Nos situamos en el primer episodio que empieza a establecer como funcionará la temporada. En el primer episodio apenas notamos una introducción de personajes. — Obviamente hay spoilers del episodio a continuación.
Diferentes temporadas. Mismos pobres desgraciados.
Empiezan las comparaciones con la anterior temporada. Los creadores nos cuentan quienes son los pobres desgraciados que han tomado malas decisiones, y nos presentan a quienes son los criminales de verdad.
Este episodio se lo lleva Bokeem Woodbine, interpretando a un Mike Milligan que me ha recordado a un híbrido de Dave Chappelle y Lorne Malvo: te hace gracia mientras te mueres del miedo.
Mike, y sus dos secuaces gemelos se pasean por Luverne aterrorizando a varios de los protagonistas, después de dar una visita a la familia Gerhardt, inmersa en luchas internas que se van intensificando mientras buscan al hijo menor, Rye, desaparecido.
La familia Gerhart... ¿quién se llevará la manzana roja?
Hablando de Rye, Lou Solverson intenta convencer a sus superiores para que la matanza del Waffle Hut pase a ser competencia de la policía estatal. — Tras encontrar un revolver en las inmediaciones del propio restaurante, y empezar a tener malas vibraciones sobre el caso... quizá confirmadas por el primer encuentro en la lejanía entre Solverson y Milligan.
Milligan procede a asustar a Hank Larsson cuando el policía local le da el alto en mitad de una helada carretera en la que quizá sea la escena más tensa de la temporada hasta la fecha, y encumbra como decía antes, a Milligan como gran personaje. — ¿Quizá sea nuestro nuevo Malvo?
Policías en la noche. Ambos saben que no será fácil.
Digo seguramente por que la escena de la carnicería. Ed Blomquist finge, con ayuda de su mujer, una infección de marisco para no ir al trabajo y tener vía libre en casa para empezar a limpiar el garaje donde mató al benjamín de los Gerhardt.
Ya de noche, para deshacerse del cadáver hace lo que cualquier carnicero haría: picarlo poco a poco, en una escena que nos recuerda a la astilladora — Pero el pobre Ed no es un gran criminal, ni tampoco el carnicero más brillante de Minnesota, y tras dejarse las luces de fuera, tiene un encontronazo tenso en el que un incauto agente Solverson está a punto de encontrarle con las manos en la masa.
Aquí te dejo con el marrón cariño. Me voy al trabajo.
Por último, la señora Blomquist empieza a dar signos de ser, como dice su jefa, una chica mala ¿qué más hará además de robar papel higiénico? Parece muy recatada pero no dudó en intentar convencer a su marido con sexo para que fuera al garaje. Las insinuaciones lésbicas de Constance, su jefa interpretada por Elizabeth Marvel, no han pasado definitivamente desapercibidas para ella. — Mi idea es que no dudará en usar el sexo para salirse con la suya en el futuro, sea con su marido, su jefa u cualquier otro.
Y fin. Para ser un episodio en el que apenas ocurre nada, la tensión constante y la calidad de la fotografía hacen que la hora se escurra entre tus manos gritando "¿YA?". — Contémonos con escuchar una y otra vez Reunion, de Bobbie Gentry, que hace de banda sonora a los inicios del episodio.
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