Francisco Tolmasky trabajó en el desarrollo del iPhone original y nos habla de su experiencia
Cuando oímos que un jovencito ha vendido su start-up por no sé cuántos millones de dólares siempre hacemos la misma pregunta ¿por qué no se me habrá ocurrido a mí? Nos olvidamos de las innumerables horas dedicadas a una empresa propia, de los, casi seguro, malos momentos atravesados y de las tremendas dificultades que supone levantar una compañía de la nada y ser capaz de que un grande se fije en ti.
Pero no sólo eso, aparte de la suerte necesaria en cualquier ámbito de la vida, debes de tener conocimientos, ingenio, ambición y tomar, alguna vez, decisiones arriesgadas. Habiéndome hecho esa pregunta muchas veces y conociendo en profundidad las historias de algunos emprendedores de éxito, reformularía la pregunta para decir, ¿hubiera sido yo capaz de hacer eso?
Una de esas historias bien podría ser la de Francisco Tolmasky, un joven empresario de 29 años, ex-empleado de Apple, afincado en San Francisco y que ahora trabaja de forma independiente en el desarrollo de juegos para móviles.
En el año 2007 fundó una compañía llamada 280 North que con el tiempo creó y perfeccionó un lenguaje de programación y una serie de frameworks para la elaboración de aplicaciones web enriquecidas al estilo de las aplicaciones de escritorio de Mac OS X. Apenas tres años después de su fundación, Motorola se fijaba en ella y adquiría 280 North por 20 millones de dólares.
Hasta llegar aquí, Tolmasky tomó decisiones que, seguramente, yo no hubiera tomado jamás, como la de hacer esperar a Apple seis meses para poder terminar su carrera de informática, cuando los de Cupertino le propusieron trabajar para ellos.
Pero no fue la única, también decidió abandonar en 2007 la compañía de la manzana en pleno éxito del iPhone original, porque el ambiente de trabajo en el que había empezado a trabajar había cambiado y ya no se parecía al ambiente típico de una pequeña empresa.
Abandonó Apple en 2007 porque no le gustaba el ambiente de compañía grande
Aunque es poco habitual que antiguos trabajadores de Apple nos hablen de su relación con la empresa, Tolmasky accedió con la excusa de la presentación de su último desarrollo. El motivo por el que entró a trabajar para los de Cupertino, fue el de colaborar en la producción de un navegador de Internet adaptado a la pequeña pantalla de un teléfono y que pudiera ser manejado con los dedos. La primera piedra de Safari para móviles.
El proyecto fue desarrollado en una zona apartada del campus y el equipo estaba dividido físicamente en hardware y software, trabajando de manera separada para evitar las filtraciones. Jobs se reunía con ellos dos veces por semana. Comenta que al principio fue un tanto frustrante porque no veía la manera de desarrollar la tarea de manera satisfactoria.
Tolmasky recordó su trabajo en alguna otra aplicación para el iPhone, como el teclado. El desarrollo de este elemento de software resultó ser una especie de maratón, ya que, al cofundador de Apple no le acababa de convencer ninguna solución. Así que asignó a todos los miembros del equipo a tiempo completo para perfeccionar el teclado durante unos cuantos días, hasta que el CEO de Apple dio el visto bueno.
El joven empresario nos habló también de los días previos a la presentación del iPhone. Jobs quería una aplicación de mapas para mostrarla con el nuevo terminal, el problema era el tiempo. Se le ordenó la tarea a un compañero de Tolmasky y estuvo trabajando sin parar hasta conseguir una aplicación de mapas funcional para la presentación.
Finalmente definía el carácter de Steve Jobs así:
“Este era el efecto que Jobs producía sobre ti: esto es importante, tiene que hacerse, y lo haces.”
Puedes tener acceso a todas sus declaraciones entrando en el blog Bits, perteneciente al grupo The New York Times. Interesante, verdaderamente. No te la pierdas.
iPadizate, el mejor blog sobre los iPad de Apple.
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Cuando oímos que un jovencito ha vendido su start-up por no sé cuántos millones de dólares siempre hacemos la misma pregunta ¿por qué no se me habrá ocurrido a mí? Nos olvidamos de las innumerables horas dedicadas a una empresa propia, de los, casi seguro, malos momentos atravesados y de las tremendas dificultades que supone levantar una compañía de la nada y ser capaz de que un grande se fije en ti.
Pero no sólo eso, aparte de la suerte necesaria en cualquier ámbito de la vida, debes de tener conocimientos, ingenio, ambición y tomar, alguna vez, decisiones arriesgadas. Habiéndome hecho esa pregunta muchas veces y conociendo en profundidad las historias de algunos emprendedores de éxito, reformularía la pregunta para decir, ¿hubiera sido yo capaz de hacer eso?

