Noticia Back to the Future: The Ride, la secuela "casi interactiva" de la trilogía del DeLorean que sí aprobaron sus creadores

Back to the Future: The Ride, la secuela casi interactiva de la trilogía del DeLorean que sí aprobaron sus creadores



¿Qué hay tras el final de la saga Regreso al Futuro? Pese a que el broche de la trilogía del DeLorean es sencillamente perfecto, la Universal exploró esa idea de continuar los viajes en el tiempo con Marty McFly y el profesor Doc Brown a través de los videojuegos, una serie animada, cómics... Sin embargo, todavía quedaba una gran aventura a través del tiempo por llevar a la gran pantalla. O, más bien, una experiencia.

Estrenada el 2 de mayo de 1991 dentro de los estudios de la Universal Florida, la atracción Back to the Future: The Ride es algo más que un sencillo epílogo de todo Regreso al Futuro: es una auténtica carta de amor a los fans que convertía a la audiencia en pasajeros del DeLorean y los transportaba a través de diferentes épocas de manera alucinante usando la tecnología más avanzada. La del universo de las películas, pero también la del mundo real.

¿Una manera de estirar el chicle por parte del estudio? En absoluto. De hecho, el proyecto fue planteado por el propio Steven Spielberg y supervisado por Robert Zemeckis y Bob Gale, quienes dieron su aprobación pese a estar en contra de una cuarta entrega. Y ojo, que los protagonistas son los mismos de las películas: Christopher Lloyd volvió a ser Dr. Emmett Brown y el villano fue el Biff Tannen de Thomas F. Wilson. ¿Y era una buena historia?

Back to the Future: The Ride: la auténtica experiencia de viajar en el DeLorean​




El gancho de Back to the Future: The Ride, uno de los grandes reclamos y el verdadero interés de toda la iniciativa es que se planteó qué habría pasado en el año 1991. Tras la revolución de los viajes en el tiempo. Es decir, habían pasado seis años desde el punto de partida de la saga en la continuidad de las películas y el futuro mostrado en aquel 2015 todavía no estaba escrito.

¿Qué había pasado durante ese tiempo? Bueno, lo más significativo es que Doc fundó el Instituto de Tecnología del Futuro. Una especie de factoría a lo Willy Wonka de inventos. Y lo mejor es que todos los asistentes a la atracción estaban invitados a descubrirla. Primero como visitantes del Instituto y luego en una alucinante carrera a través del tiempo desde el propio DeLorean. Una locura.

La atracción consistía en introducir a los espectadores en una trama mostrándoles un repaso a los acontecimientos clave de trilogía (algo como un resumen pero mucho más entretenido) para luego hacerles un Tour por el Instituto y finalmente, ofrecer una intensa persecución vivida a través de DeLoreans que se agitaban bajo una colosal cúpula en la que se proyectaba una intensa y alucinante secuencia rodada en IMAX. Lógicamente, no es lo mismo contarlo que vivirlo. Y pese a ello, casi acabó siendo un desastre.

El proyecto en torno a la atracción comenzó en primavera de 1988, impulsado por Steven Spielberg, aunque con Peter Alexander y Phil Hettema al frente de la iniciativa. La premisa original, todo lo que se había acordado en el momento de dar forma a la idea, era que como atracción debía acomodar a 1.800 personas cada hora y ser tecnológicamente más avanzada que Star Tours, la atracción que ofrecía la Disney basada en Star Wars. Lógicamente, contaban con que las dos películas que cerraría la trilogía serían un pelotazo.


Regreso al Futuro



En honor a la verdad, desde aquella premisa tan abierta al resultado definitivo pasó absolutamente de todo. Universal invirtió mucho dinero en la producción y la anunció al mundo en 1989 como la atracción definitiva de sus estudios, pero en ese mismo momento -y de puertas para adentro- Zemeckis y Gale estaban suspirando aliviados porque el plan original, con una trama que no les gustaba nada, se había venido abajo y volvían a estar en la casilla de salida. Y entonces, un tercer nombre cambió el curso de los acontecimientos: Douglas Trumbull.

Trumbull se consagró el estatus de leyenda en los efectos especiales (Encuentros en la Tercera fase, Blade Runner, etc.) para cuando abordó el proyecto y llegó a una conclusión: lo ya rodado y que se quería hacer no funcionaba ni como película ni como atracción. De modo que planteó la atracción de Regreso al Futuro tal y como acabó siendo -y ya pudiste leer- una sección para quienes hacían la cola o estaban en espera y, luego, el plato fuerte: una alucinante persecución que debía ofrecer la auténtica experiencia de viajar en el DeLorean.

¿La cuarta película?... Más bien Regreso al Futuro seis años después (y más allá)​


¿De qué iba la aventura de Back to the Future: The Ride? Tras los acontecimientos de la trilogía de Regreso al Futuro, el Dr. Emmett Brown funda el Instituto de Tecnología del Futuro y se dedica a viajar por el tiempo, tanto al pasado, como a diferentes épocas e incluso más allá. Con todo, no se trata de una iniciativa cerrada a los visitantes: uno de sus inventos estrella es el DeLorean de 8 pasajeros, el cual habilita que ocho voluntarios viajen un único día hacia el futuro. ¿El problema? Casualidades de la vida, justo se arma un alboroto cuando nos toca a nosotros. ¡La casualidad!

