El Black Friday trae gangas, prisas y millones de clics, y justo ahí es donde los estafadores hacen su agosto. En estas fechas, el volumen de compras online se dispara y, con él, los intentos de fraude y los ciberataques. Para comprar tranquilo y con cabeza, conviene reconocer los engaños más comunes y saber cómo reaccionar si te topas con uno.
No se trata solo de anuncios trampa en redes o de correos con falsas ofertas. Hay webs clonadas, SMS que simulan incidencias de entrega, cupones que redirigen a páginas fraudulentas y hasta paquetes que llegan sin haberlos pedido. La buena noticia es que, con unas pautas claras y un poco de sentido crítico, puedes blindarte ante la mayoría de estas tretas.
¿Por qué estas fechas son terreno abonado para el fraude?
El Black Friday concentra el mayor número de compras online del año y un gasto descomunal a nivel global. Hablamos de cientos de miles de millones en transacciones, con un gasto medio por comprador que ronda los 450 dólares. Buena parte de las compras son 100% online y los productos estrella se repiten: tecnología, moda y formación, donde el reclamo del descuento resulta irresistible.
Este contexto es perfecto para los delincuentes. Las prisas, la urgencia por no “perder la oferta” y el aluvión de mensajes hacen que bajes la guardia. Informes recientes sitúan el phishing como uno de los vectores preferidos en estas fechas, con picos claros en Black Friday, Cyber Monday y Navidad. Las estafas se multiplican más rápido que el propio comercio electrónico, y las campañas masivas “rinden” más cuando casi todo el mundo espera emails de envíos, promociones o incidencias de pago.
Estafas más comunes: así operan y cómo te intentan pescar
Webs falsas y malware camuflado en chollos
Una táctica clásica consiste en montar páginas que imitan tiendas reales o crean supuestas ofertas increíbles para descargar archivos o hacerte pinchar enlaces maliciosos. Detrás puede haber cualquier cosa: desde keyloggers a troyanos, ransomware o spyware. La idea es que introduzcas datos, bajes un “vale descuento” o intentes acceder a tu cuenta desde esa web clonada para robar credenciales.
SMS o mensajes de “pedido no entregado”
Durante el Black Friday es normal tener algún envío pendiente, y ahí atacan. Te llega un SMS o un WhatsApp de una empresa de paquetería o una tienda conocida avisando de una incidencia o de datos faltantes. El enlace te lleva a una página falsa donde te piden que inicies sesión o pagues una pequeña tasa. Es un anzuelo habitual suplantando marcas conocidas y, si picas, les entregas tus claves y tu tarjeta.
Cupones y códigos de descuento falsos
Otro cebo frecuente: supuestos vales con crédito para gastar en plataformas populares. Llegan por redes, mensajería o webs de dudosa procedencia y te piden pinchar el enlace o abrir un archivo. El resultado suele ser una web clonada o un documento con malware diseñado para robarte información. Si suena demasiado bueno, probablemente no es real.
Brushing: el paquete que no pediste
Esta “modalidad silenciosa” consiste en el envío de artículos baratos a direcciones reales sin que el receptor los haya solicitado. Se usan esos envíos para generar reseñas falsas o dar apariencia de actividad comercial en tiendas online. El peligro no es el producto, sino lo que implica: tu nombre, dirección y, a veces, teléfono o email circulan en bases de datos filtradas o compradas en mercados oscuros, lo que abre la puerta a suplantaciones o fraudes financieros posteriores.
Malvertising, envenenamiento SEO y spear phishing
Los anuncios maliciosos y el SEO envenenado colocan páginas peligrosas entre resultados o banners. Por su parte, el spear phishing apunta a personas concretas (por ejemplo, empleados de e-commerce) con mensajes muy creíbles para robar accesos o colarse en sistemas corporativos. Durante estas campañas, los atacantes combinan ingeniería social y técnica para maximizar el impacto.
¿Cómo comprobar si una oferta es fiable en el Black Friday?
La URL y el dominio, bajo la lupa
Mira el dominio con lupa: ¿coincide exactamente con el oficial o hay letras “sospechosas” (tipo “Amaz0n”)? Desconfía de acortadores que oculten el destino. Comprueba que la web usa https, revisa el candado y evita dominios extraños o con faltas de ortografía. Si te llega un enlace por email o redes, mejor escribe tú mismo la dirección en el navegador.
La procedencia cuenta (y mucho)
Piensa dónde has visto la oferta: un perfil dudoso, un anuncio mal redactado o una página con fallos son mala señal. Prioriza siempre canales oficiales y webs conocidas; si no lo tienes claro, no compres. Que sea Black Friday no convierte en legítimo todo lo que te aparece en pantalla.
Investiga la reputación y la antigüedad del sitio
Busca opiniones reales y valoraciones independientes. Si no hay rastro de la tienda o solo aparecen reseñas recién creadas, mala pista. Comprobar la fecha de creación del dominio también ayuda: webs abiertas hace días suelen ser chiringuitos temporales para campañas de fraude.
