Si llevas un tiempo usando tu móvil y notas que los colores ya no se ven igual, que la pantalla tira demasiado a azul, amarillento o que todo parece excesivamente chillón, es muy probable que te estés planteando calibrar la pantalla para ajustar bien las gamas de color en tu Android. No es solo una cuestión estética: de ello depende cómo ves tus fotos, vídeos, juegos y, sobre todo, lo cómodo que resulta mirar el teléfono durante horas.
En las próximas líneas vas a encontrar una guía muy completa donde repasamos todas las formas de ajustar color, brillo y temperatura de la pantalla en Android: desde las herramientas que incluyen las principales marcas en sus ajustes, hasta las apps más usadas para afinar aún más la pantalla cuando el sistema se queda corto. La idea es que puedas dejar el panel a tu gusto, sin complicarte y sabiendo en todo momento qué estás tocando.
¿Por qué merece la pena calibrar la pantalla en Android?
La pantalla es, con diferencia, el componente que más usas en tu smartphone y su configuración tiene un impacto directo en la experiencia de uso diaria: lo que ves, cómo lo ves y cuánto te cansa la vista. La mayoría de móviles Android salen de fábrica bastante bien calibrados, pero con el paso del tiempo, actualizaciones, cambios de brillo o simplemente por gustos personales, es normal querer retocar la cosa.
Puede que notes que los blancos se ven con un ligero tinte verdoso, azulado o rojizo, que los colores están exageradamente saturados o que a luminosidad máxima todo parece quemado. A esto se suma que un brillo mal ajustado, aparte de molestar a los ojos, dispara el consumo de batería y empeora la autonomía. De ahí que ajustar bien la pantalla sea algo más serio que un simple capricho visual.
Además, la calibración no solo afecta a cómo percibes los contenidos: condiciona también tu percepción de la cámara y de las fotos. Si tu pantalla está demasiado saturada, creerás que tus imágenes son brutales de color cuando en realidad, en otro dispositivo, pueden verse mucho más apagadas. Por eso, quienes hacen fotos con el móvil suelen preferir perfiles de color más neutros y fieles.
Métodos disponibles para calibrar la pantalla en Android
En la actualidad, prácticamente todos los fabricantes de móviles Android incluyen opciones propias para ajustar color, temperatura y brillo de la pantalla. El problema es que cada marca les pone un nombre distinto y las esconde en menús diferentes, así que toca rebuscar un poco. Y si tu móvil es viejo o muy básico, puede que no traiga estas funciones, en cuyo caso las apps de terceros se vuelven tu mejor aliado.
En líneas generales, tienes dos grandes caminos para calibrar o “tunear” la pantalla: usar los ajustes del propio sistema —lo más recomendable siempre que sea posible— y, si eso se queda corto, recurrir a aplicaciones especializadas que añaden un filtro o capa por encima del panel. Te explico ambos enfoques con detalle.
Calibrar el color de la pantalla desde los ajustes del móvil
Calibrar la pantalla de un móvil Android no es ni de lejos tan engorroso como reparar un píxel muerto o una avería física en el panel. De hecho, en muchos casos se trata solo de elegir un modo de color o mover un deslizador. Por eso la mayoría de fabricantes incluyen un apartado específico para color, contraste y temperatura dentro del menú de pantalla.
Lo más habitual es que el camino sea algo parecido a entrar en Ajustes > Pantalla y, una vez dentro, localizar secciones con nombres como “Esquema de colores”, “Colores”, “Modo de pantalla”, “Gama de colores y contraste” o “Modo de color de pantalla”. La ruta exacta cambia un poco según la capa de personalización, pero casi siempre anda por ahí.
Ejemplo práctico: calibrar la pantalla en Xiaomi, Redmi y POCO
En móviles de Xiaomi, Redmi y POCO, una forma muy típica de ajustar los colores es entrar a Ajustes > Pantalla > Esquema de colores. Desde ahí puedes escoger entre diferentes perfiles predefinidos —vívido, saturado, estándar, original, etc.— y jugar con la temperatura de color con un deslizador para que la pantalla quede más cálida o más fría.
La gracia de estos perfiles es que ya vienen pensados por el fabricante para ofrecer colores más intensos, más naturales o más suaves según lo que te guste. Además, muchos modelos permiten activar un ajuste automático que adapta el tono del panel según la luz ambiente, algo muy cómodo para que la pantalla no parezca un foco en interiores ni se quede corta cuando sales a la calle.
