El Salón del Automóvil de Frankfurt ha confirmado que los fabricantes alemanes apuestan, por fin, por la movilidad eléctrica.
Si hace años nos hubieran preguntado qué iban a transmitir los coches eléctricos, o mejor dicho, y como se les llamaba en algún círculo de periodistas, lavadoras para calle, la respuesta hubiera sido muy simple: nada. Bien, señores, si el año pasado el Salón de Frankfurt confirmaba que la movilidad eléctrica va muy en serio, para esta edición tenemos que preguntar: ¿quién dijo que los coches eléctricos iban a ser aburridos?
El Salón de Frankfurt es el escenario ideal para que los fabricantes alemanes "se luzcan".
No hemos visto coches utilitarios con formas raras que nos indicasen que estamos ante un coche eléctrico porque simplemente sabías que era eléctrico por su apariencia, no hay más que ver a un Leaf o ZOE o Volt... Pero esto ha cambiado y los fabricantes han entendido que es mejor sacar variantes eléctricas de sus compactos habituales como el Focus eléctrico o el Golf GTE.
Esta edición del Salón del Automóvil de Frankfurt ha confirmado que pueden existir coches eléctricos que superen con creces a los deportivos y SUVs con prestaciones de casi deportivo y aspiraciones offroad.
Volkswagen presentaba la nueva generación del Tiguan con una grata sorpresa bajo el brazo: una variante híbrida enchufable con 218 caballos de potencia y la posibilidad de recorrer 50 kilómetros sin gastar ni una gota de combustible. Pero además será rápido: 8 segundos en el 0-100, una cifra que hace años se reservaba para los GTI. El Tiguan ahora puede recorrer 1.000 kilómetros gracias a un consumo de menos de 2 litros a los 100.
Siguiendo por la vertiente alemana, Audi nos ha dado algunas pinceladas de cómo van a ser sus SUVs: eléctricos y con mucha potencia. El Audi e-tron quattro concept tiene tres motores eléctricos para desenvainar hasta 503 caballos de potencia gracias al modo Boost, sino, se quedará en 453. Sin conocer las características de su batería, los responsables confían en alcanzar los 500 kilómetros gracias, en parte, a un sistema de recarga parcial empleando energía solar por los paneles situados en su techo. Además, equipará una toma de 150 kW que permitirá recargar las baterías en 50 minutos.
Saliendo de la apuesta SUV pero manteniéndonos todavía en el lado alemán del campo, Porsche ha destacado por encima del resto con el Mission E Concept, un coche que no veremos en las carreteras pero que anticipa esa aspiración por ofrecer vehículos eléctricos deportivos, que transmitan sin emitir sonido, que emocionan sin gastar gasolina. Estamos ante una berlina con 600 CV de potencia, una autonomía de kilómetros y lo mejor de todo, se puede recargar el 80% de sus baterías en 15 minutos. ¿El 0-100? En 3,5 segundos. En el punto de vista de los gadgets destaca un curioso, y poco explicado aún, sistema de reconocimiento de los ojos para ofrecer, solo en el campo de visión, la información necesaria. Su peor rival se llama futuro y es que en el presente ya tenemos un coche con esa carta de presentación (excepto en el tiempo de carga).
La sorpresa picantona la ha puesto Artega con su Scalo, un deportivo fruto de un fabricante muy pequeño que aspiraba a la bancarrota y que ha dado la sorpresa con la presentación del Scalo, pero en versión eléctrica. Los responsables hablan de la utilización de tecnología de la Fórmula E para el desarrollo de su propulsor (con hasta 390 kW) y una aceleración de 3,6 segundos en el 0-100 km/h. Sus baterías, de iones de litio, permiten al coche circular durante unos 400 kilómetros sin parar a recargar. Lo dicho, no se sabe cual será el futuro de la marca, pero al menos, están vivos.
Por el momento esto es lo más destacable desde el punto de vista de las presentaciones de coches eléctricos vistas en esta edición del Salón del Automóvil de Frankfurt. Una cita que confirma a los fabricantes alemanes como nuevos fabricantes de sueños... eléctricos.
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