
El transporte público deja mucho que desear incluso en las grandes ciudades. En general, todo Norteamérica es así. Necesitas el coche para todo y todo está pensado para el coche. De modo que en mi llegada a Madrid, la posibilidad de desplazarme en coche de nuevo llamó mi atención. El servicio en cuestión es Car2Go, a quien ha salido un competidor reciente llamado emov. Llevo utilizando coches eléctricos compartidos desde hace poco más de un año. Una experiencia que ha dado pie a que me replantee el debate sobre el Apple Car.
La comodidad de conducir un coche sin ser su propietario

Hoy en día, un coche es un peso muerto para el presupuesto de miles de personas. Tanto es así que en Xataka hablaron hace unos días de la existencia de dos Españas en cuanto al transporte en coche: una en ciudades pequeñas y otra en ciudades grandes. Empresas como Car2Go, cuya propietaria es Daimler AG, y la nueva incorporación al "rodeo" de emov, del grupo PSA. El funcionamiento de ambas compañías es casi idéntico:

- Descargas la app y te das de alta. Enlaces: Car2Go y emov.
- Te das de alta como usuario.
- Ambas necesitan verificar tu permiso de conducir y su validez. En el caso de Car2Go, tuve que ir a un local en el centro de Madrid a verificarlo. En emov lo pude hacer desde la propia app enviando una foto del permiso.
- Introduces tu tarjeta de crédito o débito y una vez verificado el permiso de conducir, ya puedes utilizar la app en tu iPhone.
Ambas muestran un mapa de Madrid con las ubicaciones de los coches disponibles. Contamos con un tiempo de reserva para asegurarnos un vehículo donde lo necesitamos. Al llegar al coche, lo desbloqueamos desde el iPhone. Entramos en él, sacamos la llave de la guantera o del cuadro de mandos, arrancamos y ya podemos conducir.
Ambos vehículos son eléctricos y automáticos, lo cual hace que su conducción sea una gozada. Sin ruidos. Muy suave. Sencillo. Car2Go cuenta con una flota de 500 Smart de dos plazas, perfectos para aparcar en cualquier lado. emov tiene otros 500 Citroën C-Zero, pero de cuatro plazas. Cada uno tiene puntos fuertes en situaciones en las que el otro cojea. Pero para el usuario de a pie, el resultado es que tienes 1.000 coches eléctricos a tu disposición.
Los recoges en la calle, aparcados en zona blanca, azul o verde, vigilando que no sea carga y descarga (gran ventaja, los coches eléctricos no pagan SER). Puedes salir de la "almendra" de Madrid, pero siempre dejarlo en su interior. De lo contrario el contador seguirá subiendo. Y ambos tienen el mismo precio: 19 céntimos el minuto.
El vehículo del futuro

Es evidente que el automóvil está enfrentándose a su mayor transformación desde que Henry Ford creó la fabricación en masa. Una industria centenaria a la que la tecnología no ha hecho más que mejorarla. No amenazar su existencia. Hasta ahora. Estamos siendo testigos de tres grandes cambios en la industria del automóvil:

El atractivo del carsharing es indudable para personas que solo lo necesitan de manera puntual y no constante
- Electrificación del motor, algo que simplifica enormemente la fabricación de un coche. Un motor eléctrico tiene muchas menos piezas que uno de combustión. Menos desarrollo y menores necesidades de capital.
- El coche compartido o carsharing, que pone en duda las bondades del coche en propiedad y coloca encima de la mesa otras opciones.
- La autonomía, capaz de eliminar al conductor y su importancia en el habitáculo. Lo cual abre un abanico de posibilidades para el rediseño interior de un vehículo que antes eran impensables.
La mayoría de compañías actuales, tanto de Silicon Valley como de Detroit o Europa, acumulan dos de los tres puntos. Car2Go y emov hacen frente a las dos primeras. Tesla a la primera y última. A futuro, muchas tienen claro que necesitarán una combinación de las tres para prevalecer en el mercado. Y ahí es donde entra el Project Titan de Apple.
Apple Car: pensando diferente

En mi opinión, Apple cambió de rumbo el verano pasado cuando trajo de vuelta de la jubilación a Bob Mansfield. Probablemente para hacer frente al auge del carsharing. Pero si quieres cambiar el mundo, no basta con cumplir los tres puntos anteriores. Necesitas algo más.

Olvídate de todo lo que sabes sobre un coche deseable: velocidad, diseño deportivo, potencia. El Apple Car apelará a otros atributos
Álex Barredo pintaba de esta manera el coche de Apple. Algo en lo que no prima el diseño exterior sino el espacio que hay en su interior. Una especie de Sala de los Menesteres a lo Harry Potter, donde el vehículo se adapta a las necesidades del pasajero y no al revés. Donde todos los viajeros están a la misma altura y no van después del protagonista actual: el conductor.
El Apple Car será un servicio de vehículos de transporte autónomos y eléctricos. Donde el usuario llama para que le recojan y trasladen donde quiera. Con capacidad para más usuarios abordo, como un autobús pero que te recoge y deja donde tú quieres. Y en el trayecto pueda aprovechar el tiempo de la manera en que mejor considere: trabajando o entreteniéndose. De esta forma, los atascos dejan de ser tan relevantes si permiten al viajero hacer otras cosas cómodamente.
De pronto, el Fiat Multipla de 1957 que Apple compró hace un par de años cobra un nuevo sentido. Los años venideros se prometen muy entretenidos.
En Applesfera | Mucho talento se va de Apple, pero más talento se queda.
En Xataka | Somos una familia, vivimos en una ciudad y hemos decidido vivir sin coche: así nos va.
También te recomendamos
El ejecutivo encargado del coche eléctrico de Apple se retira de la compañía
Tomate y pasta, ¡qué gran pareja para estos cinco bailes!
Fiat, General Motors, Nissan y Tesla se pronuncian sobre el Apple Car
-
La noticia Un año utilizando Car2Go y emov con el iPhone: ¿el preludio del Apple Car? fue publicada originalmente en Applesfera por Eduardo Archanco .
Continúar leyendo...