¿Recuerdas aplicaciones como Tweetdeck, Sparrow, Angry Birds o Flappy Bird? Todas ellas son aplicaciones antiguas que marcaron una época. Hoy las repasamos.
Las aplicaciones son a los smartphones como la aerodinámica a un Fórmula 1. Sin ellas, el dispositivo es capaz de funcionar y completar algunas tareas; pero, con ellas, el dispositivo es capaz de alcanzar límites inimaginables. En un Fórmula 1, esos límites inimaginables son trazar curvas de una forma más rápida o alcanzar mayores velocidades punta en recta; en un smartphones, esos límites son sustituir al PC como herramienta principal de trabajo o a una compacta como cámara diaria.
Y es que desde la irrupción inicial de los smartphones, las aplicaciones son las que han ido marcando el ritmo en el que estos han ido evolucionando. Por ello, hoy en Hipertextual deseamos echar una vista atrás y recordar todas esas aplicaciones antiguas que han ido definiendo el camino hasta el día de hoy. Aplicaciones como Launcher Pro, Tweetie, Sparrow o Tweetdeck. Aplicaciones que marcaron una época.
Doodle Jump.
Launcher Pro. En los comienzos de Android, las capas de personalización eran, cuanto menos, pulidas. Contaban con numerosos bugs, las interfaces dejaban mucho que desear y el rendimiento era muy deplorable. Este infierno se solucionaba parcialmente con Launcher Pro, una aplicación que reemplazaba el launcher predeterminado del dispositivo por uno más personalizable, sencillo y con muchas más opciones. Para los usuarios de Android de aquella época, Launcher Pro era una especie de mesías.
Doodle Jump. ¿Recuerdan ese marcianito que iba subiendo plataformas de forma ilimitada mientras esquivaba diversos obstáculos? Doodle Jump era uno de los juegos más populares para iOS y Android hace unos años. A día de hoy, sigue siendo realmente entretenido.
Angry Birds. Angry Birds fue el primer juego que logró verdadero éxito en los smartphones. Su historia —basada en un enfrentamiento entre cerditos verdes y pájaros furiosos— logró una gran popularidad, atrayendo a millones de usuarios y atribuyéndose varios récords de descargas. Este fue el comienzo de Rovio.
Google Reader. Era utilizada por miles de personas a diario para leer sus medios de comunicación preferidos. En Android, se convirtió de hecho en un imprescindible. Eso fue, al menos, hasta que Google decidió cerrar el servicio definitivamente.
Cut The Rope.
Cut The Rope. Consistía en trasladar el caramelo desde un lugar del mapa hasta un monstruito verde hambriento. Para ello, debíamos utilizar elásticos y esquivar diversos obstáculos como arañas. Un juego de ingenio que también logró un elevado número de descargas.
Go Launcher. Otro mesías salvador como Launcher Pro. Era algo más configurable y la interfaz era más elaborada. Los fans de la customización siempre recurrían a este en aquella época.
Tweetie. Era, sencillamente, el mejor cliente de Twitter para iOS. En su versión 2.0 incorporó el mecanismo pull-to-refresh, algo inédito hasta entonces. En 2010, Twitter compró esta aplicación para comenzar a desarrollar “Twitter for iPhone”.
Hipstamatic. Las cámaras de los smartphones cada vez mejoraban más y más en calidad. Y con ello, nuevos editores fotográficos hacían su aparición en las tiendas de aplicaciones. Un ejemplo es Hipstamatic, una aplicación de edición que aplicaba numerosos filtros y efectos a nuestras imágenes. Fue el preámbulo de Instagram.
Tweetbot. Sigue vivo a día de hoy. De hecho, más vivo que nunca. Pero nunca olvidaremos la llegada de Tweetbot 1 y de Tweetbot 2. Desde su llegada se han convertido, indudablemente, en los mejores clientes de Twitter para las plataformas de Apple. Y año tras año, no hacen más que mejorar.
Sparrow.
Sparrow. Hasta la llegada de Google, Sparrow era, claramente, el mejor cliente de correo electrónico que podíamos descargar en iOS. Contaba con una interfaz cuidada y varias funciones que la hacían perfecta para grandes flujos de correo electrónico. Lástima que cayera en el olvido tras la compra de Google.
Fruit Ninja. Uno de los videojuegos más populares de la época. La base era realmente sencilla (cortar frutas en dos trozos), pero eso fue más que suficiente para lograr millones de descargas y horas ilimitadas de entretenimiento. Aún me recuerdo a mi mismo jugando a Fruit Ninja en mi primer iPod Touch.
Twicca. Los clientes de Twitter siempre han mantenido una relación complicada con Android. No obstante, en el pasado encontrábamos algunas excepciones como Twicca, un cliente maravilloso y realmente completo que superaba en la gran mayoría de aspectos al cliente oficial. Lástima que cayera en un pozo.
Paper Toss. De pequeños, muchos jugamos brevemente a encestar bolas de papel en una papelera. Pero, con el paso del tiempo, eso mismo se trasladó a nuestros smartphones con Paper Toss, un sencillo juego en el que teníamos que encestar bolas de papel en una papelera, teniendo siempre en cuenta la distancia de la papelera y otros factores externos como el viento procedente de un ventilador.
Fruit Ninja.
Infinity Blade. Uno de los primeros videojuegos en mostrar el verdadero potencial gráfico de los smartphones era Infinity Blade. Llegó para los dispositivos iOS y hasta la propia Apple lo mostraba en sus keynotes como un ejemplo de dominancia.
