
El objetivo del hacker era enfrentar o juntar a los distintos pretendientes a sus propios egos o actitudes a la hora de "ligar" con las chicas, generalmente, abusando de frases "calientes" o soeces. El hacker comunicó que estaba harto de escuchar a sus amigas quejarse por el comportamiento de los hombres que utilizaban la aplicación, ya que el estar detrás de un dispsotivo móvil hace que muchos hombres suelten frases soeces o subidas de tono.
El cómo lo hizo es algo que se han preguntado muchas personas. El hacker manipuló la aplicación para que cuando un usuario de género masculino indicara que le gustaba una chica, en el primer caso puso una imagen de mujer atractiva y después la de una amiga suya, cayera en la conversación con otro usuario del mismo género. El hacker pudo monitorizar hasta 40 conversaciones, con grandes frases como "Todas las fotos son mías. Soy de sexo masculino. Un hombre. Tengo pene, no vagina". Curiosa forma de reportar las vulnerabilidades a Tinder.
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