Una de esas historias bien podría ser la de Francisco Tolmasky, un joven empresario de 29 años, ex-empleado de Apple, afincado en San Francisco y que ahora trabaja de forma independiente en el desarrollo de juegos para móviles.
En el año 2007 fundó una compañía llamada 280 North que con el tiempo creó y perfeccionó un lenguaje de programación y una serie de frameworks para la elaboración de aplicaciones web enriquecidas al estilo de las aplicaciones de escritorio de Mac OS X. Apenas tres años después de su fundación, Motorola se fijaba en ella y adquiría 280 North por 20 millones de dólares.

Hasta llegar aquí, Tolmasky tomó decisiones que, seguramente, yo no hubiera tomado jamás, como la de hacer esperar a Apple seis meses para poder terminar su carrera de informática, cuando los de Cupertino le propusieron trabajar para ellos.
Pero no fue la única, también decidió abandonar en 2007 la compañía de la manzana en pleno éxito del iPhone original, porque el ambiente de trabajo en el que había empezado a trabajar había cambiado y ya no se parecía al ambiente típico de una pequeña empresa.
Abandonó Apple en 2007 porque no le gustaba el ambiente de compañía grande
Aunque es poco habitual que antiguos trabajadores de Apple nos hablen de su relación con la empresa, Tolmasky accedió con la excusa de la presentación de su último desarrollo. El motivo por el que entró a trabajar para los de Cupertino, fue el de colaborar en la producción de un navegador de Internet adaptado a la pequeña pantalla de un teléfono y que pudiera ser manejado con los dedos. La primera piedra de Safari para móviles.

El proyecto fue desarrollado en una zona apartada del campus y el equipo estaba dividido físicamente en hardware y software, trabajando de manera separada para evitar las filtraciones. Jobs se reunía con ellos dos veces por semana. Comenta que al principio fue un tanto frustrante porque no veía la manera de desarrollar la tarea de manera satisfactoria.
Tolmasky recordó su trabajo en alguna otra aplicación para el iPhone, como el teclado. El desarrollo de este elemento de software resultó ser una especie de maratón, ya que, al cofundador de Apple no le acababa de convencer ninguna solución. Así que asignó a todos los miembros del equipo a tiempo completo para perfeccionar el teclado durante unos cuantos días, hasta que el CEO de Apple dio el visto bueno.

El joven empresario nos habló también de los días previos a la presentación del iPhone. Jobs quería una aplicación de mapas para mostrarla con el nuevo terminal, el problema era el tiempo. Se le ordenó la tarea a un compañero de Tolmasky y estuvo trabajando sin parar hasta conseguir una aplicación de mapas funcional para la presentación.
Finalmente definía el carácter de Steve Jobs así:
“Este era el efecto que Jobs producía sobre ti: esto es importante, tiene que hacerse, y lo haces.”
Puedes tener acceso a todas sus declaraciones entrando en el blog Bits, perteneciente al grupo The New York Times. Interesante, verdaderamente. No te la pierdas.
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