Muchos lectores conocen de sobra el método de trabajo de Akira Toriyama con Dragon Ball. Si bien tiene ideas muy remarcadas que se desarrollan de una manera muy efectiva, también saca a relucir su mejor don, la improvisación, a lo largo de toda la serie. Y, si bien en la mayoría de los casos funciona, también surgen contradicciones o coincidencias entre personajes.
Pues bien, esta vez hablaremos de una coincidencia de lo más especial. Mientras trabajaba en el manga de Dragon Ball, a Toriyama le surgió la idea de que el Rey Piccolo perteneciera a una raza extraterrestre tras haber creado al gran Kami-sama y, para poder hilar esto de manera sutil y que tuviera sentido, tuvo que hilar poco a poco ambos conceptos para que encajaran dentro de la trama. Es aquí cuando dejó constancia de que ambos pertenecían a Namek de la manera más inesperada: su trono.
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Tal y como comenta Toriyama, este guiño del trono no solo fue una coincidencia, sino una conexión entre ambos personajes para dejar claro que venían del mismo planeta, aunque esto ya casi que se sabía solo viendo el aspecto de ambos personajes, ya que ambos tenían rasgos idénticos, como el color de la piel, las antenas o las orejas.
Aun así, este tipo de detalles demuestran que Toriyama no solo era bueno improvisando, sino que también era un genio de la narrativa. Obviamente, tuvo sus fallos, pero, en la gran mayoría de las ocasiones, supo cómo hilar conceptos improvisados de una manera casi milagrosa.
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La noticia Toriyama escondió un homenaje al Rey Piccolo en Namek. Lo has visto un millón de veces y posiblemente no lo hayas relacionado fue publicada originalmente en Vida Extra por Iván González .
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