Tal y como suena, un equipo chino ha descubierto unos genes que otorgan resistencia a los únicos antibióticos que se consideraban efectivos. Otra señal de la cruda realidad: nos quedamos sin defensas.
Bueno, ya está. Lo hemos conseguido. Hemos conseguido acabar con el último bastión de los antibióticos, las polimixinas. Este antibiótico, que es producido por un microorganismo, actúa sobre las bacterias de tipo Gram negativo. Este grupo es el que engloba la mayor cantidad de microorganismos causantes de enfermedades (aunque también los hay Gram positivos). Algunas de las enfermedades más comunes y peligrosas está originado por bacterias de este tipo. Y hasta el momento, en un mundo en el que crece la resistencia de los microorganismos a nuestras armas, los antibióticos, las polimixinas eran nuestra última esperanza en quimioterapia para acabar con ellas. Pero ya no.
El ocaso de los antibióticos
Los genes que otorgan resistencia a las polimixinas están ampliamente extendidos por toda ChinaPorque, tal y como han hallado los investigadores en China, se ha descubierto la primera resistencia conocida a las colistinas, las últimas polimixinas que "funcionaban". Lo más alarmante del asunto, probablemente es que los genes que otorgan dicha resistencia se han encontrado ampliamente extendidos en China. Para que lo entendamos, para poder resistir a un antibiótico, una bacteria ha de poseer una característica genética, normalmente en forma de ADN añadido (conocido como plásmido), que le permite disfrutar de dicho rasgo.
Estos pedazos de ADN que otorgan inmunidad aparecen, normalmente, como producto de mutaciones naturales. Y son promovidos por varios mecanismos como el de selección natural. Además, se pueden extender entre otras bacterias mediante una transmisión horizontal. Para que una bacteria sea resistente a un antibiótico ha de contar con ese pedazo concreto de ADN. El problema es que, mediante la llamada transmisión horizontal, es relativamente sencillo que las bacterias se transfieran este "superpoder" microbiano. De hecho, es tan sumamente sencillo que hoy día nos enfrentamos a enfermedades panresistentes.
Escherichia coli una enterobacteria Gram negativa muy común
Con panresistente queremos decir que lo resisten todo. Hasta hace muy poco nuestra esperanza eran las polimixinas, de las cuales, la colistina fue declarada en 2012 como un producto crítico en el bienestar del ser humano por la OMS. Ahora, se hace más patente que nunca la necesidad de buscar nuevos métodos con los que combatir a los microorganismos peligrosos. Los antibióticos no seguirán funcionando siempre como lo han hecho hasta ahora. Y si no queremos retroceder algunos cientos de años en materia de salud, antes de que Semmelweis, Lister o Pasteur descubrieran por qué lavarse las manos es mucho mejor para nuestro bienestar.
La culpa la tiene la irresponsabilidad
Sí. Creo que nunca seremos lo suficientemente contundentes con el hecho de asegurar que es la irresponsabilidad de la gente la que ha provocado, en gran medida, un aumento en la resistencia de los microorganismos a los antibióticos. Probablemente eso se deba también a la educación. Es muy fácil depender de una "pastillita mágica" que cura el dolor y mata la infección. Pero todos deberíamos aprender también qué consecuencias tiene. Aunque claro, para eso hace falta saber un poco de microbiología.
Virus en falso color. Esto ¡no se puede tratar con antibióticos! Fuente: Prophage
En primer lugar, lo básico, grosso modo:
- Un anti-inflamatorio y un antibiótico no son lo mismo. Aunque las dos pastillas blancas se parezcan. Lo primero quita el dolor y punto. Lo segundo mata bacterias. Y cada antibiótico funciona solo con ciertas bacterias.
- Los antibióticos no funcionan contra la gripe. Ni contra ningún virus. Solo funcionan contra infecciones provocadas por bacterias.
- Para que un antibiótico haga efecto, sin más remedio, debe alcanzar cierta concentración en sangre, lo que supone seguir el tratamiento hasta el final. No vale con una sola pastilla.
Una vez que tengamos esto claro, hay que entender que las bacterias son muchísimo más rápidas que nosotros. Por tanto, evolucionan a una velocidad increíble. Esto quiere decir que durante un tratamiento podría surgir, por mutación, una bacteria capaz de resistir cierto antibiótico. Las posibilidades son ínfimas. Pero, ¿sabéis cuantas bacterias pueden haber en una infección? ¿Y cuantos seres vivos pueden estar infectados? Cuanto más expones una bacteria a un agente antibiótico, más probabilidades hay de que se vuelva resistente y se reproducza, extendiendo su resistencia.
Cuanto más expongamos a una bacteria contra un antibiótico, más resistencias podrán surgirEsto se traduce, al final, en lo que tenemos hoy día: enfermedades cada vez más difíciles de tratar. Con el tiempo, probablemente, se termine convirtiendo en algo mucho peor, enfermedades incurables mediante antibióticos. Comportarse de manera irresponsable con el uso de antibióticos, es decir, automedicándonos, abusando de ellos en la industria ganadera, etc. provoca estas consecuencias. Se estima que la resistencia a antibióticos podría provocar más de 10 millones de muertes en 2050. Y puede que muchas más. Es como si la gente usara técnicas militares para las cosas del día a día. Al final, esas técnicas no tendrían sentido en el conflicto porque el enemigo las conocería todas. Porque admitámoslo, esta guerra empezó hace muchísimo tiempo. Y la libramos contra seres que llevan mucho más tiempo que nosotros en este pequeño planeta.
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