El jefe de desarrollo de negocios de GroupMe, Steve Cheney, habla sobre el futuro de iOS
Conforme van pasando los años se van incluyendo más y más innovaciones en los smartphones para cubrir las diferentes necesidades de la vida moderna. Por ello, a veces, es difícil adivinar exactamente hacía donde se dirige el futuro de nuestro sistema operativo favorito.
Steve Cheney, jefe de desarrollo de negocios de GroupMe, ha publicado un artículo en su blog en el que examina lo que podemos esperar tanto de iOS como de Android, basándose en los acontecimientos recientes y en los obstáculos actuales.
¿Qué nos depararán en el futuro iOS y Android?
Ambos sistemas operativos están empezando a moverse más allá del móvil, con los avances conseguidos en el móvil impulsando ya algunos proyectos hardware y software. Android está creciendo en todo el mundo, pero los estudios muestran que en Estados Unidos su popularidad está en declive tras llegar a lo más alto. Aunque la cuota de mercado móvil de Android puede ser muy alta, el sistema operativo de Google todavía está despegando en las tabletas y ordenadores con pocos recursos. De la misma forma que Linux ha conseguido ser un sistema operativo de código abierto durante más de una década, Android se está posicionando como un sistema de código abierto en dispositivos no móviles para el futuro.
Por otro lado, la gran fortaleza de los productos iOS de Apple es su consistencia y su aprovechamiento de los recursos. El desarrollar un software completamente optimizado para su hardware probablemente ayudará a iOS a mantener una ventaja de rendimiento sobre los dispositivos Android, sin necesidad de recurrir a hardware mucho más potente.
Android todavía está luchando para hacer frente a las consecuencias de tener un ecosistema abierto, con la fragmentación del sistema operativo como uno de los problemas más frecuentes. El ecosistema integrado de Apple permite a los desarrolladores tener acceso a las API del sistema, dando lugar a aplicaciones más estables y consistentes. El ecosistema controlado permite a Apple lanzar actualizaciones compatibles con versiones anteriores, como por ejemplo iOS 7 en hardware más antiguo. La mayoría de los usuarios de Apple tienen un iPhone 4S o superior, lo que significa que cuando Apple lanzó las betas de iOS 7 casi toda la base de usuarios tenían acceso inmediato a estas nuevas capacidades.
Esto no ocurre en Android. Cheney afirma que sólo el 30% de los usuarios de Android tienen acceso a las actualizaciones, e incluso algunos modelos deben esperar más de un año para conseguir la actualización, todo esto suponiendo que les llegue. El gran escalonamiento de las actualizaciones del software crea una lenta adopción de los servicios. Los desarrolladores no iniciarán el desarrollo de una aplicación en Android si no pueden contar con que la gran mayoría de sus usuarios serán capaces de utilizarla. Primero empezarán con el mundo menos caótico, iOS.
Cheney ve el problema de la fragmentación como el mayor obstáculo al que se enfrente Android en el futuro. A un desarrollador de aplicaciones no le compensa invertir el tiempo en crear diferentes versiones de una aplicación de última generación para garantizar que puede funcionar en todas las variaciones del ecosistema Android.
Como comentan en Tuaw, el futuro de los sistemas operativos móviles pinta bastante fascinante. ¿Hacia dónde se dirigirán los sistemas operativos móviles?
iPadizate, el mejor blog sobre los iPad de Apple.
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Conforme van pasando los años se van incluyendo más y más innovaciones en los smartphones para cubrir las diferentes necesidades de la vida moderna. Por ello, a veces, es difícil adivinar exactamente hacía donde se dirige el futuro de nuestro sistema operativo favorito.
Steve Cheney, jefe de desarrollo de negocios de GroupMe, ha publicado un artículo en su blog en el que examina lo que podemos esperar tanto de iOS como de Android, basándose en los acontecimientos recientes y en los obstáculos actuales.
¿Qué nos depararán en el futuro iOS y Android?
Ambos sistemas operativos están empezando a moverse más allá del móvil, con los avances conseguidos en el móvil impulsando ya algunos proyectos hardware y software. Android está creciendo en todo el mundo, pero los estudios muestran que en Estados Unidos su popularidad está en declive tras llegar a lo más alto. Aunque la cuota de mercado móvil de Android puede ser muy alta, el sistema operativo de Google todavía está despegando en las tabletas y ordenadores con pocos recursos. De la misma forma que Linux ha conseguido ser un sistema operativo de código abierto durante más de una década, Android se está posicionando como un sistema de código abierto en dispositivos no móviles para el futuro.
Por otro lado, la gran fortaleza de los productos iOS de Apple es su consistencia y su aprovechamiento de los recursos. El desarrollar un software completamente optimizado para su hardware probablemente ayudará a iOS a mantener una ventaja de rendimiento sobre los dispositivos Android, sin necesidad de recurrir a hardware mucho más potente.
Android todavía está luchando para hacer frente a las consecuencias de tener un ecosistema abierto, con la fragmentación del sistema operativo como uno de los problemas más frecuentes. El ecosistema integrado de Apple permite a los desarrolladores tener acceso a las API del sistema, dando lugar a aplicaciones más estables y consistentes. El ecosistema controlado permite a Apple lanzar actualizaciones compatibles con versiones anteriores, como por ejemplo iOS 7 en hardware más antiguo. La mayoría de los usuarios de Apple tienen un iPhone 4S o superior, lo que significa que cuando Apple lanzó las betas de iOS 7 casi toda la base de usuarios tenían acceso inmediato a estas nuevas capacidades.
Esto no ocurre en Android. Cheney afirma que sólo el 30% de los usuarios de Android tienen acceso a las actualizaciones, e incluso algunos modelos deben esperar más de un año para conseguir la actualización, todo esto suponiendo que les llegue. El gran escalonamiento de las actualizaciones del software crea una lenta adopción de los servicios. Los desarrolladores no iniciarán el desarrollo de una aplicación en Android si no pueden contar con que la gran mayoría de sus usuarios serán capaces de utilizarla. Primero empezarán con el mundo menos caótico, iOS.
Cheney ve el problema de la fragmentación como el mayor obstáculo al que se enfrente Android en el futuro. A un desarrollador de aplicaciones no le compensa invertir el tiempo en crear diferentes versiones de una aplicación de última generación para garantizar que puede funcionar en todas las variaciones del ecosistema Android.
Como comentan en Tuaw, el futuro de los sistemas operativos móviles pinta bastante fascinante. ¿Hacia dónde se dirigirán los sistemas operativos móviles?
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