Viajar con niños es todo un reto. Sin embargo hay ciertos consejos que pueden hacer que tu viaje sea más cómodo y placentero. Estar preparado para lo imprevisto es uno de ellos. Así que antes de comprar los tickets de avión aprovecha y lee lo que preparamos hoy para ti.
Luego de la inauguración de nuestra sección de viajeros, hemos estado escribiendo algunos artículos para ofrecer soluciones a los problemas más comunes de los viajeros frecuentes. La temática ha sido muy diversa, por lo que va desde dónde conseguir vuelos baratos, hasta listas de aplicaciones que harán más cómoda tu estancia en el lugar de destino.
Sin embargo, los artículos anteriores van encaminados a un público un tanto más joven. Así que, ¿qué hacer cuando viajamos con niños y además el vuelo es muy largo? Sin duda, de sólo leerlo podemos imaginar la complejidad del asunto pero, aunque parezca todo un reto, si seguimos los consejos que a continuación tenemos para ti, verás que todo resulta más sencillo.
1. Asientos en primera fila
Todo comienza con la planificación del viaje. En este tipo de situaciones no podemos solo comprar los pasajes de avión y aventurarnos a lo desconocido. Quienes son padres sabrán perfectamente que viajar con niños requiere de una planificación muy a detalle de todo lo que hay qué llevar y hacer, dadas ciertas situaciones hipotéticas que los padres conocen muy bien como: por si hace frío, por si hace calor, por si llueve, por si se enferma, por si se cae, etc, etc.
Los asientos de la primera fila pueden darte un poco de espacio extra para jugar con los niños
Para viajar cómodo no necesitas gastar en pasajes de primera clase. La mayoría de aerolíneas que realizan viajes largos, cuidan muy bien el aspecto de la comodidad procurando tener asientos ergonómicos que brindan buena inclinación y favorecen el descanso de nuestra espalda. No está de más, que al momento de reservar los asientos elijas los primeros de la clase turista. Éstos suelen brindan un poco más de espacio para estirar las piernas, están más cerca de los baños y podrás levantarte a caminar con tu hijo sin molestar a otras personas.
2. Viaja de noche
Viajar de noche, además de ayudar a prevenir en buena medida el Jet Lag, permite que los niños y tú puedan descansar mejor. Una buena técnica para que los niños lleguen directo a dormir es ocuparlos en actividades durante el día o algunas horas antes del vuelo. De esta forma estarán agotados y las posibilidades de llanto o peleas serán mínimas.
3. Entretenimiento a bordo
Sergey Novikov | Shutterstock
Si la única opción es viajar de día, lo mejor será que prepares una buena dosis de entretenimiento para que los chicos permanezcan ocupados. Aunque en los vuelos se programan películas, éstas pueden no ser del agrado de los niños. Prepara tablets y teléfonos con los shows preferidos de tus hijos; también puedes incluir cuentos, juguetes o libros para colorear.
Y recuerda siempre llevar tu dosis de entretenimiento personal así, si los niños se logran dormir, podrás aprovechar el tiempo para leer un libro u hojear una revista.
4. Ropa cómoda
Si vamos a pasar unas cuantas horas viajando y, encima tenemos que cuidar de los niños, lo mejor es usar la ropa más cómoda que tengamos. Evita la ropa dura o ajustada para que tu cuerpo no resienta el viaje, el mismo principio aplica para los peques. Además evita las prendas sintéticas y utiliza siempre las de algodón.
Evita las prendas ajustadas y utiliza zapatos cómodos.
Aunque en algunos vuelos suelen ofrecen frazadas y almohadas, no está de más viajar con alguna extra en caso de que la aerolínea no las ofrezca. Recuerda que en los aviones la temperatura suele ser baja, así que prepara todo lo necesario para que ni tú ni los niños pesquen un resfriado que les impida disfrutar el viaje.
En el caso de los zapatos, la regla es la misma: utilizar calzado cómodo. Los pies suelen hincharse un poco debido a la presión, así que evita los zapatos ajustados y prefiere aquellos que puedas quitarte con facilidad para descansar un poco los pies.
Continúar leyendo...