
En una época donde los gráficos eran un lujo y la narrativa se construía con descripciones escritas, el mismísimo James Bond se embarcó en su primera gran misión desde el ZX Spectrum. El nombre: Shaken but Not Stirred. Un título muy acertado al hacer referencia a la icónica frase de "Agitado, pero no revuelto". Una aventura de texto publicada en 1982 y realmente modesta en todos sus apartados y pretensiones, pero también el inicio de esa extensa relación entre el agente 007 y el mundo del videojuego. Un agente sin licencia, por cierto.
Sobra decir que James Bond llevaba décadas siendo una franquicia multimillonaria. Primero a través de las novelas de Ian Fleming y posteriormente, a mayor escala y calado, en la gran pantalla. Siempre al servicio de su majestad, por supuesto. Pero en esta ocasión su misión era tan extremadamente secreta que ni siquiera la Metro Goldwing Meyer estaba al corriente: aquel videojuego no era un producto oficial. De hecho, ni siquiera contaba con una licencia formal para usar el nombre de James Bond.
Aquello de las licencias eran simples minucias para Richard Shepherd Software, responsable de aquel juego. Nuestro protagonista era el "agente 007" y el título daba pistas inequívocas de lo que el el jugador iba a tener por delante. Es más, el contenido se planteó para que el espía más famoso del cine abrazase todos los tropos del personaje: la charla con M, los gadgets de Q, el villano megalómano, los viajes internacionales y, por supuesto, el clásico vodka martini al final de la misión.
¿La experiencia tenía el encanto de las películas? Bueno, como todas las aventuras conversacionales, al final el resultado no depende de los gráficos, sino de tu imaginación. Es más, aquí puedes ver cómo lucía el primer videojuego (no oficial) de James Bond.

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La interfaz era simple: el jugador escribe comandos como "GO NORTH", "USE GUN" o "LOOK AROUND" como en cualquier aventura conversacional. Lo divertido, el atractivo de Shaken but Not Stirred era que los jugadores del gomas encarnar por primera vez a James Bond en una misión "oficial" bajo la premisa de detener al siniestro Dr. Death.
Y ojo, que la cosa arrancaba muy fuerte con una escena de apertura (en texto, faltaría más) en la que se robaba un avión cargado con una bomba. Iniciando, a partir de ese punto, una misión digna del agente 007 dividida en dos actos.

- La primera fase consiste en viajar por distintas ciudades del mundo en busca de pistas sobre la ubicación de la base secreta del Dr. Death, pudiendo regresar a Londres para curarnos y reabastecer de munición. Un dato curioso: si presábamos antención había pistas en forma de anagramas.

- Una vez localizada la isla comenzaba la segunda fase, empezando desde la infiltración en la guarida submarina del villano y, poco a poco, abriéndonos paso a través de un laberinto (planteado como texto) con sus correspondientes trampas y enemigos. El gran plan: desactivar la bomba... o caer en el intento.
Entre los enemigos tocaba lidiar con enanos asesinos, sacerdotes hostiles y hasta tiburones. De hecho, merece la pena tener en cuenta que en Shaken but Not Stirred solo permitía guardar una vez. Dicho así parecería cruel, pero toca ponerse una vez más en perspectiva y recordar que en aquella época lo de salvar los progresos era la excepción y no la regla. Lo cual no quita que en su momento se añadía un extra de tensión.
En un tiempo donde los ordenadores domésticos apenas podían mostrar más de unos pocos colores y sprites rudimentarios, las aventuras de texto eran el vehículo perfecto para contar historias complejas. Shaken but Not Stirred aprovechaba esa limitación como una virtud: cada escena, cada enfrentamiento, cada gadget, era descrito con palabras, dejando que la imaginación del jugador hiciera el resto.

Técnicamente, Shaken but Not Stirred no es el primer videojuego oficial del agente 007, pero tiene un lugar especial en el legado de la franquicia de espionaje. Fue el primer intento de adaptar a James Bond al medio interactivo, y aunque se hizo sin tener la licencia del personaje, sigue siendo testimonio de una época en la que los videojuegos eran más literatura que espectáculo. Un Bond sin gráficos, sin licencia en el sentido literal, pero con toda la esencia (y los clichés) del personaje.
Y es que en un mundo donde los juegos de súper espías al final son, paradójicamente, sinónimo de explosiones y persecuciones, esta pequeña aventura de texto nos recuerda que, a veces, la mejor arma de un agente secreto es la palabra.
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La noticia Shaken but Not Stirred, el debut (no oficial) de James Bond en los videojuegos fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .
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