Evalúa el producto y huye de urgencias artificiales
Comparar precios entre varias tiendas te inmuniza contra ofertas imposibles o picarescas de inflar “precios anteriores”. Desconfía del exceso de pop-ups, contadores de “quedan 2 unidades” y banners agresivos: son técnicas típicas para forzar compras impulsivas. Lee descripciones, revisa fotos de calidad y busca stock razonable.
Paga y navega con seguridad: reduce el riesgo al mínimo
Tarjetas recargables y virtuales
Si puedes, usa una tarjeta secundaria que recargues con lo justo para cada compra. Opciones tipo monedero o tarjetas virtuales de un solo uso (como las que ofrecen bancos digitales) limitan tu exposición si algo sale mal. Este simple hábito corta de raíz muchos sustos.
Evita Wi-Fi públicas y valora una VPN
Las redes abiertas de centros comerciales, aeropuertos o bibliotecas no son lugar para introducir datos de pago. Si no te queda otra, utiliza una VPN reconocida para cifrar la conexión y no te loguees en servicios sensibles. Cuando compres, mejor desde tu red doméstica o una conexión móvil de confianza.
No guardes tarjetas en el navegador
Guardar los datos de pago en el navegador es cómodo, pero arriesgado si una extensión maliciosa o un malware los exfiltra. Es preferible introducir los datos manualmente o usar la pasarela del banco con autenticación reforzada. Unos segundos más te evitan dolores de cabeza.
Métodos y pasarelas de pago confiables
Prioriza tarjetas de crédito y pasarelas conocidas (por ejemplo, entidades bancarias, PayPal o Stripe), que suelen ofrecer mejor protección ante fraudes. Activa alertas de operaciones en tu banco para enterarte en el momento si hay un cargo extraño. Si compras en tienda no conocida, nunca pagues por transferencia o criptomonedas: no tendrás retorno si hay problema.
¿Qué hacer si ya has picado en un enlace o web fraudulenta?
La rapidez lo es todo. Cambia de inmediato las contraseñas afectadas y, si no lo tenías, activa el doble factor de autenticación en tus cuentas. Revisa movimientos, solicita alertas de operación y, si diste datos de tarjeta, pide bloqueo o sustitución. Así cortas el uso indebido.
Conserva pruebas: pantallazos, remitentes, URLs, fechas y cualquier detalle. Contacta con tu banco y con los organismos adecuados: INCIBE, Policía Nacional, Guardia Civil o la oficina de denuncias de tu comunidad (por ejemplo, la ODAC de la Policía Foral). Cuanto antes informes, antes se puede frenar la campaña y evitar más víctimas.
10 consejos exprés que neutralizan la mayoría de fraudes
- Desconfía de chollazos imposibles: si te parece demasiado bueno, probablemente lo es.
- Investiga la tienda antes de comprar: reseñas, datos de contacto reales y trayectoria.
- Si la oferta llega por SMS, WhatsApp, email o pop-up, no pinches: entra tú a la web oficial desde el navegador.
- Jamás aceptes “premios” o descargues adjuntos de remitentes desconocidos: sueles estar a un clic del malware.
- Prefiere “https://” y candado visible; si no hay cifrado, sal de ahí.
- Compra en webs de confianza y, si puedes, de ámbito nacional; las estafas abundan en sites opacos u offshore.
- Nada de datos personales o bancarios en Wi‑Fi públicas; si es urgente, usa VPN.
- Dispositivo al día: sistema, navegador y antivirus actualizados y activos.
- Tarjeta de crédito mejor que débito: recuperación de fondos más probable ante fraude.
- Si sospechas, denuncia y avisa a otros usuarios para cortar la cadena.
Señales de suplantación y técnicas de ingeniería social
Los correos y SMS que “copian” a bancos, grandes marcas o paqueteras funcionan porque confías en ver ese tipo de mensajes estos días. Ojo con faltas de ortografía, dominios con caracteres raros y llamadas a la urgencia (“pago fallido”, “cuenta bloqueada”, “últimas unidades”). Si ves presión de tiempo o te piden datos bancarios por correo o teléfono, huele a fraude.
El truco está en verificar por fuentes fiables: accede a tu banca desde su app, entra al área de cliente del e-commerce por tu cuenta o contacta con el servicio oficial de la empresa. Nunca respondas al hilo que te ha llegado ni uses el número del propio mensaje. Da un rodeo y confirma por tu canal de confianza.
Typosquatting: un solo carácter te mete en la boca del lobo
Escribir a mano la URL es un buen hábito, salvo cuando te equivocas en una letra. Hay delincuentes que registran dominios casi idénticos a los de tiendas famosas (por ejemplo, cambiando o quitando una letra) y clonan el diseño. Entras, metes tus credenciales o tus datos de pago y ya tienen lo que buscaban. Fíjate bien en cada carácter y guarda en favoritos las direcciones correctas de tus tiendas.
Política de seguridad “en pago y por teléfono”
Nunca compartas datos de tarjeta por teléfono si te llaman “del banco” o “de la tienda”. Las compañías de confianza no te pedirán códigos, CVV ni claves de un solo uso por esa vía. Si alguien te apremia, cuelga y llama tú al número oficial. En canales digitales, desconfía de formularios que pidan demasiada información.
