
Vivimos rodeados de tecnología, tan integrada en nuestra cotidianidad que cuesta recordar que hubo un tiempo - no tan lejano - en que todo esto parecía una quimera. Los ordenadores eran casi piezas de laboratorio, máquinas extrañas que generaban más dudas que confianza. A veces pienso en cómo ha cambiado nuestra relación con la informática, en lo natural que nos resulta hoy hablar con un asistente virtual, mover objetos en el aire con Apple Vision Pro o escribir esto con un teclado que ni siquiera está conectado con cables.
Y sin embargo, hubo un momento donde todo pendía de un hilo. Como en febrero de 1981, cuando un fallo en un ordenador casi cancela el lanzamiento del Columbia, el primer transbordador espacial reutilizable de la historia. Aquella misión estaba orquestada por una sinfonía de procesadores que, El motivo: uno de los ordenadores del control de la misión en tierra no funcionó correctamente y inició un sistema esencial. Aquel fallo fue, paradójicamente, un éxito: permitió descubrir a tiempo lo que no funcionaba. Lo explicó el Dr. K.A. Lovingood, entonces director de operaciones de lanzamiento de la NASA. Fue uno de esos instantes donde la informática mostró sus límites... y también hizo aflorar dudas sobre su futuro.

El motivo fue claro: uno de los ordenadores en tierra, encargado de gestionar la secuencia de arranque, no funcionó como debía y no inició la fase de ignición. Lo que parecía un detalle menor habría significado un fracaso total si se hubiese tratado de un lanzamiento real. El Dr. K.A. Lovingood explicó que ese fallo afectaba directamente al control hidráulico de los cohetes aceleradores de combustible sólido y habría detenido la cuenta atrás apenas 25 segundos antes del despegue. En otras palabras: sin esa prueba, el Columbia nunca habría salido de la Tierra. Y todo por culpa de un ordenador.
El escepticismo sobre la informática en la vida diaria
En este raro y excepcional video de ABC News podemos ver a un jovencísimo Steve Jobs defendiendo su idea del futuro y la tecnología
El mítico presentador estadounidense Ted Koppel habló del tema en las noticias del canal ABC - para el que trabajó durante 20 años, como podemos ver en el raro vídeo que acompaña este artículo. Las dudas sobre si los ordenadores - como los que controlaron la ignición de la prueba del Columbia - podían ser un problema en el futuro se pusieron en primer plano aquella noche: "Como sociedad, deberíamos detenernos y pensar el papel que juegan estas máquinas en nuestra vida cotidiana. Un papel que muestra todos los signos de crecer más".

En el primer corte del informativo, la periodista Tina Gregory mostraba como los ordenadores ya estaban ya tan entrelazados con la vida diaria que muchos aún no se habían dado cuenta - aunque sólo fuera el tímido anticipo de lo que vendría en los años posteriores: cajeros de supermercado, reservas de aerolínea, control del metro de Washington. Incluso se ponían ellos mismos de ejemplo, gracias a su archivo electrónico de búsqueda de videos.

Todo aquello era tan excepcional, que incluso se entrevista a una persona por el mero hecho de tener un ordenador en casa. Tangencialmente se habla de videojuegos, de la llegada de la programación a las aulas y de cómo la informática está cada vez más en boca de la gente de la calle - no sólo en los laboratorios que es donde nació.
"En directo con nosotros: Steven Jobs"

Si en aquel momento había una empresa que estaba en la palestra del mundo informático, esa era Apple. Por ello, se trasladaron a las oficinas de la época de la compañía, en el 10260 de Bandley Drive en Cupertino para hablar con su jovencísimo líder: un Steven Jobs con 26 años que nos cuesta reconocer a veces en el vídeo unos breves atisbos de timidez que irán desapareciendo en los próximos años.
Con solo 26 años, Steve Jobs sorprendía por su visión clara del futuro tecnológico, lo que lo llevó a destacar como joven líder de Apple en plena efervescencia de la informática en crecimiento
Era normal: en un mundo en el que la tecnología parecía sólo restringida a ciertos ámbitos científicos, un joven CEO de una empresa de informática (que no parecía de informática) no intimidaba mucho. Hasta que lo escuchabas hablar, con las ideas tan claras y una visión tan concisa del futuro que venía. Por eso lo invitaron al plató.

