
Luces azules y rojas parpadeando en el parking de una empresa de Portland. Dos hombres vestidos con chalecos antibalas y chaquetas marcadas con "FBI" bajando de un vehículo. Los empleados del centro de envíos no sospecharon nada hasta que fue demasiado tarde.
Los trabajadores pensaron que era una inspección rutinaria. Dos agentes del FBI apareciendo en su empresa no era tan raro para un centro de envíos que maneja productos de alto valor como iPhone. Los empleados, confiados, les abrieron las puertas y los acompañaron hasta el interior del almacén. Fue entonces cuando la situación cambió por completo.
Jordan Cantie (48 años) llevaba un arma. Después, él mismo y Robert Maynard (41 años) forzaron a los trabajadores a quedarse en el edificio. Bridas, amenazas verbales, y en cuestión de minutos se habían hecho con 200 iPhones de Apple y cinco cámaras. Misión cumplida, ¿verdad? No tan rápido.
Una idea nacida en California que cruzó mil kilómetros hasta hacerse realidad
La operación había sido meticulosamente planeada desde el Área de la Bahía de San Francisco. Cankun He, Hailong Ma y Yuxiang Wei habían diseñado cada movimiento. Hailong se encargó de conseguir todo el material: las chaquetas falsas del FBI, los chalecos antibalas, las bridas… hasta las luces policiales que harían el trabajo más creíble.
Cuatro de ellos viajaron de California a Portland, durante unos mil kilómetros, para ejecutar su plan. Divididos en un equipo de dos: Hailong y Yuxiang esperarían cerca con un coche, mientras Jordan y Robert se encargarían del robo haciéndose pasar por agentes federales. Y funcionó.
Después del atraco, condujeron de vuelta a California y se reunieron con todos sus cómplices para repartir el botín. 200 iPhone que, en el mercado negro, podrían valer una fortuna. Para hacernos una idea: si establecemos un precio medio de 800 dólares por iPhone, tendrían entre sus manos unos 160.000 dólares.

El mismo disfraz, el mismo plan… pero el FBI (de verdad) ya los estaba esperando
Aquí es donde la historia da un giro. Porque si hay algo que caracteriza a los criminales, es que raramente saben cuándo parar. Un mes después, el mismo grupo decidió repetir la jugada. Esta vez, el objetivo era otro centro de envíos en Hillsboro, Oregón. Mismo plan, misma estrategia, mismo disfraz del FBI. Pero la suerte no dura para siempre.
Robert y cuatro cómplices más fueron arrestados ese mismo día, antes de que pudieran siquiera comenzar el segundo robo. La investigación del FBI había estado siguiéndoles la pista desde el primer golpe.

Y sí, un grupo de hombres que se hicieron pasar por agentes del FBI terminó siendo cazado por el FBI real. El martes 5 de agosto de 2025, la Oficina del Fiscal del Distrito Norte de California anunció las acusaciones formales, con detenciones de todos los integrantes, salvo Jordan Cantie. El hombre de 48 años que llevaba el arma durante el robo sigue prófugo.
Cada uno de los acusados enfrenta hasta 20 años de prisión y una multa de 250.000 dólares. El cargo: conspiración para cometer robo que afecta el comercio interestatal. Porque veinte años de cárcel por unos cuantos móviles, no parece el mejor negocio del mundo.
Fuente | Departamento de justicia de los Estados Unidos
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La noticia Cinco hombres consiguieron robar 200 iPhone sin que nadie sospechara lo más mínimo. La clave estaba en cómo iban vestidos: uniformes del FBI fue publicada originalmente en Applesfera por Guille Lomener .
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