Compras seguras también para empresas: cómo blindar tu e‑commerce
Auditorías de seguridad continuas
Las tiendas online deben someter su web, APIs y apps móviles a auditorías periódicas. Localizar y priorizar vulnerabilidades antes de una campaña intensa evita que un fallo técnico desemboque en un incidente caro. En picos de ventas, cualquier brecha duele el doble.
Gestión de vulnerabilidades y vigilancia de 0‑days
No basta con revisar “antes del Black Friday” y olvidarse. La gestión continua y la monitorización de vulnerabilidades emergentes es clave, sobre todo cuando aparece una prueba de concepto pública para explotarlas. Prioriza las que afectan a checkouts, autenticación y datos de clientes.
Pruebas de denegación de servicio (DoS/DDoS)
Los DDoS contra e‑commerce son un clásico. Simular escenarios controlados (DoS Test) permite medir resiliencia, tiempos de respuesta y capacidad de autoescalado. Hacerlo antes de grandes campañas ayuda a optimizar la infraestructura y a minimizar caídas.
Ingeniería social: simulaciones y concienciación
El phishing también va contra tu equipo. Simula campañas internas, mide la reacción y forma a tu plantilla de forma continua. Contraseñas robustas, verificación de enlaces y cultura de “piensa antes de hacer clic” reducen drásticamente el riesgo. Complementa con avisos a clientes explicando cómo os comunicáis y qué nunca pedís por email o SMS.
Ciberinteligencia y protección de marca
Monitoriza la red para detectar tiendas falsas que se hacen pasar por tu empresa, perfiles robados en redes o páginas de login clonadas. Los servicios de ciberinteligencia ayudan a tumbar suplantaciones, combatir la piratería y proteger la reputación. Cuanto más rápido actúes, menos víctimas y menos daño.
Más señales prácticas para compradores
Antes de pagar, busca datos de contacto reales (dirección, teléfono, email corporativo). Si no aparecen por ninguna parte o son genéricos, sospecha. Nadie serio oculta su identidad cuando quiere cobrar.
Valora también la coherencia de la web: textos bien escritos, estructura clara, política de devoluciones y métodos de pago conocidos. Si ves solo transferencia o criptomonedas, mejor da media vuelta. Añade una capa extra con alertas en tu banco y usa 2FA en tus plataformas de compra.
¿Qué hacer con los paquetes no solicitados (brushing)?
Si te llega un envío que no pediste, no escanees QR, no llames a teléfonos del paquete ni dejes reseñas o confirmaciones. Revisa tu cuenta en la plataforma supuesta, valida direcciones y métodos de pago, cambia la contraseña y activa 2FA si detectas algo raro. Guarda el paquete por si lo requieren en una investigación.
Vigila tu huella y tu dispositivo
Mantén sistema, navegador y apps actualizados, y utiliza un antivirus de confianza. Valora herramientas de monitorización de identidad y evita instalar extensiones o apps fuera de las tiendas oficiales. Cuantas menos puertas dejas abiertas, menos oportunidades para los malos.
Preguntas frecuentes
¿Qué es exactamente el Black Friday?Es una campaña de descuentos que se celebra el cuarto viernes de noviembre, extendiéndose a veces a días anteriores y al Cyber Monday. La actividad online se multiplica, y con ella la probabilidad de fraudes.
¿De verdad hay ofertas buenas o todo es humo?
Hay ofertas interesantes, sí, pero no todas son lo que parecen. Compara precios, revisa histórico y desconfía de tachones y “descuentos” inflados. Aun así, puedes encontrar chollos reales en tiendas fiables.
He caído en una estafa: ¿qué hago ahora?
Cambia contraseñas, activa 2FA, bloquea o sustituye la tarjeta y guarda pruebas. Contacta con tu banco y con las autoridades competentes (INCIBE, Policía Nacional, Guardia Civil o la oficina de denuncias de tu comunidad). La rapidez es tu mejor aliada.
Apuntes extra que conviene no olvidar
Muchas webs monetizan a través de programas de afiliación y muestran listados de recomendaciones. Que cobren comisión no las hace sospechosas, pero fíjate siempre en que enlacen a dominios oficiales y pasarelas seguras. La transparencia es clave.
Para quienes quieran profundizar, hay temas que ayudan a entender el ecosistema: VPN y privacidad, ingeniería social (phishing, vishing, smishing), ransomware, ciberseguridad doméstica y control parental, fraude de inversión, suplantación en redes y seguridad Wi‑Fi, entre otros. Cuanto más sepas de estas piezas, mejor interpretarás los riesgos en campañas de alto consumo como esta.
Quedarse con lo esencial es sencillo: verifica la web y el dominio, valora la procedencia de la oferta, compara el producto y paga con métodos que te protejan; navega en redes de confianza, no guardes tarjetas en el navegador, mantén tu equipo actualizado y ten a mano los canales oficiales para denunciar. Con prevención, verificación y un punto de desconfianza sana, el Black Friday será un mar de buenas compras y no un campo minado. Comparte esta información para que más personas estén seguras al comprar online en Black Friday.
Continúar leyendo...