Bouncing Buddies es un nuevo casual para nuestros móviles que ha llegado hace días y que tiene una gran pinta a primeras. Aunque después de jugarlo un rato nos hubiera gustado, y espero que nos escuchen los desarrolladores, que fuera más díficil a las primeras de cambio.
Principalmente vamos a tener el control de un gran oso que tiene una gran pericia en el salto para pasar de piedra a piedra y así poder subir el río, pasar entre distintos raíles o explorar nuevos entornos. Un juego que perfectamente vale para mostrar cómo afecta en el gameplay una curva leve de dificultad.
El oso saltarín de Bouncing Buddies
Así que vas a tener que guiar al oso saltarín a través de un recorrido repleto de plataformas en las que tendrá que saltar. Nuestra acción requiere que vamos moviendo a nuestro oso de izquierda a derecha para que el salte automáticamente y llegue a esa piedra que le permitirá saltar de nuevo. O sea, que con un desplazamiento lateral tendremos todo resuelto.
No hay que ni extender el dedo hacia arriba con un gesto para hacer un salto de mayor extensión, sino que es el propio oso el que saltará la distancia necesaria para que llegue. Así que nosotros solamente hemos de cuidar de saltar de un lado a otro para que nuestro oso saltarín llegue a buen término.
Dicho esto, cada nivel está diseñado artesanalmente, o eso nos creemos, para que tenga principio y fin. O sea, que os iréis encontrando con unos niveles que son bien fáciles y que no requieren mucha técnica a la hora de caernos. Vamos, que son demasiado sencillos y casi estamos pidiendo a gritos que nos den más caña.
La curva de dificultad casi ni existe
Es importante en un juego casual que la curva de dificultad sea la justa para mantenernos alerta y adictos a un juego. Si se pasa, diremos que es muy difícil y pasaremos de comernos la cabeza para intentar completar el nivel. En cambio, si es demasiado fácil, perderemos el interés y en cualquier momento se nos olvidará de que existe el juego hasta que un día de estos nuestro móvil nos aconseje desinstalar ese juego al que apenas jugamos o hemos iniciado en un tiempo.
En total en Bouncing Buddies vamos a tener 5 mundos con 40 niveles diseñados artesanalmente. Intentamos comprender dónde quedarán esos niveles de dificultad que esperamos encontrar, así que esperemos que esa curva se eleve lo suficiente para engatusarnos y seguir echando partidas.
Es en los entornos donde sí que encontramos un elemento que nos llama la atención y que pone el ambiente para que las partidas sean más amenas. Si lo miramos desde otro punto de perspectiva, es el típico juego perfecto para los más peques de la casa, aunque nos lo quedamos para ser un título para todos los públicos.
El oso saltarín en tu móvil
No faltan tampoco las monedas con las que podemos desbloquear a más animales y así tengamos todo un zoo para disfrutar de sus diseños. Y que por cierto, es otro de los puntazos de este Bouncing Buddies al que le falta esa dificultad que nos obligue a iniciarlo una vez detrás de otra. Su simpleza en el gameplay permite jugarlo, pero el que casi seamos imposibles de batir nos lleva a aburrirnos llanamente.
Un juego muy “animal” y que visualmente es todo un acierto. Sobre todo en las capas del fondo que consiguen poner un ambiente más que perfecto para que nos lo curremos con los saltos. También tienen su “cosa” el diseño de los animales y los entornos con una paleta de colores muy bien elegida. A citar ese atardecer de algunos niveles y como el río se deja de ver en la distancia.
Un casual llamado Bouncing Buddies y que tienes de forma gratuita desde la Play Store. Seguramente que pidas a gritos más dificultad, pero es lo que hay. Agradable sí que es un poco, sobre todo en lo visual. Os dejamos con otro casual llamado Bloop Islands.
Opinión del editor
Pros
Contras
Descarga Aplicación
Bouncing Buddies (Free, Google Play) →
Continúar leyendo...
Principalmente vamos a tener el control de un gran oso que tiene una gran pericia en el salto para pasar de piedra a piedra y así poder subir el río, pasar entre distintos raíles o explorar nuevos entornos. Un juego que perfectamente vale para mostrar cómo afecta en el gameplay una curva leve de dificultad.
El oso saltarín de Bouncing Buddies

Así que vas a tener que guiar al oso saltarín a través de un recorrido repleto de plataformas en las que tendrá que saltar. Nuestra acción requiere que vamos moviendo a nuestro oso de izquierda a derecha para que el salte automáticamente y llegue a esa piedra que le permitirá saltar de nuevo. O sea, que con un desplazamiento lateral tendremos todo resuelto.
No hay que ni extender el dedo hacia arriba con un gesto para hacer un salto de mayor extensión, sino que es el propio oso el que saltará la distancia necesaria para que llegue. Así que nosotros solamente hemos de cuidar de saltar de un lado a otro para que nuestro oso saltarín llegue a buen término.
Dicho esto, cada nivel está diseñado artesanalmente, o eso nos creemos, para que tenga principio y fin. O sea, que os iréis encontrando con unos niveles que son bien fáciles y que no requieren mucha técnica a la hora de caernos. Vamos, que son demasiado sencillos y casi estamos pidiendo a gritos que nos den más caña.
La curva de dificultad casi ni existe

Es importante en un juego casual que la curva de dificultad sea la justa para mantenernos alerta y adictos a un juego. Si se pasa, diremos que es muy difícil y pasaremos de comernos la cabeza para intentar completar el nivel. En cambio, si es demasiado fácil, perderemos el interés y en cualquier momento se nos olvidará de que existe el juego hasta que un día de estos nuestro móvil nos aconseje desinstalar ese juego al que apenas jugamos o hemos iniciado en un tiempo.
En total en Bouncing Buddies vamos a tener 5 mundos con 40 niveles diseñados artesanalmente. Intentamos comprender dónde quedarán esos niveles de dificultad que esperamos encontrar, así que esperemos que esa curva se eleve lo suficiente para engatusarnos y seguir echando partidas.
Es en los entornos donde sí que encontramos un elemento que nos llama la atención y que pone el ambiente para que las partidas sean más amenas. Si lo miramos desde otro punto de perspectiva, es el típico juego perfecto para los más peques de la casa, aunque nos lo quedamos para ser un título para todos los públicos.
El oso saltarín en tu móvil

No faltan tampoco las monedas con las que podemos desbloquear a más animales y así tengamos todo un zoo para disfrutar de sus diseños. Y que por cierto, es otro de los puntazos de este Bouncing Buddies al que le falta esa dificultad que nos obligue a iniciarlo una vez detrás de otra. Su simpleza en el gameplay permite jugarlo, pero el que casi seamos imposibles de batir nos lleva a aburrirnos llanamente.
Un juego muy “animal” y que visualmente es todo un acierto. Sobre todo en las capas del fondo que consiguen poner un ambiente más que perfecto para que nos lo curremos con los saltos. También tienen su “cosa” el diseño de los animales y los entornos con una paleta de colores muy bien elegida. A citar ese atardecer de algunos niveles y como el río se deja de ver en la distancia.
Un casual llamado Bouncing Buddies y que tienes de forma gratuita desde la Play Store. Seguramente que pidas a gritos más dificultad, pero es lo que hay. Agradable sí que es un poco, sobre todo en lo visual. Os dejamos con otro casual llamado Bloop Islands.
Opinión del editor
Pros
- Visualmente es muy atractivo
- El diseño de los personajes
Contras
- Muy fácil
Descarga Aplicación
Bouncing Buddies (Free, Google Play) →
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