Hablamos con Jorge de Andrés, fundador de Warever, una startup que quiere llevarte a la puerta de casa cualquier cosa que les pidas en menos de 60 minutos.
¡Empiezan las rebajas! Quiero esa chaqueta roja que vi en aquella tienda... Pero no tengo tiempo para ir, y además habrá unas colas enormes. Pero no quiero quedarme sin ella... Quiero un café de Starbucks - pero no reparten a domicilio- entonces ya no lo quiero, que me da pereza ir. Agradecidos deberíamos estar a Jorge de Andrés por tener una insistencia infinita, y llegar a convencer a dos de sus mejores amigos para montar Warever ¿En qué consiste? Para el propio Jorge es algo muy sencillo:
"Es una plataforma que le permite a cualquier persona recibir lo que quiera en su casa en una hora. Por un lado, se pueden hacer pedidos a los locales asociados con Warever, y si no están simplemente nos dices qué necesitas y dónde podemos ir a por ello."
Podemos pedir todo lo que queramos a Warever siempre que quepa en un cocheEn un principio eran tres miembros, luego sumaron a un cuarto socio, todo a partir de la idea que rondaba en la cabeza de Jorge, y que finalmente consiguió conquistar a la de sus colegas con la vista puesta en algunas experiencias similares que estaban triunfando en Estados Unidos. Ninguno de los implicados venía de empresariales o económicas; alguno sí que había emprendido, pero no en una startup. Lo cierto es que sus carreras de ingeniería poco les han servido en este campo, en el que han tenido que hacerse a sí mismos, y compatibilizar con otros trabajos o negocios. Las ideas no se hacen realidad hasta que alguien toma la iniciativa; hasta que alguien como Jorge, que se declara "un comprador compulsivo de tecnología" arrastra al equipo para empezar algo.
Jorge de Andrés- Fundador de Warever
Con un enfoque inicial al negocio del reparto de comida, los primeros pasos de Warever tuvieron que adaptarse a la situación del mercado.
"El reparto de comida estaba creciendo en España, pero sabíamos que no podíamos competir con La Nevera Roja o Just Eat.
Las limitaciones son pocas. La legalidad ante todo, así que amigos de lo prohibido este no es vuestro negocio, pero pedir podemos pedir lo que queramos. Siempre que quepa en un coche. El tiempo: 60 minutos si las circunstancias lo permiten. Si quieres evitarte las colas de una tienda y no pasar dos horas esperando, lo sentimos pero nuestros amigos de Warever van a tener que sufrirlas igual, y tú esperar un poco más de 60 minutos. Pero el precio es el mismo: no más de cinco euros; un importe mucho menor que algunos gastos de envío de algunas tiendas que tardan hasta 48 horas en dejarte el producto a las puertas de casa.
De momento solo operan en Madrid pero su objetivo es llegar a otras ciudades de España.
A todo pro le acompaña un contra
De forma operativa, Warever lleva muy poco tiempo funcionando en el mercado, por lo que su desarrollo y crecimiento aún está por ver. Es de agradecer que cuando se le pregunta a alguien cuáles han sido sus principales trabas a la hora de emprender responda de una forma honesta. La startup de repartos ya se ha encontrado los primeros baches sobre el camino según Jorge:
"Warever tiene un problema muy importante. La empresa está montada para tener una red de repartidores amplia, pero en España es muy difícil tener esto. El trabajo esta pensado para sacarse un sueldo extra, pero los repartidores tienen que estar dados de alta como autónomos y las cuotas son muy altas, por lo que es imposible."
De nuevo la cuestión de los autónomos, sus cuotas y las dificultades que supone esto para las nuevas empresas vuelve a tomar protagonismo. Pero no ha sido la única: darse a conocer es, quizá, lo más complicado de todo. Las inversiones en marketing siempre son elevadas, complejas y a menudo poco eficientes, desembolso que Warever tiene planeado para estos primeros meses del curso.
Warever
Rondas de financiación y otras locuras del sector
Aunque de momento Warever ha surgido y crecido con fondos propios, Jorge de Andrés sabe que en algún momento tendrá que empezar a llamar a puertas para encontrar inversores. Las razones de esto supone el drama de muchas de las startups de todo el panorama emprendedor internacional: si no crecen y se dan a conocer lo suficientemente rápido vendrán otros que hagan lo mismo y te quiten el puesto. Y la única forma de hacerlo es con nuevos fondos.
Como no ha intentado nunca obtener esos recursos, desconocen si es difícil o no, pero si que tienen una visión previa de lo que puede encontrarse:
"Hasta ahora ha estado muy parado el tema, pero parece que está mejor. Entonces no se cómo se nos va a dar, me guío por los rumores. Sé que en Estados Unidos es diferente, allí los importes son elevadísimos, y aquí hay que rogar mucho, y además te encuentras con empresas que tienen financiaciones millonarias y no les ves sentido por ningún lado porque no generan beneficios."
Y no anda muy desencaminado con el tema. Toc Toc Toc en Francia, la belga Take it Easy aterrizando en Portugal o Globo en Barcelona, con la que no dudan que se cruzaran en algún momento.
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