
No sólo bombones, besos y arrumacos es lo que ha traído el Día de los Enamorados a lo largo de la historia; también ha corrido la sangre.
En un día durante el que el mundo entero derrocha sentimentalismo romanticón por costumbre, como si los enamorados más entusiastas en lo suyo estuviesen libres de la obligación de tales demostraciones el resto de… Seguir leyendo...
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