanuncios o de Loquo por eBay".

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Just Eat


El cliente, último eslabón de la cadena


Las condiciones empresariales son, de hecho, la base para el futuro de la actividad del resultado de esta operación. Pero, ¿en qué afectaría esto al último eslabón de la cadena: el cliente?

Las últimas operaciones de Just Eat han demostrado su estrategia. Comprar, dejar un tiempo para que el público se haga a la idea en la web y redirigir todos las operaciones a su matriz. Se mantienen los dominios de las empresas compradas como único recuerdo de lo que una vez existió. Para la Nevera Roja todo apuntaría a que durante un tiempo seguiríamos con la duplicidad de servicios pero a la larga todo quedaría unificado. Adiós a la guerra de bolsas con diferente nombre, adiós a la guerra de pegatinas en establecimientos; fue una lucha entretenida la verdad. El cliente, al fin y al cabo, no tendría que decidir en qué aplicación pedir su comida: menos esfuerzo.

Los usuarios no sufrirían las consecuencias de la compra, al menos a corto plazoLos 7.000 restaurantes que están asociados a La Nevera Roja pasarían a Just Eat, pero la gran mayoría están duplicados por lo que la cuestión importante aquí es si se mantendrían las exclusivas, y si estas nuevas adquisiciones aceptarían el pago del 13% más 0,20 euros por cada reparto de la startup danesa, en comparación con el 13% único de la española. Burger King, Tomy Meals o Telepizza, este último propiedad de un pariente cercano del creador de La Nevera Roja, tendrían que hacer cuentas y decidir sobre el nuevo status quo. En principio, el cliente no vería incrementado el precio de sus pedidos, pero ya no habría competencia contra la que luchar por lo que si la Comisión no pone pegas nadie podría evitarlo; y todos sabemos que un aumento de precio siempre repercute en el consumidor.

Su otra diferencia esencial es la que atañe a la cuestión a los códigos postales, La Nevera Roja solo permite pedir en un radio de tres kilómetros al contrario que Just Eat, ¿un mayor número de pedidos en peor estado? De nuevo habremos de esperar a si los rumores se hacen efectivos para comprobarlo.

Lo más seguro es que los usuarios no sufran ninguna consecuencia palpable, salvo el tener que ahorrarse entrar en dos aplicaciones distintas, y que todo esto quede dentro del debate del llamativo juego de empresas delivery en España.

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