Ayer conocimos que el Samsung Galaxy S7 edge es el mejor teléfono del año según la publicación inglesa Mobile Choice. Otro año más de éxitos para Samsung hasta que llego el Galaxy Note 7, un teléfono que presumiblemente se posicionaría por encima del Galaxy S7 edge al disponer de una pantalla de mayores dimensiones, mejor fotografía y rendimiento. Pero ese smartphone que iba a convertirse en la cúspide de la tecnología mobile, se ha transformado en una horrible pesadilla para el fabricante coreano y para el mundo de la tecnología en general.
No nos vamos a engañar, estamos hablando de uno de los puntales a nivel tecnológico en lo mobile que se ha visto en la tesitura de tener que decir a los clientes que compraron su terminal a que lo apaguen de inmediato. No sé si en algún momento habrá pasado algo parecido en nuestra historia actual, pero levantarse por la mañana y leer desde un medio a que apagues tu dispositivo, ese de más de 700 euros, es algo inaudito en si. Cuesta poder llegar a entender lo sucedido y como una compañía de tal entidad se ha visto enfrascada en un problema así.
Explosión en la cúspide de la tecnología
Hay muchos memes que se ríen con sorna del Note 7, como aquel en el que se regala un kit de supervivencia o aquel otro en el que se engancha uno en un coche del videojuego Grand Theft Auto, en esa guerra entre Samsung y Apple, pero la verdad que es un hecho que se sale de la norma. Al principio pensábamos que Samsung iba a ser capaz de capear el temporal, pero lo impensable sería que, después de haber gastado todo ese dineral en las sustituiciones, estas fueran incluso peor, al conseguir que se incendie el teléfono cuando no se está ni cargando. Es como querer apagar un fuego con agua.
Desde el lado del enemigo las risas son evidentes y las bromas muchas, pero si pusiera un símil con lo ocurrido, ¿qué tal si un día se descubriera que el Real Madrid o el Barcelona todos los jugadores de uno de los dos equipos fueran dopados? Lógicamente, los fans del equipo contrario empezarían con los memes, las descalificaciones y demás, pero al igual que ocurre con Samsung, nos pondría un grave problema sobre la mesa, hay algo que no funciona, ya que si unos se dopan, habría que preguntarse que posiblemente los otros pueden estar haciéndolo igual, pero no han sido descubiertos.
Como dice el dicho: si las barbas de tu vecino ves cortar, pon las tuyas a remojar.
Las barreras infranqueables
Samsung está investigando el problema y esperemos que esta vez dé con la clave y la razón para que se incendie un teléfono cuando un usuario lo lleva en su mano. Hace un mes era cuando se cargaba, pero ahora la problemática es todavía mayor.
Hay muchos que se preguntan si es contraproducente meter una batería de tanta capacidad en un dispositivo que cada vez ha de ser más fino por las tendencias actuales. Se cuentan con CPUs que cada vez son más potentes, pero que también se calientan con mayor facilidad. Recordemos la patata caliente que era el HTC One M9 debido a que el Snapdragon 810 se sobrecalentaba demasiado en su primera revisión.
Las baterías apenas han evolucionado y para sostener todas esas pantallas secundarias, resoluciones Quad HD y demás florituras ,se integran cada vez más mAh en un smartphone. Si sumamos una CPU que se calienta en demasía y no tienen un sistema de disipación como si pasan en los ordenadores, cualquier fallo en el diseño puede conllevar a que ese dispositivo que se estaba convirtiendo en la cúspida de la tecnología mobile, casi se transforme en un producto altamente explosivo.
Ni se saben las razones para que haya ocurrido, y tendremos que esperar a las investigaciones de Samsung, pero lo que queda bien claro que nadie habría pensado que una de las series más populares en lo mobile, como son los Note, llegarían a este punto en el que nos encontramos.
El artículo Tocando techo en la cúspide de la tecnología con el Galaxy Note 7, un problema que atañe a todos ha sido originalmente publicado en Androidsis.
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