Cómo lo hacen otras marcas: Samsung, Realme, Motorola y Sony
En el caso de Samsung, los ajustes de pantalla son bastante completos y suelen encontrarse en Ajustes > Pantalla > Modo de pantalla. Ahí puedes alternar entre modos como “Natural” y “Vívido” y, en muchos modelos, entrar en secciones de “Balance de blancos” o “Balance de color” para ajustar con precisión los tonos rojos, verdes y azules.
Algunos Samsung incluyen opciones como “Adaptive Display” y “Modo profesional”. El primero adapta automáticamente la gama de color y el contraste según lo que se muestre y la luz ambiente; el segundo tiende a respetar la gama de color sRGB, que es la estándar en la mayoría de programas de edición y navegación web. Para quien busca fidelidad y no tanto “colores exagerados”, el modo profesional suele ser la mejor apuesta.
En marcas como Realme, Motorola o Sony Xperia, las rutas habituales suelen ser cosas del estilo de Ajustes > Pantalla > Modo de color de pantalla (Realme), Ajustes > Pantalla > Colores (Motorola) o Ajustes > Pantalla > Gama de colores y contraste (Sony). En todos los casos vas a poder elegir, como mínimo, entre algún modo más neutro y otro más saturado, además de un control básico de temperatura.
Casi todas las marcas permiten seleccionar un perfil que priorice colores vivos, naturales o suaves y ajustar la calidez de la pantalla. Lo más sensato es probar cada modo un par de días en tu uso diario (redes, vídeo, lectura, juegos) y decidir con cuál te sientes más cómodo y qué configuración te cansa menos la vista.
Limitaciones de los ajustes de fábrica
Los controles de fábrica son perfectos para ajustes ligeros, pero tienen un pequeño inconveniente: no tienes una referencia profesional en pantalla que te diga cuándo has clavado la calibración. Es decir, tú ves que el resultado te gusta o no, pero no sabes si los colores son realmente fieles al estándar.
Además, si empiezas a tocar deslizadores de rojo, verde y azul sin tener claro qué estás haciendo, puedes terminar con un panel totalmente desequilibrado, con sombras raras, tonos de piel poco naturales o blancos que ya no son blancos. Por eso, si no lo tienes muy claro, suele ser mejor quedarse en los perfiles predefinidos del fabricante y solo retocar la temperatura general.
Brillo y temperatura: claves para comodidad y batería
La calibración de color va muy unida al ajuste de brillo y de la temperatura de color. No sirve de mucho tener un perfil perfecto si luego llevas el brillo al máximo todo el día o si por la noche la pantalla parece un foco azul apuntando a la cara. Además, la forma en que ajustas el brillo condiciona mucho cómo se perciben los colores.
En cualquier móvil Android puedes gestionar el brillo desde la barra de notificaciones, deslizando desde la parte superior y usando el control deslizante que aparece en los accesos rápidos. También puedes entrar en Ajustes > Pantalla > Brillo para un control algo más detallado, activar o desactivar el brillo automático y, en algunos modelos, ajustar la respuesta del sensor de luz.
El brillo automático es muy recomendable porque deja que el móvil ajuste la luminancia en función de la luz ambiental, evitando deslumbrarte en entornos oscuros o quedarte corto en exteriores. Eso sí, si tiendes a ponerlo siempre al máximo manualmente, notarás que los colores parecen más intensos de la cuenta y que la batería vuela.
Temperatura y filtros
Otro parámetro clave es la temperatura de color y los filtros de luz azul. Muchos móviles incluyen un modo tipo “Protección ocular”, “Modo noche” o “Filtro de luz azul”, que tiñe la pantalla de un tono cálido para reducir la luz azul en horarios nocturnos. Esta opción suele programarse para que se active al atardecer y se desactive por la mañana.
Los tonos fríos (más azulados) suelen resultar agradables durante el día, dan una sensación de limpieza y nitidez, pero por la noche pueden ser más agresivos con la vista y el sueño. Los tonos cálidos (amarillos/naranjas) resultan más suaves en ambientes oscuros, aunque al principio puede parecer que “ensucian” un poco el blanco. Lo ideal es buscar un término medio con el que tu vista no termine agotada.
Cómo influyen estos ajustes en la cámara y las fotos
Una pregunta muy recurrente es si tocar todos estos parámetros afecta a las fotos en sí. La respuesta corta es que la calibración de la pantalla no cambia el archivo real de la imagen; lo que ves en tu móvil puede no coincidir con cómo se verá esa misma foto en otro dispositivo.
