
Alejandro Marinus no navega como los demás. Lo suyo es una especie de travesía híbrida, una que mezcla viento con código, estrellas con sensores y cuadernos de bitácora con servidores a bordo. Su proyecto “BCN – MEN en directo” parece simple en su descripción - cruzar en solitario desde Barcelona hasta Menorca, retransmitiendo todo en directo - pero encierra una sofisticación que va mucho más allá del timón. Es, en esencia, una nueva forma de habitar el mar.
Desde los primeros minutos del podcast, Alejandro deja claro que lo suyo no es una historia de laboratorio: “Al final yo tenía un problema, que era cómo calcular un rumbo a vela. Y claro, los programadores lo que hacemos cuando tenemos un problema es programar una solución”. Esa frase, sencilla y reveladora, marca el tono de todo lo que vendrá después. No es un relato épico, sino uno profundamente funcional ya que (como él mismo nos comenta) cada herramienta que Alejandro usa responde a una necesidad vivida.
Y si algo define su forma de navegar es la adaptación. No se trata de usar lo último porque sí, sino de encontrar lo justo. Lo que sirve. Lo que no molesta. Lo que, como el Apple Watch, puede despertarte en mitad de la noche sin sobresaltos para que mires el horizonte y vuelvas a dormir tranquilo. De eso se trata este viaje: de decisiones mínimas que, sumadas, transforman la forma de vivir una travesía.
Navegar y programar, una bitácora de doble entrada

Alejandro no empezó diseñando apps para navegantes desde un escritorio. Empezó en medio de la carrera, casi por accidente. “Fue en 2012, en segundo o tercero, cuando empecé a aprender a programar. Vi que en la App Store no había nada útil para navegación, así que hice una app que yo necesitaba, la de calcular el rumbo. Y desde entonces no paré”. No hay anécdota más clara para explicar la génesis de Marinus Apps.
Las apps que él mismo ha desarrollado se han ido refinando con cada milla náutica. No por teoría, sino por experiencia directa. “Estás navegando y ves algo que te haría la vida más fácil, entonces pienso: esto lo tengo que meter en la app”. Aquí lo interesante no es que se desconecte del desarrollo cuando zarpa. Todo lo contrario.
El velero “Marinus First” no es una embarcación cualquiera. Es un First 42s7 de 1994, transformado con sensores, cámaras y sistemas conectados. “Tenemos un sistema de servidores en el barco, una red con routers, cámaras, sensores, todo funcionando en tiempo real y enviando datos”. Es una especie de laboratorio flotante, donde el hardware se mezcla con la intuición.
El mar como interfaz

Uno de los momentos más íntimos de la charla fue cuando le pregunté por el uso del Apple Watch. *“Cuando navego solo, duermo en turnos de 20 minutos. Pongo el temporizador del reloj y me despierta con la vibración. A veces el sonido no lo oyes, pero esa vibración en la muñeca te despierta suave, sin sobresalto”. Esa escena, tan pequeña, resume lo que la tecnología puede hacer cuando se adapta a quien la usa.
No fue un argumento técnico, sino humano. Despertarse sin sobresaltos puede ser la diferencia entre una guardia efectiva o una distracción peligrosa. Alejandro lo explicó después con más calma: “Me permite revisar que todo sigue correcto y volver a dormir tranquilo otros 20 minutos”. En un contexto de navegación en solitario, son estos pequeños gestos los esenciales.
Y así como el Apple Watch cumple una función discreta pero vital, lo mismo ocurre con otras herramientas. “El GPS, aunque tenga años, sigue siendo lo más revolucionario que tenemos a bordo. Saber exactamente dónde estás, especialmente cuando vas solo, cambia todo”. La tecnología útil no es la que impresiona. Es la que ayuda sin molestar.
Compartir la travesía, multiplicar la experiencia

Lo más poderoso del proyecto no es que Alejandro haya cruzado el Mediterráneo. Es que decidió contarlo en directo, abrir la navegación al público, convertir lo privado en compartido. “A mí lo que me motivaba era que la gente pudiera ver lo que hacemos en tiempo real, que no fuera solo una cosa para navegantes expertos. Que lo viera cualquiera, desde casa”.
La retransmisión fue más que un espectáculo. Fue una conversación. “Nos mandaban preguntas y yo respondía cuando podía, incluso hicimos conexiones con medios y entrevistas en plena navegación”. Ya no se trata solo de llegar. Se trata de invitar a otros a sumarse, aunque sea desde la pantalla.
Alejandro ya piensa en lo que viene: “Queremos armar un equipo de navegación oceánica, representar a España en regatas importantes y seguir usando esta fórmula: tecnología, contenido y navegación real”. Esto indica que esta aventura no fue para nada una excepción, un evento aislado. Fue más bien un comiento. En el episodio del podcast de esta semana, descubriréis como esta conexión de la tecnología con el mar - incluso con la supervivencia - es mucho más interesante (y vital) de lo que podríamos pensar.
¡Gracias por escuchar nuestro podcast! Las Charlas de Applesfera es nuestro podcast semanal donde hablamos de las noticias importantes del mundo Apple, y su contexto. Puedes seguir gratis Las Charlas de Applesfera desde tu app favorita de podcasts, como Apple Podcasts, iVoox o Spotify
En Applesfera | Dejó su "currazo" en un gigante tecnológico por experimentar con el lenguaje de programación de Apple. Se está haciendo de oro
-
La noticia “Vi que no había apps para navegación, así que las hice yo”: así empezó el viaje de Alejandro entre Apple y el mar. Ahora ha conseguido hacer una travesía entre Barcelona y Menorca con un barco cargado de tecnología fue publicada originalmente en Applesfera por Pedro Aznar .
Continúar leyendo...