La política de nombres reales de Facebook ha sido inflexible por mucho tiempo, pero ha llegado el momento de ajustarla.
Durante mucho tiempo, los activistas de derechos humanos y derechos digitales de diversos países han pedido a Facebook, de las más diversas maneras, que reconsidere su política de nombres reales, pero la red social reiteradamente se ha negado. Sin embargo, recientemente, luego de un último esfuerzo llevado a cabo de manera conjunta por varias organizaciones internacionales, Facebook ha declarado que hará ajustes en los meses por venir.
En la carta, suscrita por diversas asociaciones como la EFF, APC, Global Voices Advox y otras, unidas bajo el nombre de Nameless Coalition, se expone el profundo sesgo cultural y socioeconómico que implica la política tal como es ahora, y proponen algunos cambios. En la actualidad, Facebook requiere que los usuarios creen sus perfiles bajo sus nombres reales, ya que, según afirman, esto motiva a las personas a comportarse mejor en sus interacciones en la red social. Sin embargo, y ésta es una de las principales críticas al sistema, el único mecanismo que Facebook posee para determinar si un usuario está empleando su "nombre real" es el reporte de otros usuarios de que creen que un nombre determinado es "falso".
Esto trae como consecuencia un sinnúmero de efectos indeseados; por ejemplo, algunos usuarios pueden emplearlo para silenciar, al menos de manera temporal, a una persona, como mecanismo de acoso. Y en muchos casos, estas personas se encuentran en situaciones donde pueden ser especialmente susceptibles tanto a circunstancias de acoso, como a casos en los cuales su "nombre real" no es tan fácil de dirimir: por ejemplo, en la comunidad LGBT, uno de los grandes propulsores de este reclamo a la red de Zuckerberg.
Hello My Name Is por Robert Occhialini bajo licencia CC BY NC 2.0.
Para algunas personas, perder acceso a su cuenta de Facebook puede ser simplemente un inconveniente pasajero, pero para otras puede significar mucho más, inclusive cortando su mecanismo de comunicación principal con su familia, sus amigos o su comunidad de apoyo. En el caso de activistas LGBT, separarlos de sus redes, donde hacen vida cotidiana y las cuales los conocen por sus nombres elegidos, no necesariamente los legales, este riesgo se convierte en una verdadera vulnerabilidad.
Como respuesta, al menos parcial, a las solicitudes hechas en esta carta, Facebook anunció que comenzará a probar algunos ajustes a su política a partir del próximo mes de diciembre. Los cambios incluyen requerir más explicaciones por parte de los usuarios que reportan a otros por violar la política de nombre real, con la finalidad de impedir que este mecanismo sea usado para silenciar o acosar a otros.
Facebook afirma que, además, dará a los usuarios la oportunidad de escribir al equipo de soporte para explicar las razones detrás del nombre que han elegido. Hasta ahora, la red simplemente exigía un mecanismo de confirmación del nombre legal de la persona (léase, un documento de identificación) sin dejar ningún espacio para el contexto de la situación.
No obstante, y a pesar de que este pequeño ajuste se considera un paso positivo en la dirección correcta, la comunidad de activistas aún apoya los cambios requeridos en la carta y los cuales Facebook no ha manifestado intenciones de adoptar, como por ejemplo, el compromiso de permitir el uso de seudónimos en aquellas situaciones donde el uso del nombre legal podría poner a alguien en peligro. Después de todo, detrás de esta discusión se encuentra un asunto mucho más complejo: nuestra identidad en línea y cómo ésta se relaciona, de manera cada vez más inseparable, con quienes somos en la vida AFK.
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