Si usas un modo muy saturado o con muchísimo contraste, la previsualización de la cámara y la galería mostrará unos colores más intensos de los que realmente contiene la foto. Cuando luego la pases al ordenador o la subas a redes y la vea alguien con una pantalla más neutra, puede que la perciba apagada o rara. Por eso, si te interesa la fotografía móvil, conviene usar perfiles de color más neutros y realistas, cercanos al estándar sRGB.
Calibrar la pantalla en otros dispositivos Android: Android TV y Fire TV
La idea de ajustar color y brillo no se limita al móvil. Dispositivos como televisores con Android TV, cajas multimedia o Fire TV Stick con sistema basado en Android también incluyen sus propios menús para calibrar la imagen. Ahí se pueden tocar parámetros como brillo, contraste, color, nitidez y, en algunos casos, la temperatura de color.
En estos aparatos, el proceso es muy similar: entras en la sección de “Pantalla” o “Imagen” dentro de los ajustes del dispositivo y eliges perfiles predefinidos (Cine, Estándar, Dinámico, etc.), además de ajustar manualmente cada parámetro si lo permiten. Es especialmente útil si notas que el contenido de streaming se ve demasiado oscuro, con negros lavados o con un tono extraño.
Aplicaciones de terceros para calibrar pantalla en Android
Si tu móvil no incluye ajustes de color avanzados o quieres ir un paso más allá de lo que permite el fabricante, siempre puedes tirar de aplicaciones especiales para calibrar o filtrar la pantalla. La mayoría funcionan creando una capa por encima del sistema, algo así como un filtro transparente que modifica los tonos de todo lo que se ve.
Este tipo de apps puede aumentar ligeramente el consumo de batería y, en algunos casos, interferir con otras aplicaciones (sobre todo con permisos de superposición, instalación de apps o capturas de pantalla). Aun así, si tienes problemas de tinte, colores descompensados o buscas una personalización extrema, son una buena alternativa cuando el sistema no da más de sí.
Calibración de pantalla
La app “Calibración de pantalla” (Display Calibration) está pensada para quienes buscan una solución rápida y sencilla. Con un solo toque, la aplicación analiza la respuesta del panel y ajusta los niveles de negros y blancos para conseguir una imagen más uniforme y suave, reduciendo la sensación de “bandas” o zonas irregulares.
Su gran ventaja es que el proceso es muy transparente y está optimizado para completarse en pocos segundos. Te va guiando paso a paso por las fases de calibración, indicándote qué se está haciendo en cada momento. Después, la calidad de las imágenes y vídeos suele mejorar, con transiciones más suaves y menos artefactos visuales en degradados.
Ajustar la pantalla
Otra herramienta bastante conocida, aunque no se actualiza desde hace años, es “Ajustar la pantalla”. Pese a su antigüedad, muchos usuarios la siguen utilizando porque permite corregir pantallas con tintes raros o exceso de brillo aplicando un filtro de color personalizado.
Su funcionamiento se basa en crear un filtro que reduce o compensa el tono dominante, además de poder bajar el brillo por debajo de lo que deja el sistema. Incluye una función de Screen Test para revisar la pantalla y detectar píxeles muertos o zonas defectuosas, mostrando patrones e imágenes de prueba. Incluso añade un modo “Efecto Scanline” que simula la apariencia de los antiguos monitores CRT, más como curiosidad estética que como herramienta de calibración seria.
Screen & Display Calibration
“Screen & Display Calibration” es una aplicación ligera cuyo objetivo principal es uniformar la respuesta de todos los píxeles de la pantalla y mejorar también la respuesta táctil. No requiere root y se centra en procesos de calibración con un solo clic, mostrando los resultados casi al instante.
Su interfaz es muy simple, pensada para que cualquier usuario pueda iniciar la calibración sin conocimientos técnicos. Tras el proceso, es habitual notar una pantalla algo más homogénea y una sensación de precisión ligeramente mayor al tocar ciertos puntos, especialmente en paneles que ya tienen unos años.
RGB Ajustes
“RGB Ajustes” es una app que se apoya en una paleta de colores RGB para crear un filtro de pantalla integral totalmente personalizado. A través de deslizadores independientes de rojo, verde y azul, puedes modificar el tinte general de la pantalla hasta corregir dominantes de color o, simplemente, lograr un efecto concreto que te resulte más cómodo.
