
Las semanas previas al 27 de enero de 2010 se hablaba, y mucho, de la llegada de la primera tablet de Apple. Tecnológicamente, era la época en la que cuando se hablaba de una tablet se venían a la cabeza los poco más que prototipos que Microsoft había lanzado al mercado de la mano de algunos fabricantes, con sistema operativo de escritorio y que eran poco menos que ordenadores portátiles plegados con una pantalla táctil.
Esas semanas se hablaba de una tablet llamada "iSlate". Ese era el nombre que cobró más fuerza en los rumores y supuestas filtraciones. Los mockups, incluidos los que tenían como origen fuentes que afirmaban haber visto un prototipo, eran bien distintos a lo que acabó siendo el iPad: botones junto a la pantalla y una versión adaptada de OS X, en aquel entonces Snow Leopard, que compartía incluso el fondo de pantalla de la nebulosa.
El 27 de enero de 2010, Steve Jobs presentó algo nunca visto. Una tablet muy fina, sin botones, sin teclado físico, con el mismo espíritu del iPhone ("¡Tendrá un sólo botón!"), y la clave que cambió todo lo que vino después: un sistema operativo móvil. Casi cinco años y cuatro iPad (más los mini) después, el mercado de las tablets ha cobrado una dimensión gigantesca en la industria y en la forma en que se consumen contenidos. En la foto que encabeza estas líneas está el origen: el primer iPad.
Imagen: AP.

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