Si pensábamos que con Dawn tan cerca de la superficie de Ceres resolveríamos rápidamente sus misterios, nos equivocábamos por completo. Y es que ahora tenemos más dudas que nunca.
Cuando Dawn comenzó a acercarse al planeta enano, Ceres, pensábamos que no tardaríamos en desentrañar algunos de los misterios que más nos intrigaban. Por ejemplo, esa misteriosa mancha blanca, fotografiada tiempo atrás. Tras las primeras pasadas descubrimos que la mancha era en realidad un conjunto de puntos de un material que refleja la luz solar. Pero lejos de saber qué material constituye esta rara formación, la NASA sigue especulando al respecto. Es más, ahora tenemos nuevas preguntas: ¿que es esa extraña pirámide de su superficie? ¿Por qué hay al menos 8 puntos en el cráter? ¿Qué ocurre en el interior de Ceres para que podamos ver todo esto en su superficie?
Ceres, de cerca, muy de cerca
Cuanto más nos acercamos a Ceres, más intrigante nos parece. Su superficie viene cargada con más y más misterios que revelar. Mientras las sonda Dawn se aproxima, las estructuras, cada vez más claras, van dando paso a una serie de cuestiones difíciles de resolver. Por ejemplo, lo que era un cráter con una mancha blanca, al principio, se convirtió en dos puntos reflectantes. Y ahora es un enorme cráter con un enorme punto central y otros puntos esparcidos por su superficie. El material que refleja la luz es todavía un misterio. Por otro lado, de pronto, mientras Dawn rastreaba la superficie de Ceres, se topó con un enorme monte; una colina piramidal de 5 kilómetros de altura en mitad de la nada cuya aparición es difícil de explicar. La segunda pasada de Dawn a la superficie de Ceres se ha realizado a unos 4.400 kilómetros de su superficie, lo suficiente para los instrumentos de la sonda para darnos una increíble visión del planetoide.
El espectrómetro de la sonda está analizando como se refleja la luz en los minerales de su superficie con la intención de identificarlos. Tal vez así podamos saber, por fin, a que se deben estos puntos blancos, muy abundantes en la superficie de Ceres. Dawn permanecerá orbitando a 4.400 kilómetros hasta el 30 de junio, momento en el que se trasladará a una órbita aún más cercana de solo 1.450 kilómetros. Mientras tanto, seguirá tomando imágenes y fotos de espectrometría cada tres días. A Dawn todavía le queda, por el momento, un año de vida ya que la continuidad de la misión está prevista hasta julio de 2016. Hasta ese momento, y si no se amplía, la sonda se acercará lo máximo posible para obtener todos los datos posibles que nos permita entender que ocurre dentro del planeta con solo mirar su superficie.
Resolviendo misterios
El misterio más acuciante por el momento, probablemente sea qué es el material reflectante que "mancha" la superficie de Ceres. Desde la NASA explican que los cráteres con un "punto" central no son raros en las lunas de la parte exterior de nuestro sistema solar. Sin embargo, en Ceres, estos cráteres son casi demasiado comunes. La composición del material podría basarse en hielo con sal en su interior u otro material completamente distinto que por ahora desconocemos. El espectrómetro de neutrones de la sonda nos ayudará a resolver este misterio, probablemente, durante este verano. De esta manera podremos conocer mejor la dinámica interna que tiene Ceres, ya que parece evidente que ha de tener una. De hecho, debe ser realmente extraordinaria. O si no, no hay manera de explicar la extraña montaña piramidal que se ha encontrado en otro de sus cráteres. Esta colina geométrica se eleva 5 kilómetros suavemente en mitad de una depresión en la que no hay nada más.
Las montañas y accidentes geográficos están asociados a un movimiento geológico. Pero aquí parece surgir de la nada, como empujada por algo desde su interior. De hecho, parece que la actividad geológica es mucho más activa de lo que se espera de un planetoide como Ceres. Desde luego es mucho más activa que la de de Vesta. Así lo muestran diversas estructuras paralelas, roturas y elevaciones observadas en su superficie. También es importante saber qué papel juega en todo esto el agua, muy presente en Ceres, como ya se comprobó tiempo atrás. Precisamente, el agua es una de las razones por las que Ceres nos resulta tan atractivo, ya que invita a buscar indicios de vida extraterrestre. No obstante, por ahora esto último no está contemplado dentro del plan de investigación ya que, como hemos dicho en alguna ocasión, Dawn no está preparada para analizar el planeta enano en busca de señales de vida. Mientras tanto, la misión seguirá observando la superficie con atención, tratando de resolver los misterios que esconde Ceres bajo su corteza.
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