Al tratarse de un filtro superpuesto, no cambia la calibración interna del panel, pero sí la manera en que percibes todos los contenidos que se muestran. Es especialmente útil en móviles sin ajustes de color nativos, o cuando necesitas contrarrestar un tinte que viene de fábrica y te resulta desagradable a la vista.
Color Calibrator
“Color Calibrator” es otra de las aplicaciones más recomendadas para quienes quieren afinar el color. Permite ajustar al detalle los niveles de rojo, verde, azul y brillo, además de ofrecer varios perfiles predefinidos listos para usar. Su funcionamiento también se basa en una superposición que afecta a todo el sistema.
Incluye funciones muy interesantes, como filtrar colores excesivamente intensos, activar modos nocturnos y reducir la fatiga ocular. Muchos usuarios sensibles a la luz o con molestias con el brillo estándar del móvil encuentran en esta app una forma sencilla de hacer la pantalla más tolerable en el día a día.
Opciones para calibrar la pantalla como un profesional: ColorTrue y dispositivos externos
Si buscas algo realmente profesional, existe la posibilidad de usar herramientas como ColorTrue, que combinan una app móvil con un dispositivo externo de medición de color.
Gracias a esas mediciones, la app puede ajustar la reproducción de color de manera mucho más exacta que a ojo, corrigiendo desviaciones de manera científica. Eso sí, suele tratarse de soluciones pensadas para profesionales del color, fotógrafos o diseñadores, y en muchos casos los ajustes se aplican solo dentro de la propia app o en entornos concretos, no en todo el sistema.
Recomendaciones antes de tocar nada
Antes de lanzarte a toquetear perfiles de color o instalar media Play Store, es muy recomendable comprobar que tu móvil y las apps relacionadas están actualizadas a la última versión disponible. Muchos fabricantes mejoran la gestión de pantalla con actualizaciones de software, así que igual te llevas una sorpresa agradable.
Normalmente basta con ir a Ajustes > Actualización de software y tocar en “Descargar e instalar” para buscar nuevas versiones del sistema. Una vez tengas todo al día, ya puedes empezar a revisar los ajustes de pantalla del fabricante, que debería ser siempre el primer paso antes de recurrir a filtros externos.
Consejos para afinar la calibrar la pantalla a tu gusto
La percepción del color es bastante subjetiva, de modo que lo que a ti te parece perfecto puede resultarle chillón o apagado a otra persona. Por eso, al calibrar tu Android, conviene que te guíes por tu propia comodidad y por cómo usas el móvil en tu día a día, sin obsesionarte con que quede “de laboratorio”.
Una buena práctica es probar distintos perfiles de color durante varios días, en condiciones variadas: interior, exterior, luz natural, noche, lectura, vídeo, juegos… Así detectarás mejor si un perfil cansa la vista, si los colores se ven demasiado artificiales o si has encontrado el punto dulce en el que todo te resulta cómodo.
Si sueles llevar el brillo alto, puede que te convenga usar un modo algo menos saturado para que los colores no parezcan fluorescentes y la pantalla no resulte agresiva. En cambio, si priorizas ver bien al sol y no te molesta una imagen intensa, un perfil vívido con buen brillo puede ser muy agradable en exteriores.
También es buena idea comparar cómo se ven tus fotos y vídeos en otros dispositivos con pantallas bien valoradas (como algunos monitores o móviles de gama alta) para saber si tu configuración te está dando una visión demasiado distorsionada. Así podrás ajustar el tiro si te interesa acercarte más a la realidad.
Últimos consejos
Por último, revisa la pantalla si detectas cambios de color bruscos tras una caída, una reparación o una actualización importante del sistema. A veces, un desequilibrio repentino puede indicar un problema físico del panel y no algo que vayas a solucionar con un par de deslizadores, en cuyo caso lo más lógico es acudir al servicio técnico.
Dedicar unos minutos a entender y ajustar las opciones de pantalla de tu Android, apoyándote en apps de calibración solo cuando sea necesario, te permite conseguir una imagen más natural, cómoda para tus ojos y adaptada a tus gustos. Entre perfiles de color del fabricante, controles de brillo, filtros de luz azul y herramientas externas como Calibración de pantalla, Color Calibrator, RGB Ajustes o Screen & Display Calibration, tienes margen de sobra para dejar el panel como realmente quieres y sacarle todo el partido a tu dispositivo sin renunciar a tu vista ni a la batería. Comparte este tutorial para que más personas sepan calibrar la pantalla de su móvil.
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