El 30 de noviembre de 2014 tuvo lugar una batalla campal junto al Río Manzanares, en Madrid, entre dos grupos de aficionados radicales de dos equipos de fútbol, Atlético de Madrid y Deportivo de la Coruña, que iban a enfrentarse ese día. En la reyerta, un hincha coruñés fue asesinado. Tras este suceso, un usuario de Twitter se jactó de esta muerte, con mensajes como "Quiero manifestar mi más absoluta y sincera alegría por la muerte del del Depor. Un hijo de puta que no la liará otra vez. Ojalá mueran más.", o "Los del Frente Atlético asesinos, tenéis retrasito verdad? Habían quedado para pegarse ambas partes. Lástima es que solo ha muerto uno".
La Audiencia Nacional se ha pronunciado a través de una sentencia de la Sección Quinta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo, que condena con 60.001 euros al tuitero, así como la prohibición de acceder a cualquier recinto deportivo durante los próximos cinco años.
El juez considera que con estos mensajes vulneró de forma "muy grave" la Ley contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte. Se impone así el criterio que tuvo originalmente Francisco Martínez, quien fue Secretario de Estado para la Seguridad, cuando aceptó la propuesta de la Comisión Antiviolencia.
El declarado culpable recurrió la sanción argumentando que él no era el responsable de aquellos mensajes en Twitter, pero la Sala ha considerado que hay indicios suficientes de que sí fueron de su autoría. Lo llamativo es que recientemente el juez Pedro Marchante, titular del Juzgado de Instrucción número 20 de Plaza de Castilla, rechazó citar como investigados a los cuatro presuntos asesinos de Jimmy, el aficionado que murió en aquella pelea.
Se produce así la curiosa situación en la que mientras los asesinos quedan impunes, pese a que la Policía llegó a identificar a varios sospechosos, ya que el juez desestimó continuar la investigación, sí es condenado quien se alegró públicamente de ese mismo asesinato.
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