
Un nuevo estudio muestra que los adultos que jugaron mucho a Pokémon en su infancia desarrollan una zona de su cerebro para responder mejor al visionado de los personajes.
Hay muchas cosas que unen a los niños de los 90. Los tazos, los Power Rangers, los chándales de colores fluorescentes, las largas charlas por Messenger hasta que alguien tenía … Seguir leyendo...
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