Resulta, durante uno de los viajes del tiempo previamente organizados por el instituto, el joven Biff Tannen del año 1955 consiguió hacerse con un DeLorean, apareciendo en el presente, arrasando a su paso y encerrando a Doc Brown para, ahora que no tiene nadie que le detenga, poder iniciar una serie de alteraciones en a lo largo del espacio-tiempo. Y es ahí, en ese punto, dónde el público de la atracción vive su gran aventura.


Raf 1991



Dado que Doc está atrapado, los voluntarios utilizarán el DeLorean para 8 pasajeros controlado en remoto para perseguir a Biff a través de las eras, incluyendo desde escenarios futuristas del 2015 (el mismo de la secuela) en los que se sobrevuelan ciudades de ciencia ficción a la Edad de Hielo e incluso la época de los Dinosaurios. Y sí, toca esquivar los mordiscos de enormes Tiranosaurios en lo profundo de un volcán activo.

La atracción de Back to the Future: The Ride era el equivalente a ofrecer la emoción de una auténtica montaña rusa a través de efectos especiales y la magia del cine. Había metraje y escenas grabadas para introducir a los espectadores y, una vez en acción, gracias a los elementos mecánicos bajo el DeLorean y la enorme pantalla de IMAX con metraje, se rompía la barrera entre la proyección y lo interactivo. Con todo, y como es normal dado el ritmo intenso de la trama, la persecución duraba poco más de cinco minutos. No se necesitaba más.

La infraestructura de la atracción en sí era algo muy atractivo: se trataba de una hilera de DeLoreans, cada uno para ocho pasajeros, bajo de dos pantallas IMAX de 21,3 m colocadas en forma de cúpula. Además, cada uno de los 12 automóviles estaba montado sobre tres pistones que podían elevarlos 2,4 m sobre el suelo para generar la sensación de levitar y volar.


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Diagrama en el que se ve la tecnología de la atracción, con la pantalla en forma de cúpula y las reacciones de los DeLoreans al metraje


Sobra decir que, pese a cómo se logra que los visitantes de la atracción sean los protagonistas del trepidante viaje, la persecución se resuelve prácticamente sola: el tramo final tiene lugar en el presente donde Biff acaba teniendo un accidente justo en el Instituto, dónde es atrapado. Doc no solo nos reconoce como héroes, sino que ofrece un discurso parecido al que le da a Marty recordando que el futuro solo depende de nosotros y nuestras acciones... y se despide de todos indicándo que deberán salir rápido antes cruzarse con ellos mismos entrando. Una manera muy diplomática de hacer que la cola avance, todo sea dicho.

¿Qué pasó con Back to the Future: The Ride?​


La atracción de Regreso al Futuro fue un punto de peregrinaje para los fans de la trilogía mientras estuvo disponible. No solo por la experiencia, que también, sino porque en los estudios de la Universal se exhibían los auténticos vehículos de las películas y las esperas estaban amenizadas con metraje e incluso era posible ver material mítico extraído de las grabaciones, como los aeropatines.

Y ojo, es que además de contar con varios de los actores y el visto bueno de los creadores, la música de Back to the Future: The Ride estaba compuesta por Alan Silvestri, quien nos regaló la banda sonora de la trilogía.

Aquella iniciativa comenzó en Florida y, dos años después, se inauguró la misma atracción en los estudios de la Universal de Hollywood, manteniéndose ambas abiertas hasta el año 2007. Posteriormente se estrenó The Simpsons Ride y, durante el mismo, se hizo un guiño a la atracción ya retirada del Regreso al Futuro por parte del Profesor Frink. ¿La causa de la retirada? Básicamente el de cualquier atracción: llevaba muchos años en funcionamiento.

Más allá de Estados Unidos hubo una tercera opción en los estudios de la Universal de Japón, inaugurada en 2001 y que permaneció en activo hasta mayo de 2016, siendo sustituida por una atracción de los mucho más populares Minions. ¿Y ahí quedó todo? Bueno, algo queda.




Todavía quedan elementos en los que pueden encontrarse registros de aquella aventura. El primero fue en el documental The Secrets of the Back to the Future Trilogy emitido en 1990, e incluso se conserva montaje de la parte del viaje entre los extras del lanzamiento en DVD de Regreso al futuro en 2011, así como en las trilogías en Blu-ray y DVD publicadas con motivo del 25.° aniversario del estreno.

Se rumorea que varios años antes (y no mucho después de la inauguración de la atracción) uno de los empleados de la Universal pasó todo el contenido de los proyectores y las previas a una cintas de VHS y las distribuyó de manera completamente ilegal. Apareciendo copias ilegales siendo relativamente fácil encontrarlo en YouTube. Incluso remasterizado en calidad 4K.

Back to the Future: The Ride no fue ni un epílogo, ni tampoco una cuarta parte de la saga, sino la experiencia definitiva para el fan. Una en la que se le prometía a todos los que habían quedado encandilados por las películas una aventura digna de Marty Mcfly, con Doc metiéndonos en problemas y viajes en el tiempo incluidos. Logrando que todos los visitantes viajasen a 88 millas por hora a través del tiempo para salvar el mundo... Sin apenas desplazarse. ¡Pura ciencia ficción!

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La noticia Back to the Future: The Ride, la secuela "casi interactiva" de la trilogía del DeLorean que sí aprobaron sus creadores fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .

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