Probamos el Samsung Gear S2, un reloj en el que todo es nuevo: la forma de interactuar con él, su interfaz, su diseño, su pantalla... Incluso estrena método de pago: Samsung Pay viene incluido.
En IFA 2014, Samsung presentó el Note Edge. Aquí echamos pestes de él por su diseño, su asimetría, el hecho de que un añadido en la estética implicase el forzado a una función no demandada. No nos gustó, simple y llano. Pero, siempre pero, sirvió para que Samsung experimentara con las pantallas curvadas en smartphones, y medio año después presentó el exquisito S6 Edge, seguido ahora por el S6 Edge+, su hermano mayor.
Es decir: experimentar, a la larga, sirve de mucho. Aunque el principio parezca catastrófico.
Algo similar ocurrió, hace también un año, con Samsung y sus relojes. Fue con el Gear S. Tras un primer año de experimentos, anunció el primer modelo con ranura para una SIM, lo cual lo podía hacer independiente del smartphone. Su tamaño era más que considerable, sus funcionalidades tampoco eran muy extensas, y la comodidad de uso y manejo, cuestionables. Pero abrió la veda. Y además, ahora ya se puede lanzar una respuesta al Apple Watch.
Un año después, Samsung ha ido de caza para terminar presentando un reloj muchísimo mejor diseñado que su versión anterior, en hardware y software.
Estaba rumoreado, filtrado, y finalmente anunciado. Nos faltaba probarlo, y por fin hemos podido hacerlo en la IFA de Berlín. Bienvenidos al Samsung Gear S2.
En la muñeca
Por un lado, el Gear S2, el de aluminio y silicona. El pensado para el público joven, algo informal o enfocado en el deporte. Por otro lado, el Gear S2 Classic, con correa de cuero y un aspecto algo más clásico, más de “reloj” al uso que de smartwatch (como, en mi opinión, deberían enfocarse todos los relojes inteligentes).
El funcionamiento del bisel es, en una palabra, fantásticoViene quizás lo más interesante: ¿cómo responden la interfaz circular y el bisel giratorio? Aquí venía con miedo. Si el bisel era frustrante y no funcionaba perfectamente fluido, teníamos un problema grave, ya que la interacción entre humano y reloj, primordial, sería arruinada.
Ciertamente, ese bisel me ha sorprendido: es súper liviano, gira muy suave y fluido, y con cada rotación, cada movimiento, se va notando como se va pasando sobre cada muesca. Un efecto muy similar al de la apertura de las cajas fuertes. Delicado y sensible, cada "tick" es música para los oídos. Lo bueno es que en la pantalla se nota igual de fluido.
Vamos para dentro. Las watchfaces son personalizables (con opción "hazlo tú mismo") y se pueden descargar de una tienda, así que irán apareciendo cada vez más opciones, y eso que en el momento de la salida ya hay bastantes.
Las watchfaces se cambian desde el reloj, pero se organizan y descargan desde la aplicación del móvil.
Por otro lado, su función como podómetro. Si han arrasado las pulseras monitorizadoras y todo smartwatch que se precie incluye funciones deportivas, esta no iba a ser menos. S Health vuelve a ser la base del ejercicio en este reloj. Cuenta pasos, calorías, etc.
También llega con un acuerdo con Nike para estrenarse en el mercado con su aplicación, y por tanto su servicio y su comunidad, ya integrados en el reloj.
La pantalla es de muy buena calidad. Los años de trabajo diario de Samsung con la tecnología AMOLED les ha permitido llegar a 2015 con un reloj en el que el negro es negro, los ángulos de visión bastante buenos y el brillo y color aceptable. Falta ver qué tal responde bajo la luz solar directa (lo hemos probado en un auditorio, claro), pero no parece en absoluto que vaya a ser un talón de Aquiles.
La pantalla circular puede ser una ventaja, pero también una desventajaHay algo importante aquí: que sea circular y no cuadrada tiene ventajas e inconvenientes. La ventaja más clara, aparte de que se pueda usar su bisel rotatorio, es que luce mucho mejor. Un reloj circular casi siempre se ve mejor que un "simple" reloj cuadrado o rectangular. Lo aprendimos del Moto 360 y lo vemos aquí.
La desventaja principal es que las aplicaciones que usan texto o formato de listas se ven claramente peor que en uno cuadrado. La línea central es la única que se ve completa, las superiores y posteriores comienzan a verse más cortadas.
Hay algunas curiosidades en el S2. Por ejemplo, como es incómodo leer largos textos en una pantalla tan pequeña, y además circular, la aplicación de Wall Street Journal utiliza la tecnología Spritz de lectura ultrarrápida palabra a palabra.
Otra más: el modelo con 3G no llega a España ni a ningún país europeo, al menos mientras la Unión Europea regule las tarjetas SIM electrónicas, que es el formato que usa este reloj. Mientras tanto, modelos normal y Classic, a precios de 349 y 399 euros respectivamente.
Y hablando de regulaciones... Samsung Pay, que está disponible para el Gear S2 en Estados Unidos, y lo estará para España, pero todavía no. De todas formas, no parece una promesa rota: Samsung ha comentado específicamente el caso de España como país al que llegará esta tecnología.
Pronto podremos probarlo a fondo y contar qué tal es la vida con él en la muñeca emparejado a un Galaxy S6 Edge+. Pinta bien, mucho mejor que el Gear S, tan futurista como difícil de mantener en la muñeca, que os contamos hace casi un año.
Continúar leyendo...