Noticia Steve Jobs envió una disculpa por MobileMe que sonaba a manual de gestión de crisis. Al día siguiente, su equipo descubrió qué tipo de jefe era realme

Steve Jobs envió una disculpa por MobileMe que sonaba a manual de gestión de crisis. Al día siguiente, su equipo descubrió qué tipo de jefe era realmente


Hoy damos por hecho subir nuestras fotos a iCloud y acceder a nuestras notas desde cualquier dispositivo. Parece que siempre ha sido así, ¿verdad? Pero no. iCloud se estrenó en octubre de 2011, aunque antes hubo un precursor llamado MobileMe. Los más veteranos lo recordarán. Algunos incluso lo habrán usado. Sea como sea, hay una historia detrás que merece ser contada, porque revela una faceta de Steve Jobs que pocas veces se dejó ver.


El 4 de agosto de 2008, Jobs envió un email que cualquier consultor de comunicación habría aplaudido. Reconocía errores, asumía responsabilidades y prometía mejoras tras el desastre de MobileMe. Era la disculpa perfecta, redactada como si hubiera salido de Harvard Business School.


Pero al día siguiente, en una reunión a puerta cerrada, sus empleados descubrieron que existían dos Steve Jobs: el diplomático de los emails corporativos y el tirano de las reuniones internas. Y la diferencia fue... bueno, fue Jobs siendo Jobs.

Los orígenes de la nube de Apple: de iTools a la "pesadilla" de MobileMe


Para entender lo que pasó, hay que remontarse a los inicios. Apple llevaba años intentando que sus servicios online funcionaran. Todo empezó con iTools en 2000, un servicio gratuito que ofrecía email @mac.com y algo de almacenamiento. Era básico, pero funcionaba.


En 2002 llegó .Mac, ya de pago (100 dólares al año), con más funciones: sincronización de contactos y calendarios, iDisk para almacenar archivos, galerías de fotos online... Era el antepasado directo de lo que hoy conocemos como iCloud, pero con las limitaciones técnicas de principios de los 2000.


El problema es que Apple siempre había sido una empresa de hardware que hacía software. Los servicios online eran territorio desconocido, y se notaba. El servicio .Mac funcionaba, sí. Pero era lento, complicado de configurar y, francamente, no estaba a la altura de lo que esperabas de una empresa con el logo de la manzana.


Steve sabía que el futuro estaba en la nube. En 2007, cuando se lanzó el iPhone, ya se vislumbraba un mundo donde todos nuestros datos estarían sincronizados automáticamente entre dispositivos. Y un año después, ya tendría listo MobileMe.

Jobs Mobile Me

MobileMe: la apuesta más arriesgada de Apple


En junio de 2008, durante la WWDC, Apple presentó MobileMe como "Exchange para el resto de nosotros". Era una declaración de intenciones: Microsoft tenía Exchange para las empresas, Google empezaba a despuntar con Gmail, y Apple quería su trozo del pastel.


La propuesta era revolucionaria para la época: sincronización "push" de emails, contactos y calendarios entre Mac, iPhone, iPod touch e incluso PC con Windows. Todo en tiempo real, todo automático. "Push email, push contacts, push calendars", repetía el marketing de Apple como un mantra. Pero había un problema: Jobs decidió lanzar MobileMe junto al iPhone 3G y la apertura de la App Store. Algo demasiado ambicioso, incluso para él.

Mobile Me


Los ingenieros lo sabían. Durante las últimas semanas antes del lanzamiento, varios equipos advirtieron que MobileMe no estaba listo. Los servidores no aguantarían la demanda, la sincronización fallaba, había bugs por todas partes. Pero Jobs tenía una fecha marcada en el calendario y no iba a cambiarla. No quisiera yo dar un salto de varias décadas después, ¿pero no te recuerda a lo sucedido con Siri y Apple Intelligence? Pero volvamos al 2008.

El momento en que todo se vino abajo​


El 11 de julio de 2008, MobileMe salió al mercado junto al iPhone 3G. Y fue un desastre desde el minuto cero. Los servidores colapsaron inmediatamente. Los usuarios no podían acceder a sus emails, la sincronización de contactos duplicaba entradas, los calendarios desaparecían sin más. Algunos se encontraron con cargos inesperados en sus tarjetas de crédito. Otros perdieron emails completos durante días.

Imagen Mobile Me


Apple tuvo que extender las pruebas gratuitas, devolver dinero y aguantar una avalancha de críticas que no paraba. Para una empresa obsesionada con el control de su imagen, era una pesadilla. La situación era tan grave que Jobs, que raramente admitía errores públicos, tuvo que actuar. Y lo hizo de la única manera que sabía: con dos caras completamente diferentes.