Camera+. Conforme las cámaras fotográficas de los iPhone fueron avanzando, también aumentó el número de posibilidades. Pero, desafortunadamente, la sencilla aplicación nativa de iOS no permitía, en ocasiones, sacar todo el partido que nos gustaría. Por ello surgieron aplicaciones como Camera+, las cuales abrían un nuevo mundo a aquellas personas que desearan fotografiar de una forma más avanzada con sus iPhone.
Tweetdeck. ¿Quién no conoce Tweetdeck? En teléfonos móviles era uno de los clientes de Twitter más utilizados. Al menos hasta la llegada de Twitter, quien compró Tweetdeck y mató sus aplicaciones móviles – no así la versión de escritorio. Tweetdeck destacaba por diversos aspectos, pero, sobre todo, por su gestión en columnas, la cual hacía mucho más sencillo estar al día de lo que ocurría en Twitter.
Peggle. Desarrollado por PopCap Games, Peggle era uno de los juegos más adictivos que podíamos encontrar en un smartphone. Se basaba en destruir bolitas de color naranja, una base realmente simple. Pero los numerosos añadidos y la dificultad de los niveles lo hacía un juego tremendamente adictivo. A día de hoy, sigo teniéndolo instalado en mi iPhone.
Pegue.
Advanced Task Killer. En sus comienzos, Android tenía dos grandes defectos: problemas en la gestión de memoria RAM y una mala gestión de las aplicaciones en segundo plano. Para solventar ese problema, surgieron aplicaciones como Advanced Task Killer, las cuales permitían cerrar procesos en segundo plano y aligerar así la carga que recibían el procesador y la memoria RAM (ahorrando batería en algunos casos y, sobre todo, acelerando el terminal).
Beautiful Widgets. Los widgets siempre han sido un punto diferencial en Android. Y en ese nicho concreto, siempre ha destacado Beautiful Widgets. Nos permitía ver información básica como el tiempo, la meteorología o la batería restante del dispositivo. Todo ello de una forma muy personalizable, pues contaba con diversos temas y configuraciones que permitían al usuario dejarlo todo a su gusto. En los principios de Android, era indispensable.
Seesmic. Otro cliente de Twitter realmente famoso. Disponible para iOS y Android, Seesmic se convirtió en la alternativa perfecta para cualquier usuario que buscara un cliente de Twitter con unas funciones algo más avanzadas. El soporte multicuenta era una de las claves que le definían.
Astrid. Uno de los gestores de tareas más populares en el ecosistema Android. A día de hoy nos parecería mediocre, siendo sinceros, pero en aquel momento era realmente interesante y útil. Tras él llegaron otros como Remember The Milk, Any.do o la más conocida Wunderlist.
Beautiful Widgets.
Google Currents. Tras la muerte de Google Reader, la compañía estadounidense trató de volver a adentrarse en el mundo de la distribución de contenidos con Google Currents, un servicio similar a Flipboard. Google Currents no acabó de despegar y, tristemente, acabó sufriendo una metamorfosis.
ChatON. Cuando WhatsApp comenzó a ser una amenaza seria para operadoras y fabricantes, Samsung llegó con ChatON, un servicio de mensajería instantánea que venía preinstalado en todos los dispositivos de la compañía y que prometía plantar cara a WhatsApp. El resultado, tal y como publicamos hace años, fue nefasto. Samsung vio como ChatON no despegaba y acabó cerrando el servicio.
Picplz. Antes de que llegara Instagram a Android, los usuarios de la plataforma se conformaban con Picplz, una red social muy similar a Instagram pero con una base de usuarios considerablemente menor y un enfoque menos definido. Con la expansión de Instagram más allá de iOS, Pizplz no tenía nada que hacer, por lo que sus creadores anunciaron su cierre.
Path. Si buscan un ejemplo de diseño de aplicaciones móviles, Path es el mejor que podrán encontrar. Su diseño era impecable en todos los sentidos, con animaciones y transiciones realmente originales. Más allá del diseño, el eje de esta peculiar red social era contar nuestro día a día a nuestras personas más cercanas, cerrando así el círculo tan amplio que mostramos en Facebook y Twitter. Path nunca acabó de despegar, por desgracia.
Flappy Bird.
CloudOn. Antes de la llegada de suites ofimáticas decentes al iPad y a las tablet Android, CloudOn era la solución más efectiva que podíamos encontrar. Permitía ejecutar una versión totalmente operativa de Microsoft Office en cualquier dispositivo que se ejecutara, lo que aumentaba exponencialmente la productividad on-the-go. Nunca acabó de alcanzar el éxito, pero fue realmente bonito mientras duró.
Plants vs. Zombies. Al igual que Rovio y Angry Birds, Plants vs. Zombies es un ejemplo perfecto de cómo lograr éxito en los videojuegos para móviles. El primer Plants vs. Zombies fue toda una revolución, la cual se ha ido manteniendo con las sucesivas entregas posteriores.
Tap Tap Revenge. El primer juego musical realmente interesante para iOS. Su funcionamiento base era muy similar a Guitar Hero: pulsar las cuerdas en el momento oportuno para conseguir reproducir la canción de forma concreta.
Real Racing. Si buscamos un referente entre los videojuegos de competición automovilística, Real Racing es uno de los primeros que encontraremos. Supuso un salto exponencial tanto en experiencia gráfica como en jugabilidad, igualando los gráficos de consolas de la generación anterior y entreteniendo a millones de usuarios durante horas.
Flappy Bird. Probablemente, uno de los videojuegos más polémicos y complejos que jamás ha pisado una tienda de aplicaciones. Flappy Bird causó sensación de la noche a la mañana por su complejidad y su adicción. Más tarde, su creador eliminó la aplicación por motivos un tanto extraños, aunque anunció que volvería con otro juego relativamente similar. Desafortunadamente, este último no logró el mismo éxito.
Continúar leyendo...