Noticia Reggie reflexiona sobre el fallecimiento y el legado de Satoru Iwata

Cuando estaba siendo reclutado con la oportunidad de unirme a Nintendo, pedí, como parte del proceso, hablar con el Sr. Iwata. No iba a ser parte del proceso y, como supe más tarde, en realidad fue una pequeña interrupción en el proceso. Imagina la perspectiva de Nintendo: «¿Quién es este candidato que piensa que puede pasar tiempo con nuestro presidente global? Este no es un papel que se vaya a centrar en Japón. ¿Por qué quiere hablar con él?» Quiero decir, puedes imaginar los tipos de conversaciones que tuvieron lugar. Pero al final acordaron que hablara con el Sr. Iwata antes de decidir si aceptaba el cargo.

Estaba previsto que fuese una conversación de media hora y terminó durando mucho más tiempo que eso. Y realmente preparó el escenario para el tipo de relación comercial y personal que tendríamos. Hablábamos todo el tiempo. Él fue amable al compartir su perspectiva. Él fue tremendamente complaciente al escuchar un punto de vista único que tenía yo, una persona que no tenía historia en el negocio de los videojuegos que no fuera como jugador. Pero [valoró] mi perspectiva porque ofrecía una sensibilidad al consumidor. Traje una sensibilidad comercial occidental. Y la relación que tuvimos él y yo durante casi 11 años, fue realmente especial y justa, su apertura conmigo y las cosas que pudimos hacer realmente juntos, fueron mágicas.

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Simplemente refuerza cuán fugaz es nuestra existencia. También me reforzó el legado que había construido y que había creado para la empresa. Y eso realmente me llevó a ser introspectivo: «Entonces, ¿cuál es el legado que quiero construir, que quiero dejar? Entonces diría que ese evento sin duda cristalizó para mí la importancia y me motivó a ser claro e intencional en lo que quería hacer.

[También] aprendí el valor del silencio y de dejar que alguien realmente piense y considere las cosas. A los occidentales les encanta completar la conversación. A menudo no dejan que la otra persona piense. Aprendí el poder del silencio y de dejar que la gente piense, en lugar de continuar tratando de impulsar un punto de vista particular.

Cuando bromeo con amigos, les digo que pienso que tienes que estar muerto antes de que te reconozcan los méritos.

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