"Ve el futuro del ordenador como el futuro de la humanidad" declaraba la voz en off del programa, justo antes de que Jobs estableciera la ya mítica metáfora de que la informática será la bicicleta para nuestras mentes en el siglo XXI. "El ordenador amplifica la capacidad intelectual del hombre, y creo que después de que este proceso haya llegado a la madurez los efectos que tendrá en la sociedad van a superar incluso a los de la revolución industrial."

"Si no le gusta mi producto, es tan pequeño que puede tirarlo por la ventana"
En la oficina de Jobs donde se graba el vídeo, de fondo, un Apple II: Steve Jobs no deja de mirarlo siempre con el optimismo de que es una buena herramienta si hacemos lo correcto con ella. "Algunos no entendemos bien que hacen los ordenadores y tememos acabar siendo controlados por ellos, ¿hay peligro de que eso suceda?", preguntaba Koppel. "Bueno, el producto que fabricamos [Apple II] sólo pesa 5 kilos, quienes lo ven por primera vez no pueden creer que sea un ordenador tan pequeño. Así que si la relación con él no va bien, puede tirarlo por la ventana".

"Si observamos la revolución que supone, esto va a ir a más. Cada vez van a estar en más casas porque serán más asequibles, haciendo tareas más sencillas pero también llegando a todas partes, incluso hasta el tren de pasajeros o el Volkswagen" - curioso escuchar estas palabras de Jobs de 1981 hablando de la llegada de los ordenadores a todas partes, incluso a los coches - y al resto de nuestra vida diaria.
Conceptos tan relacionados a la informática moderna como privacidad, computación ubícua o la eduación mediante la programación ya aparecen en la conversación
Koppel también invita al programa a un escéptico de la tecnología, preocupado por la invasión de la privacidad que supone que una tecnología así llegue a malas manos. En aquel momento, el temor era que el censo electrónico de personas se usase para perseguir disidentes o insumisos de la aún reciente guerra de Vietnam. "¿Ve la posibilidad de que todo esto de la informática salga mal?", le preguntan a Jobs al que califican no sólo de tecnólogo, también de filósofo.

En aquel momento, como el propio Jobs comenta, sólo uno de cada diez mil hogares tenía un ordenador en casa: el joven presidente de Apple esperaba que en los cinco años siguientes, ese porcentaje alcanzara el uno de cada diez. "Al final, [los ordenadores] estarán presentes en nuestra vida a razón de un ordenador por persona".

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"Sólo tienes que ver a los primeros graduados que salen de la universidad con experiencia en informática o incluso a los niños en los colegios que aprenden a utilizarlas: si observas lo que hacen con ellas, está muy lejos de ser dañino" - en los ochenta, algunas de las escuelas de California y muchas universidades ya contaban con ordenadores - "Lo que ves es el reflejo instantáneo de la parte creativa de ellos que van a poder utilizar de forma creativa de esta forma el resto de sus vidas. La mejor forma de luchar contra el mal uso de la informática es la educación y sobre todo la educación informática." - algo con lo que incluso el escéptico invitado estuvo finalmente de acuerdo.
Una versión más antigua de este artículo fue originalmente publicada el 24/07/2022.
Imagen | Maxim Hopman / composición generada con IA para portada
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La noticia "Un ordenador por persona": Steve Jobs ya lo veía claro en 1981, en pleno desastre informático de la NASA. Pocos le creyeron fue publicada originalmente en Applesfera por Pedro Aznar .
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