Uber tendrá 10.084 millones de reservas el cierre de 2015, que se explican por su estrategia de expansión hacía Asia y por las numerosas y elevadas rondas de financiación.
Parece que es un elemento omnipresente en la actualidad del mundo de las startups, por mucho que se intente evitar tener que hablar de ello y dar cabida a nuevos contenidos, siempre aparece en escena con alguna nueva polémica, anuncio o simplemente, porque está relacionada con gran parte de los fondos y empresas más productivas del mundo. Si a estas alturas no se ha adivinado cuál es el culpable de todos estos dilemas, os damos la respuesta: Uber.
2015 ha sido para Uber el año de la expansión internacionalLa compañía estadounidense, caracterizada por todas sus polémicas judiciales, ha tenido una semana plagada de anuncios, inversiones y acuerdos. El primero de ellos viene de mano de sus cifras económicas; da igual qué tipo de polémica acose a la startup californiana que los inversores, presente y futuros, siguen de parte de la entidad. Según las últimas informaciones publicadas por Reuters, y tras una reciente presentación confidencial para potenciales inversores, la compañía de transportes urbanos tiene previsto contar con unas reservas en caja de 10.084 millones para este año y de 26.012 millones para el próximo, lo que supone, según cálculos de Reuters, unos 2.000 millones de ingresos mensuales.
Cifras desorbitadas se miren por donde se miren, y aunque los portavoces de Uber no han querido hacer declaraciones de lo que ellos llaman "rumores y especulaciones", estas magnitudes cuadran con lo que hemos estado viendo hasta ahora. El "unicornio" de California está valorada exactamente en 51.000 millones de dólares, superando a todas las grandes startups que ahora mismo están en el mercado. Sin embargo, y pese a las polémicas que esta plataforma haya podido suscitar en sus seis cortos años de vida, lo cierto que es que su capacidad de atraer la inversión es cuanto menos sorprendente.
Como cualquier startup, los primeros años de vida siempre son más complicados, y por tanto las rondas de financiación mucho más moderadas. Pero pronto empezaron a entrar los millones en Uber. 2014 fue el año del despegue total, en el que con 2.400 millones de inversión recibida, la empresa dio entrada a algunos de los fondos más poderosos de Estados Unidos: Lone Pine Capital, BlackRock o Google Ventures, del que ya hablamos con anterioridad.
Pero si 2014 fue bueno, para el 2015 no hay palabras. Algo menos de 4.000 millones de financiación que se traducen principalmente en la puerta de entrada a fondos extranjeros, de China e India principalmente, para crecer precisamente en esos países.
De llegar a hacerse realidad la intención de Uber de salir a cotizar en los mercados, las variables financieras de esta startup podrían volver a dispararse. Aunque en este caso jugamos con aproximaciones sobre las queno hay nada escrito.
Los ojos puestos en el extranjero, pero con una base sólida
China Life Insurance como inversor potencial en el país del lejano oriente, y Times Internet, The Times of India Group y, recientemente con 100 millones de inversión, Tata Capital para llegar y triunfar en La India, un país con uno de los mayores potenciales en cuestiones de transporte que existe.
China e India, la puerta de entrada a su próxima salida a BolsaObviamente, la entrada de estos fondos en Uber ha supuesto un cambio en la estrategia que hasta ahora había estado llevando a cabo. Por un lado, la orientación hacía el mercado asiático por su gran potencial y número de habitantes. Y por otro lado, el sistema de acercamiento a dichos mercados. Los sistemas financieros asiáticos cuentan con particularidades que desde occidente no alcanzamos a entender; requieren costumbres, ideas y protocolos para que una empresa pueda llegar a tener éxito, por lo que asociarse con los nativos es cuanto menos necesario. Pero también, y probablemente escarmentados por su accidentado historial, para evitar vetos por parte de gobiernos y gremios, y facilitar su inserción en la dinámica del transporte de esas regiones. Cosa que no es ha pasado en Francia, Alemania, Canadá, y especialmente en España, donde entraron como se suele decir como "un elefante en una cacharrería" desoyendo unos sistemas de gestión de transporte urbano muy estrictos, y muchos de sus directores, y algún que otro conductor, han terminado entre rejas.
Renovarse o morir
En algunos lugares han conseguido instalarse, y con bastante éxito. Véase el caso de México, donde acaban de conseguir que este sistema de transportes sea legal a través de infinitos acuerdos, o Estados Unidos, en donde a través de varios acuerdos ha conseguido incluso poder operar en el aeropuerto de Los Ángeles. Excepciones en todo caso.
Pero, pese a la polémica que pueda haber con Uber, se esté o no conforme con su forma de gestión y operación, o no se entienda su punto de vista, lo cierto es que tienen una capacidad asombrosa para buscar soluciones o variables a lo que ellos verdaderamente hacen. Si no nos dejan hacer la competencia al mercado de los taxis se meten en el sector de los barcos con UberBOAT, o lanza un servicio de reparto de comida a domicilio con UberEats en ciudades como Barcelona.
Quizá, por esta capacidad de reconversión, sus lavados de imagen y acercamiento a inversores en Asia y su insistencia, Uber tiene esa valoración que muchas otras startups quisieran para sí.
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