Dentro de la revolución móvil que hemos vivido en los últimos años, hay actores que han cobrado especial relevancia, porque si algo queda claro, es que en tecnología se tienen que dar muchos factores para lograr un producto excelente. Y la inclusión de un material resistente es uno de aspectos que marcan la diferencia entre una durabilidad y calidad de pantalla excelente, y otra más pobre. Gorilla Glass, de Corning, es el vidrio líder en la industria, y que acompañe a nuestros terminales es una sello de indudable calidad. Hoy repasaremos la interesante historia de esta compañía.
Hablaremos de una empresa fundada en 1851 con el nombre de Corning Glass Works por Amory Houghton en Massachussets, aunque más tarde se trasladó a Brooklyn, y finalmente a Corning, ciudad con la que comparte nombre. Allí se ha mantenido desde que tomó el mando el hijo del fundador, y allí seguirá por la conexión que la empresa tiene con el entorno social.
En 1952, Don Stookey, un químico que trabajaba en Corning hizo el descubrimiento de su vida, de manera accidental y sin saberlo en ese momento. Puso una unidad de crital fotosensitivo a 600 grados, y sin querer, la máquina ajustó a 900 grados. Cuando sacó la muestra, esperando un desastre, descubrió que se había transformado en algo inesperado. Se le cayó y descubrió que, en vez de romperse, rebotaba. Se comercializó en distintos sectores, y en 1962 tras un proceso de investigación y transformación, se le añadieron algunos materiales que lo hacían muy flexible, pero como luego veremos, no alcanzó el éxito esperado.
En los años 2000 se empezó a ver era necesario un material que protegiese a la perfección las pantallas de los nuevos smartphones, a la vez que se quería conseguir un grosor muy reducido que no aumentase notablemente el peso del terminal, mantuviese los reflejos sobre el panel reducidos al máximo, y fuese extremadamente conductivo sobre la capa capacitiva. Ya había otras propuestas sobre la mesa, pero ninguna tan desarrolla como Gorilla Glass, ni ninguna con el apoyo de una empresa tan longeva en lo que al tratado del cristal y el vidrio se refiere.
El paso del tiempo enterró a Chemcor en el olvido, pero la necesidad lo trajo de vuelta en forma de Gorilla Glass a terminales como el Huawei P8
Llegó así al mercado la lámina transparente fruto de la combinación de álcali-aluminosilicato, realizada a partir del tratado de materiales anteriores como el Chemcor, cuyo desarrollo databa de 1962. Nunca se había encontrado mercado para aquel material, debido a que no era necesario aún en ningún ámbito. Se demostraba así que nunca se sabe lo que puede salir de una investigación con 50 años de historia, y sobre todo, que ella, la historia, importa, para hacer historia, pues gracias a él conocemos los smartphones premium tal como son.
Tras 4 intensos años de investigación, llegó Gorilla Glass 2, la iteración natural de Gorilla Glass, que en 2012 ya se usaba en más de mil millones de smartphones. Más allá de ser un simple número, mejoró exponencialmente, debido a que desde Corning lograron que el componente fuera un 20% más delgado pero manteniendo su gran resistencia. A la larga, esto es lo que produjo que Huawei pudiera hacer terminales como el P8, extremadamente delgado y con gran elección de materiales. En las pruebas de demostración, Corning aplicó 55 kg de presión sobre el vidrio, y no consiguió romperlo. Desde ese momento, Gorilla Glass se popularizó aún más, y se hizo referente absoluto del mercado. También hacen el material que protege la cámara de nuestros smartphones.
Y no solo eso, las mejoras e iteraciones también comenzaron a llegar más rápido. Así, en el CES de Las Vegas de 2013, Corning presentó en sociedad Gorilla Glass 3, en el que sus científicos trabajaron sobre todo en la estructura atómica del cristal. Con ello se mejoró la respuesta de la pantalla a golpes o rasguños, lo que repercutía en la durabilidad, manteniendo esta vez la delgadez. También consiguieron reducir un 40% la visibilidad de arañazos, aspecto crucial cuando exponemos la pantalla en situaciones de mucha luminosidad. Con dispositivos cada vez más expuestos por el incremento de uso, la seguridad es lo primero.
A finales del año pasado se presentó Gorilla Glass 4, que estará presente en muchos terminales entre este año y el siguiente. Frente a los golpes leves y arañazos, Corning intentó que en esta versión se eliminase para siempre el miedo a las caídas desde cierta distancia, que son las grandes causantes de servicios técnicos a rebosar. Gorilla Glass 4, según las informaciones ofrecidas por Corning, ha duplicado la resistencia en caídas de un metro, que según ellos suponen el 80% de los casos. Según vídeos y pruebas que hemos podido ver en Internet, creo que la estimación no está lejos de la realidad.
Gorilla Glass 4 supone así un cierre al círculo. Tras conseguir hacer un vidrio resistente, adelgazarlo manteniendo esa propuedad y soportar mejor los golpes, ahora Corning consigue reducir las roturas, que antes de todo lo anterior mencionado, supone la mayor preocupación de los usuarios.
¿Qué será lo próximo? Es díficil responder, aunque todos desearíamos que de aquí a unos años reinara el zafiro, un material que la propia Corning podría impulsar. Tendríamos smartphones aún más resistentes a arañazos, que ya no serían ni siquiera perceptibles.
La historia de Corning es la historia de cómo todo avance es bueno por pronto que llegue, ya que si es de calidad, servirá en el futuro.. De desechar ideas de comercialización a ser un actor clave en los materiales de los smartphones.
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