El coche conectado es casi el presente. El coche que es capaz de avisarte cuando, por ejemplo, existe un riesgo elevado de hielo para que puedas tomar precauciones. El futuro ya está aquí.
Invierno. Se levanta un día frío pero con la carretera aparentemente seca cuando en el tablero de instrumentos se ilumina un icono que advierte: existencia de placas de hielo más adelante. El conductor tiene tiempo suficiente para reducir la velocidad, conectar el sistema de tracción total y pasar el obstáculo con seguridad. A su lado ve cómo el resto de conductores pasan alguna calamidad y sus coches se deslizan con el riesgo de un accidente.
Seguro que has pensado que para esto se necesitan carreteras inteligentes capaces de analizar un gran número de parámetros y que a su vez pudieran enviar la información al vehículo. Seguramente lleguemos a verlo en pocos años, pero aún es un sueño. Hasta entonces tendremos que contentarnos con esta aplicación que ya está disponible y funciona de esta manera.
Inrix y Global Weather Corporation han presentado una aplicación muy interesante y con muchas utilidades para peatones, la Administración Pública, vehículos... Hasta ahora Inrix se había dedicado a reunir datos de cientos de millones de objetos en movimiento alrededor de todo el mundo, con especial énfasis en smartphones, vehículos de flota de alquiler y automóviles particulares para ser vendida a fabricantes de coches. Bien, ahora la empresa da un giro de 180 grados y acaban de presentar INRIX Road Weather con algo más de información como si se activan los limpiaparabrisas, el sistema de frenado automático, la temperatura exterior...
¿Qué se hace con toda esta información?
Esta cantidad tan increíble de información se procesa para avisar a los conductores de posibles placas de hielo, charcos profundos... pero también para que los servicios de mantenimiento de las carreteras estén informadas de estas incidencias para que las solventes lo antes posible.
Por ejemplo, si varios vehículos comienzan a registrar descensos en la temperatura exterior con posibilidad de hielo y con agua en la calzada que pueda helarse, el sistema avisa a los conductores para que extremen la precaución.
Pero esto hay que pagarlo y no sabemos cuánto cuesta. Inrix no ha querido informar del coste pero propone que la cuota del servicio sea cubierta por el fabricante del automóvil al menos los dos primeros años, a partir de ahí, el conductor podrá continuar disfrutando de este servicio pagando la cuota anual.
Es el primer paso para que el coche esté más conectado con lo que nos rodea y tan solo depende de que lo usen muchos coches para ser eficaz. Es además, un estudio muy importante para que la conducción autónoma sepa adelantarse a este tipo de inclemencias meteorológicas.
Continúar leyendo...