El email que calmó las aguas… por un rato​


Tres semanas después del lanzamiento, con Apple bajo el escrutinio de la prensa tecnológica mundial, Jobs envió un email interno que se filtró casi inmediatamente. Era una masterclass de comunicación corporativa:

El lanzamiento de MobileMe no fue nuestro mejor momento. Hay varias cosas que podríamos haber hecho mejor: MobileMe simplemente no estaba a la altura de los estándares de Apple. Claramente necesitaba más tiempo y pruebas. En lugar de lanzarlo como un servicio monolítico, podríamos haber empezado con la sincronización over-the-air con el iPhone, y después ir lanzando las aplicaciones web una a una...

El email continuaba con una autocrítica que sonaba sincera y madura. Jobs admitía que había sido un error lanzar tantos productos a la vez, anunciaba cambios organizativos (Eddy Cue se haría cargo de todos los servicios de internet) y prometía convertir MobileMe en "un servicio del que todos estemos orgullosos".


Era el Steve Jobs que el mundo esperaba ver: reflexivo, autocrítico, capaz de aprender de sus errores. El email circuló por blogs y medios como muestra de que hasta los genios se equivocan, pero saben rectificar. Lo que nadie sabía es que, 24 horas después, Jobs iba a mostrar su verdadera cara.

Mobile Me

Y llegó Jobs… sin filtros​


Al día siguiente del email diplomático, Jobs convocó a todo el equipo de MobileMe en el auditorio de Apple. Los empleados llegaron esperando una charla motivacional, tal vez algunas directrices para mejorar el servicio. Lo que encontraron fue una hora de humillación pública.


Jobs comenzó con una pregunta aparentemente inocente: "¿Puede alguien decirme qué se supone que hace MobileMe?" Varios empleados empezaron a explicar las funcionalidades del servicio: sincronización de email, contactos, calendarios... Jobs los dejó hablar unos segundos y entonces soltó la bomba: "¿Entonces por qué coño no funciona?"

Cada seis meses, Steve Jobs compraba el mismo coche, un Mercedes-Benz SL-Class de 120.000 euros. El truco estaba en la matrícula
En Applesfera
Cada seis meses, Steve Jobs compraba el mismo coche, un Mercedes-Benz SL-Class de 120.000 euros. El truco estaba en la matrícula

Durante una hora les gritó que habían "manchado la reputación de Apple", que "deberían estar avergonzados" y que "deberían odiarse unos a otros por haberse fallado mutuamente". No era una discusión técnica sobre cómo mejorar el producto. Era una ejecución pública.


El colofón llegó cuando, delante de todo el equipo, despidió al responsable de MobileMe y anunció que Eddy Cue se haría cargo inmediatamente. Sin previo aviso, sin conversación privada.


No era la primera vez Jobs que humillaba a alguien en público. Llegó a hacerlo incluso en la keynote del iPhone original. Erin Caton, una de las ingenieras que trabajó en MobileMe, lo explicó años después de manera más directa: "Los desarrolladores sabíamos que no estaba listo. Se lo dijimos a los jefes repetidas veces. Pero la presión venía de arriba. No era culpa nuestra, era del sistema."

Cierre Mobile Me

Apple sí aprendió, pero tardó cuatro años​


MobileMe nunca se recuperó. Apple siguió mejorándolo, añadió funciones, lo hizo más estable, pero el daño estaba hecho. El servicio cojeó hasta 2012, cuando Apple decidió cerrarlo definitivamente.


En su lugar llegó iCloud, anunciado por el propio Jobs en la WWDC de 2011, pocos meses antes de su muerte. Era todo lo que MobileMe prometía ser: automático, invisible, que simplemente funcionaba. Apple había aprendido la lección más importante: en los servicios online no puedes fingir hasta que lo consigas. O funciona desde el primer día, o el mercado te pasa por encima.

Mudarse Icloud


Jobs tenía fama de ser alguien con quien no querías subir en el ascensor si tu proyecto iba mal, o sentarte cerca en la cafetería si no tenías todas las respuestas. Pero ese terror, en el fondo, tenía una lógica: si no estabas haciendo bien tu trabajo, él se iba a dar cuenta. Y no iba a fingir que no pasaba nada.


Crear productos que cambien el mundo requiere un nivel de exigencia que no todo el mundo está dispuesto a aceptar. Apple no era una empresa para todo el mundo, y Jobs nunca fingió que lo fuera. Al final, MobileMe fracasó, pero iCloud triunfó. Y quizás esa humillante reunión de agosto de 2008 tuvo algo que ver con que Apple no volviera a cometer los mismos errores.


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La noticia Steve Jobs envió una disculpa por MobileMe que sonaba a manual de gestión de crisis. Al día siguiente, su equipo descubrió qué tipo de jefe era realmente fue publicada originalmente en Applesfera por Guille Lomener .

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